Parte 2/2
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─ Nop, para nada. -Volvió a reír más fuerte- Ok, si me estoy burlando de ti. -Ambos empezamos a reír a carcajadas al momento que la puerta en frente se abría-
Una mujer de tamaño medio, cabello castaño oscuro y ojos marrones oscuros se encontraba parada ahí en la puerta. Tiene una sonrisa hermosa, se parece a la de Mateo... o claro ya se de quien heredó la sonrisa Mateo.
─ Hola cariño. -Dijo la señora abrazando a Mateo- ¿Y ella es tu novia?
─ No mamá, ella es una amiga. -Dijo Mateo riendo- Jos ella es mi mamá, Mamá ella es Joselyn.
La señora se acercó a mi, me abrazó y depositó un beso en mi mejilla. ¡Que dulce!
─ Llámame Magdalena, nada de Señora. -Sonrió- Pasa pasa.
─ Estaremos en mi salón. -Dijo Mateo y sonrió-
─ De acuerdo, les prepararé una merienda rica. -Dijo Magdalena y entró en una puerta que he de suponer que es la cocina.
─ Ven. -Mateo tomó mi mano y empezamos a caminar hacia algún lugar. Mateo sin soltar mi mano abrió una puerta, sentía una mirada pero de seguro eran cosas mías-
El salón era ¡UNA BIBLIOTECA!
─ ¡Guo! -Dije sin poder creerlo- Mateo esto es genial.
─ Lo sé. -Rió-
Alguien abrió la puerta detrás de nosotros rápidamente. Giramos un poco nuestras cabezas para mirar y era Mariana, la hermana de Mateo.
─ ¡Joselyn! -Dijo alegremente. Increíble que se acordará de mi- Oh. -Sonrió con picarda hacia su hermano y luego miro nuestras manos juntas-
Inmediatamente me puse roja, y no encontraba como separar mis manos de las de Mateo. Empezaba a remover mis manos poco a poco, pero Mateo dio un ligero apretón a la mano. Y esta vez, no creo que hayan sido cosas mías.
─ ¿Que necesitas Mariana? -Preguntó riendo-
─ Nop. Sólo quería confirmar algo... ¡BYE! -Dijo esto último, cerró la puerta con fuerza y oímos sus pasos fuertes por el pasillo-
─ Lo siento por eso. -Rió y ahí soltó mi mano-
Se acabó el dulce sueño.
─ No hay problema. -Sonreí-
─ ¿Me pasas tu cuaderno?
─ Claro.
─ Siéntate aquí. -Dijo señalando un asiento a su lado. A lo que hice caso y me senté- ¿En serio? -Rió mirando mi cuaderno. Sólo tienes que investigar unas leyes, es simple.
─ Oh, no sabía. -Reí-
─ ¿Que tenías ayer? -Preguntó serio-
─ Nad...
─ En serio Jos. No lucías bien, estabas apagada. Y tú no eres así. ¿Que tenías ayer?
─ Tuve una pesadilla. -Me miró confuso- Es algo difícil de explicar.
─ Pues, tenemos toda la tarde y la noche, si quieres. -Rió-
─ Bueno... -Inicie- Soñé que alguien me hablaba, pero no me decía nada bonito. Decía que yo soy fea, que nunca nadie se fijará en mi, y que a ningún chico le gustaría. -Lo último lo dije en un susurro pero de igual manera Mateo escuchó-
─ Es sólo una pesadilla Jos. Cualquier chico estaría feliz de estar contigo, eres agradable, bonita, inteligente, chistosa, eres especial, de verdad. No dejes que un sueño como ese te arruine tu sonrisa. -Sonrió y mire su mano que estaba encima de la mía-
Oímos a alguien tocar la puerta y Mateo respondió a la persona que pasara.
─ Oh, espero no interrumpir. -Dijo Magdalena viendo nuestras manos, y de nuevo un sonrojo se hizo presente- Les traje galletas con chispas de chocolates. Espero que les gusten. -Sonrió y se fue rápidamente-
─ De acuerdo, terminemos esto. -Dijo Mateo sonriendo-
Y así pasamos nuestra tarde, entre risas, alegrías, conocí al papá de Mateo. Su nombre es Marcos, esta era la casa de las M. Todos los nombres empezaban por la M, Marcos, Magdalena, Mateo y Mariana.
Realmente es muy divertido.
La había paso increíble junto a Mateo. Luego de terminar mi charla con todos ya se había hecho la hora de volver a casa.
Ahora nos encontrábamos afuera de mi casa.
─ Gracias por todo Mateo. -Sonreí-
─ De nada. -Sonrió- Oh, toma tu teléfono.
─ ¿Cómo lo tienes tú? -Lo miré confusa-
─ Se te había quedado encima de la mesa, y quería ver si tardabas en darte cuenta que lo habías perdido. Y vaya que tardaste... -Rió-
─ Gracias de nuevo. -Reí- Hasta luego. -Me iba a ir pero Mateo tomó mi mano acercándome a él abrazándome-
Ok esto ya es extraño.
Mi corazón empezó a latir rápidamente, y justo antes de separarse depositó un beso en mi mejilla.
─ Hasta mañana Jos. -Sonrió y se subió a su moto- Entra Jos, no me voy a ir hasta que ver que ya estás a salva. -Rió de nuevo-
─ Ok papá. -Gruñi riendo-
Caminé a la casa, y antes de cerrar la puerta Mateo se despidió con la mano y así puso en marcha su moto.
─ Huy pero quien es ese chico. -Dijo mi hermana dándome un enorme susto-
─ Alguien demasiado lindo para mi.
─ No creo que él piense lo mismo. -Rió- Mañana me cuentas. -Dijo y subió a su habitación-
Yo subí igualmente feliz a la mía, estaba feliz y eso estaba claro. Hoy había sido un día genial, más que ayer.
Me acosté en mi cama, y pensé en todo lo ocurrido hoy.
Vaya día...
Sin más, me quedé dormida. Con una enorme sonrisa en mi rostro...
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Existente pero Ausente.
Teen Fiction¿Qué pasa si te sientes presente y a la vez ausente? ¿Qué pasa si amas y no eres amado? Qué admiras, pero no tocas. ¿Qué pasa cuando te lastiman no físicamente, pero si verbalmente? Y lo peor, ¿Qué pasa cuando te sientes insuficiente? ...