Cierra los ojos.

Adiós

En el remoto y alejado pueblo donde vivía Sophia, la población era de 700 personas, rara vez subía a el numero. Todos se conocían entre si; por esta razón, el mundo de Sophia no giro entorno a la cédula que afirmaba que ya era mayor de edad.

En la discoteca, ya conocía al guardia de seguridad.

En la licorería; la señora que atendía, era su vecina.

Sophia estuvo nerviosa todo el día, eran las 4 de la tarde y tenia un mal presentimiento; lo que le preocupaba más, era que siempre que se sentía así, algo malo ocurría.

Camino alrededor del parque y se sentó al lado de un árbol, miro el cielo azul, el espeso pasto de un color verde tan brillante; pensó en que no habia nada de que preocuparse.

Cerro sus ojos y respiro grandes bocanadas de aire con tal de relajarse, luego de un rato escucho como alguien se aclaraba la garganta, abrió los ojos y sonrió de manera amable a la persona que estaba de pie a su lado, Brenda.

Poco había hablado con ella, apenas un saludo y un adiós, cuando la veía al visitar a Jim. Era extraño teniendo encuenta que era la hermana de su mejor amigo.

–Hola Sophia.

La voz de Brenda temblaba un poco, Sophia forzó los ojos y la miro detenidamente; vio un aura gris a su alrededor, de inmediato se preocupó. Algo que no entendía pero que tampoco fallaba nunca, era esta extraña y clara aura que veía en las personas, siempre le decía como se encontraban ellas.

–Hola Brenda, ¿pasa algo, estás bien?

Brenda trago saliva, y asintió.

–Si, pero necesito hablar contigo.

Se sentó al frente de Sophia, por lo que la sombra del árbol no la cubría y el sol se reflejaba en su cabello.

–Mmm claro, hablemos. –Dijo Sophia aun con su sonrisa amable.

–No sé cómo empezar... Sé que está mal lo que hice y sé que no somos las más cercanas pero aun así lo siento porque...

Los ojos de Brenda empezaron a ponerse brillantes, la sensación de extrañeza en el pecho de Sophia empezó a hacerse sentir más.

–Escupelo de una vez, Brenda. –Sophia rara vez respondía de una forma grosera, pero no pudo evitarlo al verla tan nerviosa y culpable... ¿De qué? Aún no lo sabía.

Brenda abrió los ojos, también sorprendida, al escuchar el tono mordaz de Sophia, pero se recuperó y siguió.

–Ryan esta engañandote. –Dijo de manera rápida.

La cara de Sophia se tiñó de incredulidad, bufo y dijo.

–Si, claro, ¿y tú cómo sabes eso?

Brenda bajo la mirada y su cabello cubrió su cara.

–Porque te está engañando conmigo.

El corazón de Sophia empezó a tartamudear, sus ojos se humedecieron y cuando hablo, tuvo que ignorar el nudo que se estaba formando en su garganta.

–¿Qu... Qué? ¿Es una broma? No puedes estar hablando en serio, porque tú... Porque Ryan me...

Brenda subió la mirada y Sophia vio en ella que lo que decía era cierto.

Un sollozo desgarrado subió por su garganta pero rápidamente se cubrió la boca, su visión se torno borrosa por las lágrimas que intentaba contener.

–Por favor perdoname, se que esto es estúpido pero te lo digo porque... No sé... No sé por qué, pero eres una persona genial y no deberías estar con alguien que es capaz de engañarte y... Lo siento Sophia, soy una mala persona pero realmente me siento apenada por lastimarte.