CAPÍTULO 10 ||Arthur||.

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"Vivir la vida, eso no tiene precio. Quien no haya pasado nunca frío no apreciará el valor de una hoguera. Quien nunca haya llorado no disfrutará de los momentos de risas. Quien no haya pasado hambre no valorará un plato de estofado caliente. Quien no conozca la muerte no sentirá amor por la vida".

-La emperatriz de los Etéreos, Laura Gallego.

Justo en el momento en que entro en el laboratorio, donde está la celda donde mantienen encerrado a Christian, todos los que allí trabajan se me quedan mirando mientras me acerco a la celda.

Allí está. Despierto. Sentado sobre su cama con sábanas blancas. Encorvado, con los codos apoyados en las rodillas y la cabeza gacha. Un pelo negro contrasta notablemente con el suelo y su vestimenta, también blancos.

-Puede oírle. -Dice la Doctora Jenkins apareciendo detrás de mí-. Ahora está... Algo tranquilo.

-¿Ya ha completado el cambio? -Pregunto a unos tres metros de distancia de la celda.

-Aún no. Estamos justo donde estábamos antes. Se supone que esta noche traerán más Espectros.

Asiento, conforme, sin apartar los ojos de Christian. Éste, eleva la cabeza lentamente y fija sus ojos negros sobre mí. Tiene una incipiente barba que oculta la mitad de su rostro. No tiene expresión alguna.

-Esta celda neutraliza sus habilidades, ¿Verdad? -Pregunto. Temeroso de que pueda arremeter contra ella y atacarme.

-Sí en su mayor parte, pero la regeneración espontánea y la fuerza adquirida forma parte de su físico, no de su mente. Por eso hay un cristal irrompible. Las habilidades están neutralizadas por el gas que suministramos desde el conducto de ventilación, adormece esa zona del cerebro impid...

-Bien. -La corto en seco.

Con lentitud, Christian se pone en pie y se pasea por la celda de unos cinco metros cuadrados. Sin apartar sus ojos de los míos, desafiándome.

-No me mires. -Digo, inútilmente porque no hace el menor caso.

-Señor. Déjeme decirle que su actitud también ha cambiado. Es mucho más independiente. No acata órdenes de ninguna clase.

-No. -Musito con asco-. Él siempre ha sido así. Desafiante. Sacó todo lo malo de su familia materna.

Christian golpea el cristal con fuerza. Tiembla ligeramente sin romperse. Se acerca nuevamente a su cama, la coge sin esfuerzo y la lanza contra el cristal. En sus ojos veo el deseo de querer matarme. La Doctora Jenkins se asusta y retrocede varios pasos.

-Creo que será mejor que lo dejemos, Señor.

-Quiero que dirija toda esa rabia hacia los Espectros y hacia Leah Davis. Quiero que no quede ni el más mísero sentimiento de amor y cariño hacia esa chica dentro se él. Si no lo consigues... -La miro-, te mato a ti también ¿Me comprendes?

Las puertas del laboratorio se abren suavemente, deslizándose hacia los lados. La Doctora se dirige hacia él con una sonrisa llena de poder, adquirido por su trabajo. Hendrickson entra con prisas, caminando directamente hacia nosotros.

-Los Espectros llegan pronto...

-Los Espectros no llegarán. Ellos han respondido, señor. No creímos que lo harían pero... Atacaron un refugio donde estaba Leah Davis.

Me entrega una foto sacada desde uno de los satélites aéreos que colocamos en cuanto Spectrum llegó. Allí, en esa imagen, está Leah Davis junto a otro de ellos.

-¿Qué pasó? -Pregunto. Haciendo de la fotografía una bola con ambas manos.

-El Espectro que está con ella en la foto. Se llama Axx. Lo arrestamos una vez cuando estaba en La tierra. Mató a todos los agentes de la C.R.E que mandamos. Señor, los mató él solo. La chica ni siquiera movió un dedo.

Se me escapa un alarido lleno de rabia e impotencia. Lanzo la foto echa una bola contra la celda de Christian, ésta impacta en el cristal y cae al suelo.

-Los ha convencido para que se defiendan. Si comienzan a defenderse no tendremos nada que hacer. -Dice la Doctora.

-Busca extraterrestres en otro lugar, lejos de ellos. Tráelos. -Le ordeno a Hendrickson. Miro a la Doctora-. Cuando Christian cambie por completo, busca la forma de que el suero funcione en otros humanos con los mismo resultados.

Ella asiente. Es su rostro reina la desesperación adquirida por la noticia de Hendrickson. Ellos sienten desesperación mientras que yo lo único que puedo sentir es una rabia infinita.

Salgo de aquel laboratorio, destrozando todo lo que se cruza en el caminos. Al cerrarse las puertas le propino un fuerte puñetazo a la blanca pared, le dejo un sutil abolladura que desentona con la elegancia de las instalaciones.

Debí imaginarme que ocurriría algo así. Leah Davis alberga tanto odio hacia mí en su interior que ha sido capaz de convencer a una raza moralmente inofensiva en armas letales. Un solo Espectro contra dos docenas de hombres armados con metralletas y armas automáticas. Y ella, esa niña estúpida, delante. Presenciándolo todo. Puede que crea que acabará conmigo deshaciéndose de prácticamente todos los agentes que se encuentran en Spectrum. Si algo tengo claro es que no lo va a conseguir. Antes destruiré ese planeta con ella en él. Y después, bailaré sobre el polvo que quede riendo.

Leah Davis... Digna hija de sus padres. Es el vivo reflejo de su madre y tiene la insolencia de su padre. Uno de ellos. El primer Espectro al que me enfrenté. Tan estúpido... Solo se quedó por el absurdo y patético amor que sentía hacia Elle Jones. La mujer que me arrebató.

Entro en mi despacho cerrando la puerta de un portazo seco y estruendoso. La golpeo con furia con las palmas de las manos.

Ojalá ella hubiera sido mi hija y no el inútil de Christian, al que he tenido que alterar su naturaleza humana para que sirva de algo. Leah Davis es una líder con carácter, fuerte y decidida. Si Alistair no se hubiera interpuesto, ella sería mi hija. De la cual me sentiría orgulloso. Tuve que conformarme con el hijo de una loca, tan idiota... Fue tan fácil hacerle creer que era mi hermano. Aunque debe haber algo especial en él puesto que ese chico resulta un gran salto en la ciencia y en la historia.


Exilium © [SPECTRUM 2].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora