Capítulo 14

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Me encontraba en la ducha, a las doce de la noche, y yo metida en la ducha por culpa de los mandriles, aunque ellos tampoco es que acabaran especialmente limpios. Lydia se había marchado con Jake, el se ofreció a llevarla ya que vivían a una calle, o eso había entendido yo y Mark se marchó con ellos dos. Salí de la ducha y sequé mi cuerpo con una toalla azul claro, me encantaba el olor que dejaba mi champú de coco por toda la habitación. Me puse mi pijama de símbolos de Batman y me metí a la cama todavía con el pelo mojado, pero era tarde y me daba pereza secarlo. Unos golpes sonaron des de detrás de la puerta y la cabeza de Kyle se asomó por esta.

-Camille, quiero hablar con tigo de algo...-dijo entrando y rascándose la nuca. Parecía nervioso.

-Dime- dije sentándome en la cama.

-Hoy... Hoy te he visto con Christian en el estacionamiento.... - Díos, había llegado la hora.

-Antes de que digas nada, yo no tube nada que ver, solo me choqué y el en vez de irse se quedó allí. - Dije escogiendo los ombros.

-Lo sé, no vengo a echarte la bronca ni nada, solo a advertirte. No es un buen chico, no lo quiero cerca de ti. Es peligroso, y se que no te hará ningún bien. Por favor, mantente alejada de el. Hazlo por mí.-dijo acariciandome el pelo. Me sentía protegida por el en ese momento.

-Lo sé Kyle. Lo haré. Me mantendré alejada de él.- Lo abracé. Siempre he necesitado a alguien que me protegiera. Y ahora tengo una nueva familia dispuesta a hacerlo. Iba siendo hora de que me acostumbrara. Sabía que le había prometido a Kyle no acercarme a él. Pero ni loca iba a cumplirlo. Ese chico me provocaba demasiada intriga. Quería conocerlo, saber de él. Pero ahora me exponía a que Kyle se enfadara todavía más con migo. Pero correría el riesgo.

-Bueno, a dormir que mañana hay que madrugar para la escuela-dijo levantándose y dirigiéndose a la puerta.

-Buenas noches Kyle- dije volviéndome a estirar y tapándome con mis mantas de nuevo. Oí un Buenas noches de vuelta antes de cerrarse la puerta. Y me dormí pensando, otra vez, en unos ojos verdes.

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Eran las 7:20AM, ya me había duchado, de nuevo, y vestido. Una camisa blanca, un jersey granate encima de ésta, un pantalón pitillo negro y mis zapatos negros, fue la elección. Cogí mi móvil de la mesita de noche y la mochila de una esquina de la habitación y me dirigí a la cocina. Bajé las escaleras saltando, ya que no puedo bajarlas como una persona normal, lo que más de una vez me dejó al borde del escalabramiento. Cuando llegué a la cocina me paré en seco. Había una mujer que no sabía quien era haciendo el desayuno y a Kyle parecía no importarle porque no apartaba la mirada de su teléfono móvil. Carraspeé la garganta llamando su atención. Ambos me miraron y la mujer sonrió.

-Por fin tengo el placer de conocerla, Señorita Camille- mmm... ¿Vale? No era de la realeza, ¿Por que me hablaba así?- Soy Palmira, una de las criadas. No pude estar el día que llegaste.

-Mm...Hola Palmira. Encantada de conocerte también- y le dediqué una sonrisa torcida. Miré a Kyle, que se había vuelto a sumir en su teléfono móvil, y negaba con la cabeza a la vez que reía bajito. Dejé la mochila en el suelo y me senté a su lado.

-¿Porque me habla como si fuera de la realeza?- le pregunté en un susurro a Kyle.

-Es del servicio, creo que es algo de protocolo o esas cosas.- Dijo sin apartar la vista del móvil.

-Ahh.

La tal Palmira se acercó a nosotros con dos platos, puso uno delante de Kyle y otro delante mío sonriendo. Eran tortitas con sirve de chocolate y nata, la verdad que se veía y olía delicioso. Y más delicioso sabía.

Soy De AceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora