Whatsapp.

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    La joven Sophia, de ahora 17 años, oprimió enter y vio como el comentario con su número de celular se unía a los otros comentarios parecidos.

    Minutos después empezó a recibir mensajes de un grupo en whatsapp, llamado Flores Arcoiris.

    ¡Si! –Pensó– Un nuevo grupo.

    Su sonrisa floreció y escribió un Hola.

    Minutos después escribía sin parar. En aquel grupo habían 87 personas de diferentes países.

    México, España, Colombia, Argentina y muchos otros.

    Sophia escuchaba las notas de voz con regocijo, trataba de imitar los diferentes acentos pero no era muy buena en ello.

    Y aunque habían tantas personas, tantas opiniones; solo sintió que conectaba con una, Lía.

    Sophia vivía en un remoto y pequeño pueblo; Lía, en cambio, vivía en la gran ciudad. Una cosa, de las muchas que las unian, era que ambas vivían en el mismo país pero por los muchos kilómetros que las separaban, probablemente nunca se conocerían.

    Eso era lo que ellas creían. 

    Pasaron 2 semanas y de esas 87 personas en el grupo, solo quedaban 41.

    La relación de Sophia y Lía se volvía más y más estrecha, sabían muchas cosas de la otra, incluso cosas que nadie más sabía.

    La máscara que el chat les daba, las hacia sentirse más tranquilas al contar sus secretos, al fin y al cabo probablemente nunca se conocerían.

    Sophia estaba recostada en su cama con su celular en las manos, jugaba mientras esperaba una respuesta, unos minutos después escuchó el quak de un pato, que le avisaba sobre el mensaje recibido, cambió la aplicación a whatsapp.

    Leyó la respuesta de Rosmeyry y sonrió, Ros le tenía miedo a las arañas.

    Sus dedos se movieron rápidamente por el teclado.

    – Hahahaha ¿en serio te asustan las arañas? Pero si son muy tiernas, mira.

    Escribió y luego adjuntó una foto de una araña grande y peluda.

    Vio la respuesta de las demás personas en el grupo, escribían muchas risas y le preguntaron.

    – A ver Soph, ¿a ti qué te asusta?

    Sophia se quedó pensando la respuesta; en el chat la animaban a que respondiera.

    Pensaba que su miedo era estúpido y algo sin sentido, no iba a decirles, se burlarían de ella pero luego solo se encogió de hombros y pensó.

    Ni siquiera los conozco, si les digo a qué le tengo miedo y se burlan, que importa. ¡Si! Bravo Sophia.

    Escribió y leyó lo escrito una y otra vez, hasta que lo envío, rápidamente abrió de nuevo el juego e ignoro el sonido del pato, el que ahora le resultaba molesto.

    A los fantasmas, si lo sé, patético, le tengo miedo a los fantasmas y he escuchado eso de "tenle miedo a los vivos y no a los muertos" bla bla bla, pero no puedo evitarlo, ni siquiera leo las cadenas por que siento que tengo que reenviarlas para salvarme la vida -_-. No digan nada o los mato :'c

Cierra los ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora