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- ¡Arriba! ¡A despertarse, todo el mundo! - escuchó gritar a su madre en el piso de abajo y refuñando contra la almohada.

Decidió quedarse unos minutos más disfrutando del calor de su cama y sonrió con los ojos cerrados. Sin embargo, la alegría no le duró mucho; una animada Ginny agarró las mantas que la cubrían y tiró de ellas dejando a la joven al descubierto.

- ¡Ginevra! - se quejó la joven de catorce años y la aludida sonrió.

- Vamos Ginger, viste te, ya Hermione despertó a Harry y a Ron - decía Ginny que al instante se sintió ignorada y probó otra táctica - ¡Hoy son los mundiales de Quidditch!

Funcionó. Ginger Potter se levantó como un rayo y en cinco minutos ya se había puesto un pantalón vaquero ajustado junto con una blusa de tirantes negra y una chaqueta Azul para el frío además de unas zapatillas negras y una bufanda roja y amarilla.

Ginny vio divertida como se recogía un poco el pelo, dejando algunos mechones sueltos. La joven se giró hacía ella con una sonrisa en la cara.

- ¡Lista, vamos! - Ginny no pudo evitar reír a carcajadas.

- Venga, loca lunática, nos esperan.

Ambas jóvenes bajaron rápidamente las escaleras y vieron a todos los miembros de la familia Weasley reunidos, esperándolas. Desayunaron un poco y Ginger con una tostada en la boca emprendió camino a los Mundiales.

- Papá, ¿se puede saber a donde nos llevas? - preguntó Ron medio dormido, mientras que Hermione, Ginger y Ginny rodaban los ojos.

- Tranquilo hijo, ya estamos cerca - respondió sonriente Arthur y se acercó a saludar a una persona delante de él - ¡Amos, viejo amigo!

- Vaya, Arthur, ya pensaba que no venías.

- Lo siento Amos, a algunos se les han quedado pegadas las sábanas - contestó el señor Weasley y dirigió una mirada rápida a Harry y a Ron, que agacharon la cabeza avergonzados. Las chicas solo pudieron reír ante ese gesto - Vaya, este socarrón debe ser Cedric.

Ginger alzó la mirada y vio a pocos pasos de ella a un chico de cabello color miel y ojos verdes, alto y muy guapo. Hermione y Ginny se miraron con complicidad y se sonrojaron. Sí, su querido amigo Cedric solía causar esa sensación en las chicas. Pero no se lo esperaba de Hermione. Sin cortarse un pelo se acercó a saludar a su amigo.

- ¡Eh, Dricky! - exclamó ante la mirada de sorpresa de los presentes.

- ¡Hola, Gin-Gin! - el muchacho se acercó a su amiga y la abrazó en modo de saludo.

- Vaya, tu debes ser Ginger Potter - escuchó decir al señor Diggory - La hermana de Harry Potter.

Amos Diggory le guiño un ojo a su hijo. Aquel gesto incomodó a Ginger.

- Encantada, señor Diggory - respondió y fue hacia Cedric.

- Harry Potter, es un placer conocerte muchacho - le oyó decirle a su hermano.

- Lo mismo digo, señor - respondió Harry con cortesía.

- Vaya, una nueva generación de Weasley, Potter y Diggory en Hogwarts - exclamó entusiasmado Amos Diggory - Bueno, vayamos al traslador, se nos hace tarde.

- ¿Que es un traslador? - preguntó Harry, los demás solo se encogieron de hombros en señal de no tener respuesta.

Estuvieron caminando un rato hasta que llegaron a la cima de una loma, donde había una bota vieja. Ginger arrugó el ceño, gesto seguido por Harry, Ron y Ginny. Los gemelos, en cambio, parecían sorprendidos. Hermione, bueno, Hermione tenía su típica expresión de sabelotodo en ese momento. Aquel pensamiento hizo que Ginger riera por lo bajito.

ginger | ˢ. ᵇˡᵃᶜᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora