8.

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Kurapika se acercó a Rin.
- Tu eres Rin, verdad? Te acuerdas de mi?
La muchacha se sorprendió al instante y sus mejillas se tornaron a un rojo cereza que combinaba perfectamente con sus trenzas de oro.
- Tú eres Kurapika, cierto?
Rin levantó la vista y le miró a los ojos.
Kurapika se quedó un instante petrificado. Con el habla muda.
El joven Kurta le había dado muchas vueltas a como serían los ojos de Rin desde que la vio por primera vez en el bazar. Se le venían a la cabeza imágenes de ojos azules, verdes, cafés ... Lo único que sabía, era que tenía numerosas pecas, o al menos, eso creía recordar.
¿Cuantas pecas tenía?... es decir, ¿tenía pecas realmente?. Era absurdo darse cuenta lo tanto que le faltaba conocerla. Sí, si tenía, bajo sus ojos descendiendo ligeramente hacia la parte superior de sus mejillas y sobre su nariz, que le recordaban a los granitos de café recién molidos. También llevaba hermosas gafas de montura roja y un par de trenzas de espiga a cada lado.

A Kurapika no le descontentaba aquella muchacha, más bien, le llamaba la atención y sentía curiosidad por su carácter tímido.

- GRACIAS POR IRTE CORRIENDO SIN AVISAR, EH!
Aquella voz a lo lejos sacó inmediatamente a Kurapika de su estado de trance.
- O-oye, estás bien? - dijo Rin colocándose las gafas con su dedo índice de la mano derecha, mientras que con la mano izquierda sujetaba un libro.
- Sí, lo siento, jaja - dijo Kurapika sonriendo.
- Y el es...? - Rin señaló a Killua, que había venido corriendo intentando alcanzar a Kurapika.
- Ah, este es Killua, un amigo.
- Encantando ! - dijo mientras suspiraba exhausto. - Huh? Es la primera vez que veo unos ojos como los tuyos.

Los ojos de Rin no eran unos ojos comunes. Eran unos ojos grandes, de color violeta.. No, tal vez morado con tonos azulados que variaban según la cantidad de luz que le golpease en ellos. Eran los primeros ojos en el mundo que habían dejado en trance a Kurapika.

- Son muy bonitos. Que envidia.
- Pero si tu tienes unos ojos azul cielo!
- Ya, bueno, pero no se pueden comparar con los tuyos, no voy a mentirte.
- Tus ojos son mucho más bonitos, los míos simplemente son extraños.

Kurapika sonreía manteniéndose al margen de la conversación. Le resultaba agradable oírlos hablar como si se conocieran de toda la vida.
Se percató en el libro que Rin estaba sosteniendo.

- Has leído El libro sin nombre.?
- Eh?

Los dos miraron extrañados a Kurapika.

- He visto que llevabas un libro en las manos. A juzgar por la portada, ese libro es El libro sin nombre.
- Pero si no tiene nombre como vas a saber su título,baka. - dijo Killua.
- Ese es el nombre del libro.
- Qué?
- Déjalo, ya aprenderás, pequeño saltamontes. - Kurapika sonrió y le tocó la cabeza dulcemente.
- A mi no me llames saltamontes... El que siempre va de verde y está en el campo es Gon, no yo, jum.
- Ya, cierto, tú eres más como un gato travieso.
Rin rió levemente. La portada del libro que sostenía era verde, con los bordes dorados formando figuras abstractas que semejaban un marco. El libro estaba un poco viejo, pero Kurapika se había leído un montón de libros de todos los tipos, y ese era uno de ellos, por eso lo conocía muy bien.

- Yo soy la primera que dice que no hay que juzgar a un libro por su portada, pero sí, tienes razón. Acabé de leermelo de camino.

- Bueno, yo casi que me voy. Os dejo a solas. - Dijo Killua con cara de.. bueno, mejor no digo de qué, y sonrió pillamente.
- Y luego, tú a donde tienes que ir con tanta prisa, Romeo?
- Tengo tarea que acabar.
- PERO SI NO COGES UN LIBRO!
Tú vas a ver a Kira, mentiroso.
- ...
- Y se hizo el silencio. Eso prueba que tengo razón.
- Si es que a los magos os encanta discutir, ya lo decía Hisoka..
Kurapika agarró el brazo de Killua y le extendió 500 jeni.
- Comprale algo bonito. - le susurró. -Si vas a hacer algo, para eso hazlo bien. - dijo a continuación de guiñarle un ojo.
Killua lo abrazó como quien te salva de caer por un precipicio.
- Te debo una.
- Ves como tenía razón, heh.
- Ahora que lo pienso, no tienes que acompañar a Neón a la subasta?
- La subasta será en unos meses.
- Pero ella no se iba en unos pocos días?
- Si, pero volverá para la subasta. Solo irá a recoger unos artículos.
Killua alzó la vista al reloj de la plaza.
- Bueno, me voy que llego tarde!
- Suerte!
- No la necesito!
- No seas tan orgulloso! - dijo Kurapika mientras observaba a Killua alejándose, mientras le respondía sacudiéndole la mano.

- Adiós, Killua-Kun!
- Hasta otro día, Rin-chan!

chained to myself [ HxH ffic ]®™Donde viven las historias. Descúbrelo ahora