Capítulo 23

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 Nada vale más que tú,

Mi existencia es la nada misma,

Yo, que me he privado todo por ti...

Yo,  que solo ahora me doy cuenta de lo que te he querido,

Ahora que te he dejado ir.

Obito se sentía fatal, pero había tomado la decisión correcta, sufriría miles de veces si con eso la salvaba. Ahora solo quedaba una cosa, Yakushi Kabuto, ya había hecho contacto con un experto en sellos el resto era pan comido. Obito bajó las escaleras, Pain y Konan aún no llegaban, lo que era muy raro porque Obito le había ordenado a Zetsu que les informara que se suspendía la misión, tal vez Konan y Pain habían decidido continuar con sus planes a pesar de lo que Obito había dicho. Como si pensando en él se lo pudiera invocar, emergió Zetsu.

-Ellos abandonaran la organización...

-Bien por ellos- dijo Obito con un tono carente de enojo.

-¿No los castigarás por traición?

-No.

-¿Qué piensas hacer Obito?

-Prefiero mantenerlo en secreto- dijo con un tono infantil.

-Como quieras, pero no olvides la promesa que tienes con Madara.

-Sí, si, como digas- hoy no se sentía del todo bien, y Zetsu se comportaba como una verdadera molestia.

Obito fue al punto de encuentro pactado con el experto en sellos, ambos llevaban máscaras, ninguno conocía la identidad del otro y así era mejor.

-¿Cuánto me vas a pagar por este trabajo?-Obito le pasó algunos billetes.

-Te daré la mitad por adelantado, y la otra cuando termines... ¿Aceptas?

-Sí, pero solo porque necesito el dinero, debes saber que esto es una miseria...-¿Enserio? ¿Es que acaso todos iban a molestarlo hoy? Estaba tratando de mantenerse tranquilo, pero ya había llegado al borde, otra cosa más y lo acabaría con sus propias manos.

-Ya vamos- dijo perdiendo la paciencia, ambos llegaron a lo que parecía ser la entrada de la guarida de Kabuto- Nos atacará con varios resucitados, intentaré acabarlos todos pero no te descuides.

-¿Él sabe que estamos aquí?

-Por supuesto, de hecho él ha escogido esta guarida para que lo encontremos.

-¡Me has metido en una trampa! Se suponía que solo sellaría sus manos...

-¡Basta! Deja las quejas, que no te llamé para sellar a un muerto- Con esto había callado al sellador, luego entraron a la guarida, del suelo emergieron ataúdes, no parecían ser fuertes.

¿Es que Kabuto me ha subestimado? Pensó Obito, los Edo Tensei caían y eran sellados, hasta que apareció Kabuto.

-Si avanzas un paso más el próximo será Madara.

-No si impido que muevas las manos- dijo mientras con gran rapidez tomaba sus manos- ¡Ahora!- El sellador realizó su trabajo- Esto fue más rápido de lo que esperé.

-Pero solo durará un año.

-¡¿Qué?! Eso no fue lo que pactamos.

-Es que el sello de la parca tiene como coste la vida de quien lo realiza y...

-Agh ya cállate- comentó algo fastidiado mientras le tiraba el dinero. Luego absorbió a Kabuto con su kamui, cuando fuera a pagar sus crímenes también llevaría a ese loco. Una vez que se alejó del lugar empezó a pensar... ¿Qué les diría a los de Konoha?

-Tal vez podría empezar con... Hola soy Obito, ¿Me recuerdan? Bueno, pues luego de que pensaran que había muerto formé una organización criminal y empecé a matar a mis camaradas de la hoja, para lograr mis objetivos- dijo con sarcasmo- Bien, como siempre la has mandado, ¿Y ahora que harás Obito?... ¿En qué pensaba cuando decidí ser un criminal?

El cielo se puso gris, las gotas de lluvia mojaron a Obito, su mente volvió a perderse, Akari, seguramente ella estaría en la hoja, ahora sería feliz con su familia y sus amigos., se olvidaría de él, o tal vez lo odiara por lo que le había hecho, era raro pero eso le hacía muy feliz, si, ella lo odiaría y lo vería caer... para luego olvidarse y rehacer su vida con alguien mejor... su cara estaba húmeda, seria lindo poder decir que era a causa de la lluvia, pero eso era imposible debido a su máscara ¿Por qué lloraba? No había sentido para hacerlo, no si ella estaba feliz... pero era una despedida y lamentaba muchísimo no haberle podido decir adiós... Obito volvió en sí, concentró su vista en el camino y lo que vio estrujo su interior dolorosamente, ¿Seria culpa?

Allí estaba ella, tirada en el suelo, su ropa estaba mojada y rota, su piel estaba muy pálida, inmediatamente Obito activó su sharingan, por el flujo de su chakra parecía estar bien, solo se había desmayado... sabiendo que lo que haría era totalmente egoísta, la levantó del suelo, por su cabeza pasó la idea de huir con ella, pero la borró inmediatamente y se concentró en su pulso,  su pulso apenas de sentía, rápidamente se transportó a su habitación, Akari estaba muy fría, debía meterla en agua caliente, preparó la bañera y la introdujo en ella estaba empezando a preocuparse, aun no se recuperaba... sus párpados se abrieron un poco.

-¿Así que has vuelto por mí? Qué lindo sueño, me alegro de haberte soñado antes de morir-musitó mientras sus párpado caían pesadamente.

-¡Akari! ¡Abre los ojos! No vas a morir, no mientras yo esté aquí...- Akari no respondía-¡No! ¡¿Tonta crees que permitiré que mueras?! Si tu no coperas yo lo haré por ambos.

Había hecho todo lo que estaba a su alcance, pero no era ninja médico, debía ir a Konoha, ya antes lo había hecho, sabia como burlar la seguridad, volvió a cargarla y se teletransportó. Las voces de los aldeanos resonaban en su cabeza.

-Akatsuki- Todos gritaban lo mismo, pero Obito solo corría, debía llegar al hospital... varios shinobi que también se habían alarmado intentaron atacarlo, pero no lo iba a permitir no mientras no hubiese dejado a Akari en el hospital.

Ya había avistado el hospital, con suma rapidez entró en él, para su suerte había perdido de vista a los ninjas.

-No te atrevas a dar un paso más, criminal- una chica de pelo rosa y ojos verdes parecía preparada para luchar

-Solo cúrenla, no he venido a atacarlos.

-No estás en condiciones de negociar.

-Sakura, es Akari- intervino Tsunade, la pelirrosa pareció percatarse de Akari

-Déjala en esa camilla y toma tu distancia- Obito le hizo caso, la rubia hizo una seña, dos ambu emergieron y tomaron a Obito, este no se resistió.

-¿Puedo pedirles un último favor?- Tsunade asintió y Sakura solo se limitó a mirarlo- Díganle que ustedes la encontraron en el bosque- dicho esto los ambu se lo llevaron.













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