Volvieron.

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El sol que entraba por la ventana daba en la cara de Sophia, después de unos minutos ella se despertó de un salto, quedo sentada; estaba asustada.

Miro a su alrededor y se asustó aun más, hasta que reconoció donde estaba, estaba agitada y respiraba con jadeos.

Miro el reloj eran las 7:33, solo durmió 4 horas.

Intentó volver a dormir pero luego de media hora desistió y se levantó para ir a la cocina, en una hora iría a su trabajo temporal.

Era una cajera en un restaurante de comidas rápidas, no era lo mejor ni lo que más pagaba pero le daría algo para ayudar a Lía, gracias a ella en menos de 2 semanas había conseguido ese trabajo.

Termino de ponerse el uniforme, golpeó la puerta de Lía y entro sin que ella contestara, camino de puntillas y tomó la bolsa de maquillaje.

Entro al baño, se lavo los dientes y la cara, bajo la cabeza para quitarse con agua, el jabón; se seco la cara y al mirarse al espejo sus ojos se abrieron como platos, quería gritar pero nada salia de su boca, su corazón empezó a bombear con fuerza.

Había algo en el espejo, estaba reflejado detrás de ella, un... Monstruo.

Sophia alcanzaba a ver la pared a través del monstruo; veía su piel verdosa, sus ojos estaban tan abiertos que parecía no tener párpados, tenía los ojos rojos, ensangrentados. Sophia no lograba ver sus piernas, la toalla se las tapaba pero sus manos y brazos sí los veía, tenía la piel hecha jirones, cuando ella tomó un poco de aire porque sus pulmones no aguantaban más, olio algo putrefacto, supo que venía del monstruo.

Cerro sus ojos y su cabeza comenzó a doler, luego empezó a verse ella misma en el espejo con los ojos cerrados y la toalla en sus manos.
¿Tengo los ojos abiertos? No, los tengo cerrados -Pensó.

Empezó a preocuparse, qué era eso que veía y por qué lo veía si había cerrado los ojos.

Dirigió su mirada hacía otra parte del baño por que, aunque quizás ella estaba imaginando todo eso, no se atrevía a ver el espejo por miedo de que esa cosa siguiera ahí.

–¡Sophia! Tomaste de nuevo mi maquillaje ¿cierto? –Grito Lía al otro lado de la puerta, también empezó a golpearla.

Sophia abrió los ojos, estaba sola de nuevo lo que era un alivio por una parte. Pero por otra, le aterraba descubrir que no era un sueño o que no se había resbalado y golpeado la cabeza.

Quizás alguna enfermedad mental empezaba a atacarla.

Lo sería dejarlo pasar por esta vez.

Dejo la toalla, sus manos estaban temblando y sus pasos eran cortos, lo que era un camino de tres pasos para llegar a la puerta del baño, esta vez le pareció un kilómetro.

Abrió la puerta y se lanzó a abrazar a Lía, su amiga dudo un momento, pero luego le devolvió el abrazo.

Se separaron un momento después, Sophia noto como Lía entrecerraba los ojos y la miraba de arriba abajo; pensó en que ella hacia lo mismo para tratar de ver el aura de las personas.

La miro extrañada.

–¿Por qué hiciste eso? –Pregunto Sophia.

–¿Qué? No me cambies el tema, ¿Qué tienes?

–Tú no me cambies el tema. Me miraste como... Al rededor como... Un ¿aura?

Lía no dijo nada, luego sonrió y se encogió de hombros.

–No sé, es una costumbre. Ahora... ¿Qué te pasa a ti?

Sophia no sabia que decirle, ¿Qué diría Lía cuando se enterara que la persona con la que esta viviendo, esta probablemente loca?

Cierra los ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora