60.

429 18 0
                                    

Todos dormían ya en casa, mi madre pasaba la noche aquí; pero la noticia de que mis padres habían retomado su relación me había pillado tan de sorpresa que no lograba conciliar el sueño.
"¿Despierta a estas horas?"
Sonreí al leer el mensaje de David, que iluminó mi pantalla.
"¿Te llamo y me cuentas?"
Otro mensaje emergente iluminó la pantalla de mi móvil, debió ver los tweets que puse minutos antes. Segundos después mi móvil sonaba indicando una llamada entrante, mostrando "Pasteliito" en la pantalla, y lo cogí al instante.
-Lees mis mensajes y no me respondes, eres una mala chica.-dijo nada más descolgué.
-Anda, idiota.-reí.
-Sí, idiota y todo lo que quieras; pero ahora me cuentas qué atormenta tu pelirroja cabecita.
-No es nada, tranquilo... Las noticias nuevas siempre me alteran.-suspiré.
-¿Vas a hacerme ir hasta tu casa para que me cuentes lo que ocurre? Porque sabes que soy capaz, aunque he bebido un poco y no sería muy recomendable.
-Eres un borrachuzo.-dije entre risas.
-No me cambies de tema, Marita; suelta por esa boquita lo que te tiene tan mareadita.
-¿En serio, David? ¿Te parece buen momento para hacer rimas?-no podía casi tenerme de la risa, y por lo que oía, él estaba igual que yo.
-Me ha salido sola, lo juro.
-Yo que tú aprovechaba el momento de inspiración y me ponía a escribir canciones.
-¿Otra vez? ¡Que no me cambies de tema! Que estaré un poco ebrio, pero sigo en mis cabales y me entero de todo.
-Mi madre ha vuelto a casa.-dije, soltando un largo suspiro.
-¿Cómo? ¿Después de todo? No lo entiendo, Mara, la verdad... siento decírtelo así, pero me parece una gran equivocación.
-No sé qué pensar, David... Hemos hablado largo y tendido cuando he vuelto, parece verdaderamente arrepentida, y nos ha pedido perdón a los tres reiteradas veces; pero sigo sin saber qué pensar de que hayan vuelto juntos. Todo está yendo demasiado deprisa.
-Es complicado aconsejarte en esto, Mara... pero, cielo, opino que si a ti y a tu hermana no os afecta el hecho de que vuelvan juntos, no debes meterte. Al fin y al cabo, es su vida, no la del resto.
-Tienes razón. Supongo que mientras las cosas vayan bien no pasará nada, pero no creo que todo vaya a ser color rosa para siempre. Y no me apetecería revivir sus peleas de madrugada, y mucho menos volver a caer enferma como me pasó entonces.
-Si eso empieza de nuevo, sabes que tienes aquí mi casa; mi puerta siempre estará abierta, para ti y tu hermana, por supuesto. La diferencia ahora es que no os vamos a dejar solas, aunque me apuesto lo que quieras a que entonces tampoco lo estábais.
-No, no lo estábamos, pero no supimos pedir ayuda.
-Ay, bichito... no te preocupes por eso ahora. Estoy aquí, y el resto igual. Para lo que necesites.
-Lo sé, y te lo agradezco infinitamente. A ti y a todos.
-Ahora respóndeme a otra cosa... ¿qué pasaba con Blas esta tarde? Y no me respondas con evasivas, porque te he visto con Álvaro, y estabas llorando.
-El sábado, no sé si lo sabes, pero hace un mes que Blas y yo estamos juntos.
-No, no lo sabía.
-Pues eso, el sábado hacemos un mes... pero al parecer o no se acuerda o no le interesa; porque ya ha quedado com Rocío para ir al aeropuerto a llevar a Dangelo... y no es que me moleste que vaya a despedir a su amigo, pero podría decírmelo, no sé, es nuestro día... me gustaría que contara conmigo.
-Me gustaría tener una buena respuesta para darte, pero me temo que no la tengo. Sólo puedo decirte que Blas no es de los que olvida fechas señaladas...
-Pues con eso no me ayudas mucho.-bufé.-Tengo miedo, Dav, ¿y si no le da importancia? Es decir... yo pensaba que haríamos algo, ver una película o ir a pasear... cualquier cosa, pero juntos, no esto...
-No le des más vueltas, bichito, que es peor. Verás como todo esto luego se queda en nada.
-Es que no puedo evitar pensarlo, David... en fin. Creo que voy a irme a la cama, estoy destrozada.
-Te vendrá bien descansar, sí. Buenas noches, bonita; y ya sabes, cualquier cosa, me llamas; da igual la hora que sea.
-Gracias, pastelito; te quiero.
-Y yo a ti, Marita; muchísimo.
Corté la llamada y apagué el teléfono para ponerlo a cargar. Hablar con David me había sentado muy bien, él y Álvaro eran mis confidentes preferidos; siempre tenían un consejo o palabras de aliento para mí cuando lo necesitaba.
Abrí la cama y me tumbé, tapándome con las sábanas; para después apagar la luz, cuyo interruptor, afortunadamente, estaba al lado de la cama. Seguía confusa, mi madre de nuevo en casa, el tema del mesario con Blas... sentía que mi cabeza iba a estallar en cualquier momento, así que intenté evadirme por todos los medios habidos y por haber.
Al parecer terminó funcionando, porque lo siguiente que mi mente procesó fue el sonido de la alarma del móvil, indicando que era hora de levantarse para ir al instituto. Yo no, Laura; pues ese viernes mis compañeros tenían excursión, y yo iba a aprovechar para pasarme el día entero en casa estudiando filosofía.
Fui hasta el cuarto de mi hermana para despertarla y yo me volví a la cama, eran sólo las siete y media, y había estado despierta hasta muy tarde; así que pretendía dormir un rato más.. pero no fue humanamente posible. Me había desvelado del todo.
En lo que Laura desayunaba y preparaba sus cosas, comí algo ligero y me puse un chándal calentito; si no podía dormir, saldría un rato a correr con Kiko. El perrito se puso tan contento al ver que ese día salíamos más temprano, y en cuanto Laura estuvo lista y yo tuve las llaves guardadas en el bolsillo junto al móvil; salimos del piso con prisa.
No estuve más de cuarenta minutos fuera con Kiko, pero cuando volví, me di cuenta de que al irme me había olvidado de un gran detalle; y ese detalle estaba sentado en mi sofá desayunando como si tal cosa.
-Oh, buenos días, mamá.-dije, entrando por la puerta y soltando a Kiko.-Pensé que ya te habías ido, siento haberte dejado aquí sola.
-No te preocupes, tienes que seguir con tu vida; que yo no sea un impedimento, hija.-me respondió con una sonrisa, y se levantó del sofá, dejando la taza en la mesa.-Yo me voy a ir a trabajar... vendré esta tarde a veros.
-Está bien... supongo.-dije, aún algo estupefacta.-Yo... voy a ducharme, vengo sudada de correr.
-Vale, hija. Nos vemos después.-dijo, y sin decir más, se fue.
-Y esto se lleva la palma en cuanto a cosas raras.-dije en voz alta, y Kiko me miró desde su camita, lo que me hizo reír antes de ir en busca de toallas limpias.

Twitter {Auryn}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora