ginger | ˢ. ᵇˡᵃᶜᵏ

09

El Torneo de los Tres Magos - cuatro gracias a Harry - había concluido.

Pero el mundo mágico estaba asustado y conmocionado.

Cho Chang no dejaba de llorar por las esquinas. Cedric Diggory había muerto y Voldemort había regresado. Aquella noticia le dolió a Ginger en el alma. No dejo de llorar la noche de la última prueba, siendo consolada por Iskren. En algún momento de debilidad, Ginger y Iskren habían compartido un beso.

La chica se había sentido extraña. Por alguna razón, la imagen del rostro de Sirius había volado a su mente y había terminado por separarse de él. Al final, decidieron que era mejor conservar una bonita amistad.

Aún así, el joven búlgaro no daba señales de rendirse fácilmente.

Junio había llegado. Y con el, su cuarto año había finalizado.

Viktor había ido a despedirse de Hermione y le había dejado su dirección con la esperanza de que le escribiera. Iskren, por su parte, se había acercado a la pelirroja y, tomándola desprevenida, le había robado un corto beso delante de todos los alumnos de Hogwarts. Todos se habían quedado con la boca abierta al ver el acto del chico búlgaro y Ginger no se había quedado atrás. Iskren había sonreído ante su reacción y se había marchado.

~•~

22 de Junio, 1995.

Estación de King's Cross.

Ron, Ginny, Ginger y los gemelos divisaron a sus padres después de cruzar la barrera del andén. Harry por su parte no tardo en cruzar su mirada con tío Vernon, Petunia y Dudley. Harry notó que Dudley no dejaba de mirar a su hermana babeando y aferró los puños con fuerza. Estaba a punto de marchar con los Dursley cuando Ginger lo llamó.

- ¡Harry! - exclamó la joven abrazándolo - ¡Prometeme que me escribirás, hermanito!

- ¡El no escribirá a ninguno de sus amigos bichos raros! - Ginger escuchó la voz gruesa y torpe de Vernon Dursley y dirigió una mirada frívola al obeso hombre.

Vernon Dursley se estremeció ante aquella mirada y a Petunia le dio un tick en el ojo. Era la misma mirada que Lily acostumbraba a usar contra ella cuando la llamaba bicho raro. Aquella muchacha era el clon de su hermana. No solo había heredado su aspecto físico, sino también sus gestos.

- Sino recibo una sola carta de MI HERMANO, sabré que usted se lo impidió y créame, no le gustará enfrentarse a un juicio en Ministerio de Magia por abuso de menores - amenazó la joven y Vernon se encogió del miedo.

Ginger no sabía si eso era posible contra un muggle, pero Vernon Dursley no tenía por que saberlo.

- No cabe duda que eres la hija de mi...hermana doña perfecta - siseo Petunia y a Ginger se le oscureció la mirada - Eres tan rara y...egocéntrica como ella.

- ¡No diga una sola palabra contra mi madre! - exclamó Ginger apuntándola con su varita. Los muggles que pasaban por allí la miraban como si estuviera loca.

Molly Weasley se acercó rápidamente y la obligo a guardar la varita dirigiendo una dura mirada a los Dursley.

A Ginger no le quedó otra que despedirse de Harry y marchar con ellos. La pelirroja deseaba inmensamente no tener que volver a encontrarse con aquellas desagradables personas.

Y así concluía un año más en Hogwarts.