Seguía teniendo esas pesadillas todas las noches, su vida ahora era un circulo vicioso, se despertaba de una pesadilla a las 3 de la madrugada (siempre puntual a las 3), se daba una ducha, comía algo, si se sentía con el ánimo suficiente saldría a la tienda para luego regresar a su apartamento, quedarse dormido viendo algún programa de televisión, tener pesadillas, despertarse tratando de respirar todo el aire del cuarto, mirar el reloj y ver que eran las 3, de nuevo.
Cameron desde hace un mes se había encerrado en una burbuja de tristeza, amargura y odio hacia si mismo y hacia Sophia, la única que había venido a visitarlo había sido Dulce pero no porque Sophia no haya intentado ir ni una sola vez en ese mes (había ido dos semanas seguidas), pero Cameron nunca le abría la puerta, o contestaba sus llamadas, o estaba interesando en saber algo de la existencia de Sophia.
En ese momento algo lo impulsó a hacer algo diferente, tomó su celular y empezó a buscar música, encontró una canción que era de sus favoritas o eso creía, todo parecía recuerdos de otra vida, al oprimir la canción, la música empezó a salir de los parlantes distribuidos en su cuarto que estaban conectados por bluetooth. Dudó un poco pero al final oprimió también el botón que encendía el WiFi y los datos, inmediatamente empezaron a llegar notificaciones por montones, el sonido insistente hizo que se estresara y puso el celular en modo avión. La música siguió sonando en aleatorio, él se levantó de la cama y estiró el cuerpo, se puso una sudadera y salió a trotar con la música aún sonando en su apartamento.
~ ~ ~
Dulce entró en el cuarto de Sophia y abrió las cortinas, en su mente, Sophia iba a gruñir y decirle que volviera a cerrar las cortinas pero Sophia ni siquiera estaba acostada en su cama sino que estaba recostada contra el marco de la puerta, totalmente arreglada y con la cara de aburrida de la vida que Dulce le había visto desde que Carol había muerto y que se había pegado a su normalmente cara sonriente desde que Cameron se había proclamado su hater número uno, Dulce rodó los ojos, cuanto drama había siempre cerca de esta chica.
- ¿Qué haces Dulce?
- Se llama abrir las cortinas, algo simple y que hace que un cuarto se vea menos apestoso, deberías intentarlo más seguido Soph.
- Ajá, claro, si, gracias, ya puedes salir de mi cuarto, gracias de nuevo.
Dulce sonrió y salió, no había envejecido un día desde que encontró a Sophia debajo del árbol pero para ser justos, no había envejecido desde que encontró ese cuerpo y entró en él para no tener que dejar este mundo.
Se apoyó en una pared y vio como la cara de Sophia mostraba que estaba incomoda pero Dulce ya sabía porqué, ya sabía qué (o mas bien sobre quién) iba a preguntar ella.
-¿Cómo... sigue Cameron?
-Bien, ya te imaginarás como se siente, deprimido todo el tiempo, te odia y se odia a si mismo por odiarte, aunque ya sabes que no te odia en serio, es mientras se desintoxica de los sentimientos que le dejaron los diablillos esos, además aún siguen las pesadillas. Dale tiempo al tiempo Soph, ayer lo vi mejor, incluso sonrió, quién sabe como habrá amanecido hoy, ¿si te dije que se levanta de las pesadillas todos los días a las 3 de la madrugada? Ahora es mas ojeras que Cameron...
-Ah ya, gracias por cuidarlo Dulce, si necesita algo... me dices o lo que sea, que mierda ésto, quiero ir a su apartamento pero sé que voy a quedarme en la puerta durante horas. Voy a esperar, no es omo si él no supiera donde vivo.
-Hoy voy a verlo, por la noche te cuento que tal está, por ahora me iré a trabajar, tengo velar con olor y amuletos falsos por vender -Dijo Dulce con una sonrisa brillante.
-¿No sientes remordimiento por todas las personas a las que has engañado?
-No, si viviera solo de la lectura de sus manos y del té, ya habría caído en quiebra. Lo único que hago es convencerlos de que necesitan las velas y los collares para que eso que quieren que pase, pase. Pero las lecturas son verdaderas, no estoy engañando a nadie, solo es un bonus para yo seguir con mi trabajo.
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Cierra los ojos.
ParanormalHay personas que ven cosas que otros no vemos, cosas aterradoras, cosas que nadie quisiera ver. Una de esas personas es Sophia, pero ella no lo sabe. Acaban de romperle el corazón, hace un viaje improvisado, ahí es cuando su vida cambia. Descubr...