Existente pero Ausente.

"Miradas cómplices y evitadas"

Capítulo 14

"Miradas cómplices y evitadas"

Parte 2/2

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El resto de las clases estuvieron aburridas, increíblemente leímos y leímos toda la tarde.

Al salir todos los alumnos nos dispersamos cada quien a donde sea que se dirigían.

─ ¿Algo interesante que podamos hacer?

─ Yo iré a la biblioteca. -Respondí-

─ Vaya. -Respondió Nick gruñendo- ¿Hasta cuando tienes que trabajar?

─ Hasta esta semana si quiero.

─ ¿Como "si quieres"?

─ Tengo la oportunidad de seguir trabajando, y esta vez... en serio. -Sonreí-

─ Ay no. ¡No más Jos! -Rió-

─ Creo que el Plan necesita empezar por tu lado. -Dijo Emily mirando detrás de mi-

─ ¿Qué? -Dije girándome para mirar a la tal Elizabeth abrazando a Mateo con una mano, mientras que con la otra tenía un refresco, pero Mateo seguía con sus brazos bajos-

Eso es pasar pena...

Ya que ni siquiera le corresponde el abrazo.

Juas juas.

─ Quiero hacer mi acto maléfico del día. -Dije mirando en dirección a la Elizabeth-

─ ¡Aprobado! -Dijo Nick- ¿Que haremos?

Rápidamente le conté mi plan a Nick y a Emily que estaban más entusiasmados que yo.

Me subí encima de Nick y empezamos a recorrer todo el estacionamiento de la Universidad, él me tenía cargada como caballito, mientras que Emily nos grababa... a cómo podía.

De un momento a otro terminamos cerca de Elizabeth, y con una simple patada de mi parte hacia Nick quien rápidamente entendió la indirecta, terminamos casi encima de ella haciendo que su adorado refresco terminará derramado sobre su camisa.

─ ¿QUÉ TE PASA ENFERMA? -Mateo intentaba aguantar una risa, mientras que Nick colocaba su brazo frente a mi en forma de defensa-

─ Fue sin culpa. -Respondí tranquila-

─ ¡NINGÚN SIN CULPA! ¿QUÉ EDAD CREES QUE TIENES ESTÚPIDA? -Creo que doña perfección se enojo-

─ Tengo 17. -Reí- Disculpa, pensé que eras joven. -Inmediatamente las risas de todos se hicieron presentes, a la vez que veía como la mano de Elizabeth se dirigía a mi rostro-

Gracias a Dios mis reflejos fueron muy bien creados.

Rápidamente mi mano atrapó su mano.─ Ni se te ocurra ponerme una mano encima porque te juro que no vives para contarlo. -Dije lo suficientemente amenazante-

─ ¡Eres una estúpida! -Dijo furiosa-

─ ¿Se supone que es aquí donde lloro por tu insulto? -Respondí riendo-

─ ¡Eres una...! -Inicio de nuevo-

─ ¿Estúpida? Eso ya lo dijiste. -Reí-