Capítulo 7

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No había logrado dormir mucho por la noche. Estaba nerviosa por empezar la escuela. Eran las 7:50, y la escuela empezaba a las nueve, por no sé qué de que un profesor no podía venir o yo qué sé que historia me contó Kyle. Mi cama no quería que me levantara de ella por mucho que yo no le insistiera. Ese amor era enfermizo. Unos golpes en mi puerta me hicieron darme cuenta de que debía levantarme, bueno unos golpes y un par de gritos de mi querido hermano Kyle. ¿Acabo de decir querido hermano?

-Vamos Camille, que tenemos algo que enseñarte abajo.- Eso me sirvió para levantarme como una bala de la cama.

Me dirigí al baño a darme una ducha de agua fría, mientras el agua caía sobre mí no dejaba de pensar en la escuela. Sería algo complicado para mi. Terminé la ducha y me envolví en una toalla. Cepillé mi pelo y lo sequé un poco, me dirigí al vestidor y le di paso a mi dilema mental de vestuario. ¿Qué debería ponerme? Decidí ponerme lo primero que pillara, total, no es como si me importara mi aspecto o lo que pensara la gente. Me decidí por un crop top blanco con unas pequeñas aperturas a los lados, unos pantalones largos holgados azul marino con detalles blancos y unos zapatos del mismo color del top. Mi pelo castaño ondulado le daba un toque bastante chic, me gustaba. Me puse unas pulseritas doradas muy finitas y me dirigí al baño de nuevo a maquillarme. Un poco de rimel y eyeliner. Lista. Antes de bajar cogí mi móvil de la mesita y miré la hora, 8:15AM, cogí mi mochila y bajé las escaleras dando saltitos dirigiéndome a la cocina. Cuando entré, agarré un vaso y me puse leche en él.

-¿Preparada para tu primer día? -dijo sonriendo. Lo miré y cogí unas tostadas y las puse en la tostadora.

-La verdad estoy un poco nerviosa... ¿Crees que me irá bien? -suspiré y miré el suelo. La verdad tenía algo de miedo por cómo podrían recibirme allí.

-Seguramente te vaya fatal. Te mirarán mal, se reirán de ti, te dejarán sentada sola... -miró sus dedos mientras iba nombrando todo lo que me decía.

-¡No me ayudas! -le dí un golpe en el hombro a lo que él soltó una carcajada. Maldito bastardo.

Mis tostadas ya estaban hechas y les unté mermelada de fresa. Kyle miraba todos mis movimientos y me estaba empezando a incomodar que me mirara tanto.

-Seguramente empiecen a tirarte gomas para llamar tu atención -soltó cuando me senté a su lado.

-¿Por qué deberían llamar mi atención? -se encogió de hombros y rodé los ojos.

-Puede que te preparen una broma de bienvenida.

-¿Desde cuándo se hacen bromas de bienvenida? -estaba empezando a ponerme nerviosa.

-Desde nunca, pero me aseguraré de que te hagan una, hermanita.

-Que te den, hermanito -susurré y ambos reímos. Acabé de desayunar y bajamos al garaje.

-Imagínate que alguien te raya el coche -estalló en carcajadas a lo que se ganó una mirada confusa de mi parte. ¿Coche?

-¿Coche? ¿De qué hablas, Kyle? Yo no tengo coche... -negué con la cabeza y puso cara extraña que no supe descifrar.

Cruzamos la puerta del parking y nos encontramos con Jane y Jordan al lado de una gran lona que tapaba lo que venía a ser... ¿un coche? Ni idea. Jane movía unas llaves en sus manos mientras le recriminaba algo a su marido.

-Mamá, papá -dijo Kyle llamando la atención de sus... nuestros padres -. Nos vamos al colegio -abrió los ojos desmesuradamente. Pero qué raro era ese chico.

-Estupendo -dijo Jordan y dirigió la mirada de su hijo a mí -. Pero antes tenemos algo que darte, Camille -miró a su mujer y sonrió.

Jane me entregó las llaves de coche que tenía en las manos. ¿Qué? Me las quedé mirando sin comprender nada y la miré dispuesta a preguntarle por eso, pero antes de siquiera abrir la boca vi como entre Jordan y Kyle retiraban la lona. OH. DIOS. MÍO.

Mi boca se abrió de par en par al mirar el coche que tenía delante. Un Bugatti. Un maldito Bugatti Veyron Grand Sport Vitesse. El maldito coche de mis sueños que tenía colgado delante de mi cama y lo admiraba cada noche deseando tenerlo. Maldita sea, era exactamente igual al de mi poster. Plateado y muy brillante por fuera con la tapicería naranja.

Todos me miraban esperando una respuesta o algún signo de ilusión pero simplemente estaba ahí, con la boca por los suelos y la mirada en el coche. No podía. No podía aceptarlo por mucho que deseara ese coche. Era simplemente demasiado.

-¿Y bien? -dijo Kyle con cierto nerviosismo. Lo miré y empecé a negar con la cabeza lentamente.

-N-no puedo... no... yo... -no podía hablar. Notaba la garganta seca y la adrenalina estaba corriendo por mi cuerpo. Estaba eufórica pero no podía demostrarlo.

-¿No puedes qué? ¿Conducir? Tienes carnet, ¿no? -asentí respondiendo a Jordan.

-Sé conducir pero... no... No puedo aceptar... eso -señalé el coche y volví a negar con la cabeza.

-¿No te gusta el modelo? Podemos comprarte otro si quieres -sonrió Jane.

-No, no. Me encanta, pero es demasiado... No... es muy caro.

-No te preocupes por el dinero que nos hemos gastado. Eres nuestra hija y podemos permitírnoslo. Queremos que te sientas a gusto en esta casa y que tengas todo lo que quieras. A parte, a nosotros nos gusta que os sintáis bien con todo lo que podemos daros -Jordan sonrió y abrió la puerta del conductor -. A parte, es tu primer día de colegio... ¿No quieres fardar de coche nuevo? -Kyle rió por el comentario de su padre.

-Quiero, quiero. -dije asintiendo con la cabeza varias veces provocando una sonrisa en la cara de Jordan.

-Pues deja de preocuparte por la cantidad y disfruta de tu coche nuevo -dicho esto, pasó un brazo por los hombros de su mujer y se fueron dejándome a solas con mi querido hermanito.

-Quiero comprobar tu manera de conducir. ¿Me llevas, muñeca? -dijo Kyle con diversión a lo que yo negué riendo.

-Si quieres ver cómo conduzco deberás seguirme con tu precioso Lamborghini, muñeco -sonreí. Kyle alzó una ceja divertido pero se metió en el coche. Entré y puse las llaves en el contacto -Como me distraigas, te castro -lo amenacé.

-Mierda, me has visto las ideas -dijo bromeando.

Increíble. Sinceramente ese coche era increíble. Era impresionante lo bien que funcionaba, lo fácil que parecía conducir con él. Kyle se portó bastante bien, aunque se llevó una colleja por intentar hacerme cosquillas. El camino me lo tuvo que ir diciendo él y sinceramente pensaba que me llevaría a cualquier lado menos al colegio, pero no, me sorprendió.

-¡Maldita sea, Camille! ¡Te has saltado ya dos veces la entrada del parking! ¡Mira que te aviso con tiempo! -chilló desesperado mi hermano.

-¡¿Qué culpa tengo yo de que no lo vea?!

Cuando por fin conseguí aparcar, salí de mi precioso coche y noté como todas las miradas se posaban en mí.

-Prepárate para tu broma de bienvenida, muñeca -susurró Kyle riendo.

Maldito bastardo.

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Caitulo 7!!!!! Y dar las gracias a mi Mejorisima amiga por haberme ayudado a escribirlo ya que mi inspiración el día de hoy era nula.

Gracias también a todos los que leéis y votáis !! Gracias, enserio me haceis muy feliz.

¿ Que esperáis del primer día de Camille?

Bai Beibehs. Mucho lof.

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