Ahí estaba ella, Ginger Potter con 36 años meditando sobre su tonta vida. Los recuerdos del pasado, las acciones y consecuencias que ella misma provocó.
Era una jovencita de 15 años en el momento en que comenzó una relación con Sirius.
Fue una tonta adolescente que idealizo al hombre, una tonta fantasía de una mente inmadura.¿Cómo fue que se dejó idealizar en su juventud? Si bien Ginger amaba inmensamente a sus hijos, eso dejaba que sintiese un vacío horrible en su pecho, una sensación agridulce, tan ingenua, tan estúpida juventud.No es qué Sirius Black fuera un mal esposo o padre, al contrario, llegaba a ser una presencia reconfortante, claro, cuando no actuaba con su infantilismo.Pero Ginger se arrepentía de las cosas pasadas.
Tenía un futuro por delante, siempre había deseado convertirse en una exitosa sanadora especializada pero el sueño que poseía se fue por la borda al reencontrarse con un Sirius en 1995, su carácter y hormonas inmaduras le jugaron una mala pasada que hoy en el presente le cargaba la consciencia.
Admitía que gran parte era su culpa, ella fue quién lo seducio, ella fue la mente maestra.
Pero,¿Que tipo de hombre adulto de treinta y seis años cedía ante una jovencita de dieciséis años? Y no cualquier joven, si no la hija de su difunto mejor amigo.
Ginger se culpaba por insistir que esa relación se desarrollara, pero también se preguntaba qué tipo de hombre maduro se dejaría llevar por una adolescente. Eso la hacía sentir aún más responsable de lo ocurrido.
En su defensa, siempre argumentó que Sirius era un hombre atractivo, carismático y encantador. Además, había pasado tanto tiempo en Azkaban, privado de su libertad, que cuando salió, se sentía perdido y carente de afecto. Ginger pensaba que tal vez ella había llenado ese vacío, aunque fuera temporalmente.
Pero a medida que pasaban los años, Ginger se había dado cuenta de lo equivocada que estaba. La diferencia de edad era demasiado grande, y aunque en aquel entonces no lo veía así, ahora entendía que esa relación era totalmente inapropiada.
La realidad era que Ginger había dejado escapar muchas oportunidades en su juventud. La relación con Sirius la había consumido por completo, y ahora se encontraba en la mitad de los treinta, sin una carrera y con una vida llena de arrepentimientos.
En su cabeza, Ginger sabía que tenía que superar todo esto y encontrar una forma de avanzar. Quizás era hora de ponerse a sí misma en primer lugar y comenzar a trabajar para cumplir sus propios sueños y metas. No podía seguir viviendo en el pasado y lamentando sus errores.
Ginger decidió que ya era suficiente de reprocharse a sí misma. A partir de ahora, tomaría el control de su vida y se esforzaría por hacer realidad sus sueños. Era hora de dejar atrás los recuerdos y comenzar a construir un futuro en el que pudiera encontrar la felicidad y la realización que tanto anhelaba. No importaba cuánto tiempo había pasado, nunca era demasiado tarde para comenzar de nuevo.
Tal vez borré más tarde la publicación, pero yo sinceramente pienso que una Ginger en sus 30 se pondría a pensar en lo insatisfecha y monótona que es su vida, en los últimos años (desde el epílogo) la relación entre ambos se ha vuelto fría, al menos de parte de Ginger. Que no supo disfrutar de su adolescencia por meterse con un hombre mayor que ella, sin embargo no se arrepiente de sus hijos ya que son su vida entera, se convirtió en una joven madre y eso ha sido toda vida. Viviendo sólo para Sirius que la llevá a un déclive.
Tal vez el short está escrito de la chingada pero lo hice en 3 minutos jajajaja, solo que llevo mucho tiempo pensado en la vida actual de Ginger y posiblemente también pensado que mi yo de 14 años de hace 9años idealizo una relación mayor -menor.
Psss, hace poco publique un fic de Lily Evans, dear lily, si pueden pasen, apenas lleva dos capítulos.
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ginger | ˢ. ᵇˡᵃᶜᵏ
Fanfic| "oh, pero cuán prohibido era el sentimiento" Idea original de @AnaBL2013