Capítulo 4

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El sonido del despertador rasgó la calma que Akari se había permitido en sus escasas horas de sueño, tenía la intención de tomarse 5 minutos más, pero no podía, para su consuelo no era la única que estaría agotada...si, también lo estaría Tobi. Sin embargo eso no parecía disminuir su enojo en gran medida.

-A los señoritos criminales hay que levantarlos con desayuno a la cama- mencionó para sí misma algo enojada. Eran las 4:30 AM y era la única despierta, sin más remedio empezó a hablarse a sí misma.

-Para las 5:00 AM debo terminar estas odiosas galletas, y lo haré... nunca nadie ni nada me ha ganado y tampoco ustedes lo harán- dijo señalando a las galletas, aunque de seguro sus palabras eran para Akatsuki. Para su suerte, el tiempo se le había hecho ligero, ya tenía todo listo y se dirigió a la habitación de Konan, a pesar de que todos eran criminales, ella era la menos rara. Apenas golpeó la puerta, Konan emergió ya con su túnica puesta.

-También traje el desayuno de Pain, porque no sé donde se encuentra su cuarto, y ayer no desayunó... será mejor que...

-No nos malinterpretes- dijo recibiendo los desayunos- nosotros solo buscamos paz.

-Creo que no están siguiendo el camino correcto, ustedes no son dioses, no deciden el futuro del mundo. Sólo nos están causando dolor y muerte.

-No lo entenderías- dijo mientras cerraba la puerta. Akari se dirigió hacia la próxima habitación. Antes de golpear la puerta escucho una voz.

-Adelante- Abrió la puerta y vio la figura de Itachi, también despierto y con su túnica, como se veía muy concentrado Akari solo dejó el desayuno en una mesita y se retiró.

-Agh todavía me quedan siete más dijo golpeando otra puerta.

-¿Qué quieres? Aún es muy temprano, hum- su voz parecía adormilada

-Deidara te traigo el desayuno, se te hará muy tarde si no te levantas-no se oían respuestas- Deidara, voy a entrar.

-Pasa araña, hum.

-Mi nombre es Akari no araña-dijo algo hostil mientras entraba.

-Solo es un chiste, aunque deberías dejar de culpar a Tobi de extrañas conspiraciones, el tiene la mentalidad de un niño, ni siquiera sé porque está en Akatsuki, hum- parece que es un excelente actor, pensó Akari.

-Mira puede que te comportes como buena persona, pero estar en esta organización, indica lo contrario o a veces confusión, y tarde o temprano se convertirá en maldad, se que la adolescencia es muy confusa, aún eres joven Deidara, no deberías desperdiciar tu talento aquí- Akari se retiró dejando un pensativo Deidara, apenas unos pasos más adelante se encontró con Kisame, le entrego su desayuno sin intercambiar miradas ni palabras, no quería admitirlo pero el frio brillo en los ojos de algunos akatsuki le parecían aterradores.

Golpeó otra puerta y a pesar de que no llevaba ni una semana ya estaba harta de esa estúpida rutina, nadie contestaba, así que exclamó.

-¡Voy a entrar!- Al entrar pudo observar a Hidan durmiendo como si no hubiera mañana. Así que empezó a sacudirlo a lo que este respondió adormilado.

-Por Hashin-sama, ni siquiera se puede dormir tranquilo en esta casa.

-Levántate holgazán -Akari dejó el desayuno y salió. Estaba terminando de cerrar la puerta, cuando sintió una risa maniática y escalofriante, algo asustada se volteó rápidamente.

-¡Estás asustada!- Gritó Zetsu con una loca alegría. Es obvio que sí, estúpido lunático, pensó Akari.

-No, por supuesto que no, es decir, no le temo a las plantas parlantes, ten tu desayuno- y sal de mi vista pensó- Akari fue a la habitación de Kakuzu y apenas golpeó se escuchó.

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