Aquella mañana había tenido que despertarse temprano. Sus padres habían hecho planes de ir por un tiempo a casa de Sirius. Sería la primera vez que Ginger lo vería en dos años.
No tardó un segundo más y se levantó de la cama. Agarro una blusa negra con mangas hasta el codo y un pantalón vaquero ajustado a sus largas y bien moldeadas piernas. Ginger había crecido durante las vacaciones.
Ya llegaba casi al metro setenta por unos pocos centímetros. Le había crecido el pecho y su cintura se había hecho mas delgada y agraciada. Se había vuelto más esbelta. También se había cortado el cabello hasta los codos y éste había adquirido un tono rojo mas oscuro. Se veía más mujer.
Unos pocos días antes, Ginger había cumplido quince años.
Se dejó el pelo suelto, agarró su pequeño bolso, al que le había puesto un hechizo extensionador. Bajó al salón de la madriguera donde su familia la esperaba bajo la chimenea. Ginger se unió a ellos, agarraron los polvos flú y desaparecieron.
~•~
Sirius se encontraba solo, sin más compañía que Buckbeak, pero éste descansaba en la habitación de su madre. Una luz verde lo hizo voltear la vista a la chimenea. Su mirada se posó rápidamente en una joven pelirroja llena de cenizas en la cara.
Era Ginger.
La pelirroja contuvo la respiración a verlo y su corazón comenzó a ir más rápido.
La joven estaba más crecida desde la última vez que la había visto, cuando la pequeña apenas tenía trece años.
¿En que maldito momento había crecido tanto?pensó el animago.
Notó su cabello mas rojo, su figura mas esbelta, sus piernas mas largas y torneadas, claramente estaba más alta. La vio tan exquisita con aquella blusa negra ajustada que marcaba su delicada figura, con aquellos labios rosados que se le hacían tan apetecibles, con...
¡Sirius Black, concéntrate! ¿¡En que demonios estás pensando!? ¡Es la hija de James y Lily! ¡La hermana de Harry! ¡Tu prima segunda! ¡Podría ser tu hija!
Pero no lo era.
Tiene quince años.
Sirius se apresuro en apartar esos pensamientos de su cabeza. Llevaba demasiado tiempo sin una mujer. Sí, tenía que ser eso.
Pero nada justificaba que hubiera pensado de esa manera de la hija de James.
Se levantó de la silla y dio la bienvenida a los recién llegados. Pero en ningún momento pudo evitar despegar su mirada de la joven pelirroja que no dejaba de reír y sonreír durante la cena. Casi le dieron ganas de...
¡No! ¡Es la hija de James y Lily!, exclamó en su mente. Cálmate Sirius, llevas mucho tiempo sin una mujer que caliente tu cama.
Sirius sonrió.
Eso podía arreglarse.
Sirius la miró. La joven captó su mirada y se sonrojo, apartándola.
Sirius pensó que se veía hermosa.
¡Basta! ¡Esto tiene que arreglarse ahora!
El hombre posó su mirada en Hestia Jones.
Hestia era una joven no mucho menor que Sirius, de echo tenían casi la misma edad. Pero ella se conservaba mejor. La bruja notó su mirada y le sonrió de forma coqueta, casi vulgar.
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ginger | ˢ. ᵇˡᵃᶜᵏ
Fanfiction| "oh, pero cuán prohibido era el sentimiento" Idea original de @AnaBL2013