Cheese Burger.

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Escucharon un estridente timbre, se levantaron de golpe y buscaron a medias de dónde provenía el ruido.

Sophia se estiró y fue a la sala, ahí en el piso, al lado del sofá, estaba olvidado el celular.

Miró algunas notificaciones y fue a su cuarto, se lanzó en la cama.

Le parecía ridículo tener que ir a un estúpido empleo, luego de descubrir que no estaba loca y que, para su suerte, su compañera de piso, veía y sentía cosas parecidas a las de ella.

Estaba a punto de volver a dormir cuando el timbrazo volvió a sonar. Era ridícula la situación pero ella necesitaba el dinero.

Se levantó pesadamente y fue al baño, abrió la ducha para que el agua empezara a calentarse, y empezó a desvestirse.

Giro para dejar sus medias por ahí en el piso, subió la mirada y ahí estaba un monstruo.

Sophia se quedó quieta, ¿Qué se suponia que iba a hacer ahora? Sabia que no estaba loca pero no dejaban de asustarla estos entes horribles.

Estuvieron mirándose, Sophia se percató que aunque veía el vapor de la ducha, empezaba a sentir más y más frío, también notó que estaba desnuda de la cintura para arriba, recordó lo que Lía le había dicho la noche anterior.

Esas sombras siempre destruyen cosas.

Quería salir pitada de ahí, pero el monstruo estaba justo enfrente de la puerta.

Vio al monstruo ver hacer algo nuevo.

Abrió la boca y tomó aire de manera sonora y seca.

Sophia ahogo un grito, ¿Cómo era posible que esa cosa respirara?

Retrocedió para cerrar la ducha, era tanto el vapor que el aire se sentía pegajoso. Termino mojada en el proceso.

Trato de respirar despacio, intentando calmarse y no respirar tanto de ese asqueroso olor que le provocaba vomitar.

Cerro los ojos y volvió a ver el baño, vio como el monstruo se acercaba y abría la boca, algo parecido a baba escurrió.

Sintió una arcada y se pego a la pared más cercana.

Lía abrió los ojos sintiendo algo pesado en el estómago, se quito las cobijas de encima y el frío la golpeó, se puso unas medias y fue a buscar a Sophia.

Fue al cuarto, escuchando el ruido de la alarma pero no la encontró allí.

Fue al baño, con la puerta cerrada, ahí tenía que estar.

Pensó en golpear pero en cambio abrió la puerta de un tirón.

Sophia lanzó un grito de sorpresa, pero se alegro al ver a Lía.

Lía vio una sombra justo al frente, su mano se apretó en el picaporte. Miro más allá y vio a Sophia con los ojos cerrados con fuerza. Paso su mirada de arriba abajo, la única ropa que tenia era el pantalón de pijama y este estaba mojado.

Sophia empezó a murmurar y Lía no alcanzaba a oírla, respiro hondo y recibió un olor fétido, se sorprendió pero luego recordó que era de la sombra, hace tantos años que no se acercaba a una de esas.

Sophia abrió los ojos, miro a Lía, estaba asustada, apretaba el picaporte como si fuera a caerse de un precipicio y no tuviera de donde más cojerse.

Y solo lo supo.

–Calma, calma, calma. –Murmuró Sophia para si misma.

Cerro los ojos e imagino un puerta abierta, alargó la mano e intento cerrarla pero no podía.

Cierra los ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora