"Mariana, Reencuentros y Besos perdidos."

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Capítulo 24

"Mariana, Reencuentros y Besos perdidos."

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Martes de nuevo. 

Van tres semanas. Y sólo faltan dos para el juego final. Que al parecer es el más esperado por todos.

Estaba en la cafetería de la esquina esperando por Mariana.

Era la primera vez que salgo de casa en mucho tiempo.

Ella me había escrito un mensaje pidiendo que nos reuniéramos aquí para "hablar".

Tengo nervios por lo que ella pueda llegar a decirme. O si me insulte por ser tan tonta. 

¿Qué me dirá?

Puede que ella tenga toda la razón en odiarme por no querer hablar con Mateo. Esto es mi culpa.

Yo... yo tengo que irme justo ahora con él.

Llevo tres tontas semanas de tonto desperdicio. 

Repito: TONTO.

Empecé a tomar mis cosas para irme en busca de él.

 ¿Jos? ¿A donde vas? -Dijo Mariana apareciendo a mi lado-

─ Voy en busca de mi felicidad. -Reí- Mariana dime donde está Mateo. -Suspiré- He sido una completa idiota. Necesito pedirle disculpas. Yo-yo...

─ ¡Jos! -Dijo riendo Mariana- Uno, él lo sabe.

La miré confundida. ─ ¿Sabe que soy una tonta?  -Fruncí el ceño-

 Sabe que necesitabas tiempo. -Rió- Y segundo...

─ No tienes que pedir disculpas Jos. -Oí su voz detrás de mi. Mi corazón nuevamente empezó a andar a mil. Mis manos empezaban a sudar- 

Poco a poco giré para admirarlo a él. 

Y si, ahí estaba.

Con su sonrisa perfecta. Sus ojeras de entrenamiento ya casi no se veían. Y sus super músculos muy bien ejercitados estaban a la vista con esa camisa blanca apegada a su cuerpo.

 Hey. -Saludó-

─ Hey. -Respondí aún en shock- 

 ¡Nos vemos cuña! -Dijo Mariana desapareciendo de nuestro lado riendo-

Mateo la miró irse, riendo. Dios como extrañaba su risa.

Y si, esta es su risa sincera.

─ Jos yo... -Interrumpido-

Por mis labios. 

Y entonces lo besé.

 El beso es la única caricia que no requiere manos.

Y entonces me olvidé del mundo a nuestro alrededor. 

 Sólo eramos él y yo.

Mateo se sorprendió por unos segundos pero rápidamente reaccionó y sus labios se empezaron a mover en sincronía con los míos.

Quisiera explicar el como me siento ahora. Pero es tan difícil. Muchas de las historias que he leído tienen una explicación exacta del beso de los protagonistas. Pero esta no es una historia de esas. Lo que significa que no puedo explicarlo. Y es que este beso es tan perfecto, que juro que estoy tratando de encontrar las palabras para explicarlo... pero no las encuentro.

Sólo somos él y yo. En esta pequeña burbuja que ambos creamos.

No es momento de explicar. Es momento de sentir. Y lo que siento justo ahora podría ser el sentimiento más hermoso de la vida.

Y no quiero desperdiciar ni un segundo explicándolo.

  Y así seguimos, hasta que nuestra respiración necesitó de oxígeno.

 Perdóname. -Dije con voz entre cortada- 

 No tengo nada que perdonarte. 

 Te amo. Y soy una tonta por no ir justo en el instante en que te oí decir esas palabras cuando llamaste a Andrés. 

Me miró confundido. Espera. ¿Qué? 

 Puso la llamada en alta voz. -Sonreí inocentemente- 

 Idiota ese. -Murmuró- 

 No fue tu culpa. -Inicié- Yo... pensé que si regresaba dejarías de hacer lo que tanto has luchado conseguir. Yo me alejé cuando no debí. Pero te juro que nunca deje de amarte. Pensé que por el hecho de ser jóvenes esto se te pasaría. Que encontrarías a una chica mejor que yo y... -Colocó su dedo indice en mis labios- 

 Pensaste demasiado Jos. -Rió- Yo... supuse que querías espacio. Y eso fue lo que hice. Te lo di. Pero igual me sentí devastado. 

 Lo siento. -Susurré- 

 Hey. -Sonrió- ¿Porqué tardaste tanto? 

 Estaba esperando al juego final. 

Rió. Pues. ¿Nunca has escuchado esa frase que dice; "Porqué dejar para mañana lo que puedes hacer hoy?" 

 Si. -Murmuré- Te odio.

─ Yo también te amo. -Sonrió- 

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 Tengo el presentimiento de que volvieron. -Murmuró Gabriel-

Reí separándome de Mateo.  

 ¿Ah si? Que extraño. -Dije riendo- 

 Me siento abandonado de nuevo. -Murmuró Damián- 

 Son un asco. -Dijo Nick- Y pensar que ayer, Jos no nos ignoraba. 

 Dejen de quejarse Mamuts. -Reí- 

 Exacto. -Afirmó Mateo- Además, mi novia y yo desperdiciamos muchas semanas separados. Así que sí no les importa aprovecharemos todo el tiempo juntos.

Mateo tomó mi mano y me llevó hacia el jardín.

─ ¡Si nos importa! -Oímos a nuestras espaldas- 

Sonreí al recordar el día en que él vino y me ayudó a decorar el jardín.

Aquellos tiempos parecen lejanos.

Mateo se colocó de espaldas a mí y colocó sus brazos alrededor de mi. A la vez que colocaba su cabeza en el hueco de mi cuello.

 Me gusta cuando estamos así. -Susurró- 

 Juntos. -Reí al recordar mis palabras- 

 Siempre. -Inició-

─ Siempre. -Afirmé. Y desde esa posición unió nuestros labios. Un beso calmado, lento, pero lleno de amor- 

Existente pero Ausente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora