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El viaje de vuelta a Madrid se me pasó mucho más rápido que el de ida, y eso que Blas estaba tristón por tener que irse tan pronto; más de la mitad del viaje estuvo pidiéndome mimos que yo le daba gustosa... en el fondo seguía siendo un niño pequeño encerrado en el cuerpo de un hombre.

Cuando llegamos, a las seis de la tarde, nos esperaban en la estación Carlos y Dani, que habían venido con el coche del primero. Nada más verle, corrí a abrazar a Dani, que me correspondió el abrazo entre risas, y ante las miradas sorprendidas de Blas y Carlos, cogiendo el último mi maleta, que había dejado tirada en el suelo para poder abrazar más cómodamente al rubio.

-¿Qué pasa, que para mí no hay abrazo?-protestó Carlos, arrastrando mi maleta, y fui a darle dos besos para que se callara, para luego volver con Dani y abrazarle de nuevo.

-Blas, lo siento, tío; creo que me prefiere a mí.-dijo el rubio entre risas, y le di un "suave" golpe en el estómago sin dejar de abrazarle.

-Tú y yo sabemos por qué te abrazo, así que calla.-dije y él murmuró un gracias en mi oído.-No me des las gracias, tenemos una conversación pendiente todavía, no te vas a librar, eso tenlo bien clarito.

-Lo sé, lo sé.-dijo con una sonrisa.-Venga, vámonos antes de que empiecen a llegar las fans y no podamos salir de aquí en tres días.

-Sí, será mejor irnos cuanto antes.-concordó Carlos.

Quise volver a llevar yo mi maleta, pero el alicantino no me dejó, así que le cogí a Blas su maletín, para llevar algo, pues el mío lo había guardado en la maleta esa mañana después de hacer una video llamada con mi padre, en la que conoció a través de Skype a Chus, que se acercó a curiosear mientras hablaba con él sentada en la mesa de la cocina.

La primera parada fue en casa de Blas, donde le dejamos, pues tenía que acercarse cuanto antes a hablar con Magí, que le había llamado durante el viaje diciéndole que tenía que comentarle algo de gran importancia; así que tras despedirme de él llenándole de abrazos y besos; seguimos hacia la casa de Carlos, que se ofreció a llevarme a casa después de revisar el contrato juntos.

El contrato estaba bastante claro, y tal como había dicho Carlos, era un mero formalismo para que yo tuviera seguridad social y todo fuera legal. No nos llevó más de media hora terminar con aquello, mientras Dani nos miraba atentamente; supuse que no tendría nada mejor que hacer. Al terminar, y ya con todo firmado, Carlos cogió nuevamente las llaves del coche; pero Dani se adelantó y dijo que él me llevaría a casa, por lo que Carlos se despidió de nosotros y, tras sacar mi maleta del coche de Carlos y meterla en el de Dani; nos fuimos de allí.

-He discutido con Cris.-dijo Dani de repente, después de un buen rato en silencio; tomándome completamente por sorpresa.-Dice que está harta de todo esto, que nunca tengo tiempo para ella, que no podemos vernos apenas... y lo peor es que tiene razón.

-Pero ella debería entender eso, Dani, es lo que implica tu trabajo.

-Lo sabe, pero está cansada de esto; y en cierto modo la entiendo, es decir; yo también estoy cansado de no poder verla todo lo que me gustaría, son muchas horas en coche cada vez que voy a verla o ella viene a verme. No sabes la suerte que tienes de vivir tan cerca de Blas.

-Acabará entrando en razón, probablemente tan sólo sea un bajón pasajero; intenta hablar con ella, igual le pasa algo y es por eso que te echa más de menos.

-Si pudiera me había plantado en Murcia a verla hoy mismo, pero tenemos que terminar el disco, sale el mes que viene y aún no está acabado.-se le veía abatido, y sinceramente, verle así me partía el corazón.- ¿Qué puedo hacer, Mara? No quiero perderla, ella lo es todo para mí.

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