chained to myself [ HxH ffic ]®™

14.

Killua cogió el teléfono y, para su sorpresa, la voz del otro lado le resultaba algo familiar. No. Algo familiar, no. sabía perfectamente que esa voz chillona solo podía ser de alguien.
- Killua!
- Gon!
Su amigo de cabello puntiagudo estaba al otro lado del teléfono. Su voz se notaba entusiasmada y alegre, como un niño cuando recibe los juguetes que tanto quería por navidad.
Hablando de la navidad, se acercaba, y el joven de ojos grandes color miel estaba ansioso por ver a sus amigos de nuevo. El rubio de ojos brillantes como rubíes había afirmado que el ' casi doctor ' también vendría, puesto que estaba estudiando medicina en el extranjero.

- Estoy llegando al puerto del este.
- Qué?

Killua colgó el teléfono y se dirigió al puerto este tan rápido como se lo permitieron sus piernas.

Antes de ponerse en marcha, su manos hicieron contacto con el rostro de Kira. Podía sentir la elevada temperatura de sus mejillas que iban adquiriendo un color significativo.
- Te presentaré a Gon ahora. - le susurró suavemente al oído mientras agarraba sus manos.

Habían hecho un pequeño puerto a las afueras de la ciudad en dirección al este, para que pequeños barcos pesqueros que pretendían comercializar sus productos en ciudad York Shin tuvieran mejor acceso, y también para poder transportar pasajeros o visitantes de ciudades o islas aisladas. En el caso de Gon, era la segunda opción.

En esos momentos los dos jóvenes agarrados de la mano se encontraban corriendo lo más rápido que podían. Puede que no tardasen ni siquiera una hora en llegar al puerto, ya que cuando quisieron darse cuenta ya estaban delante del muelle.
Las gaviotas emitían gaznidos mientras volaban por los alrededores y las olas permanecían calmadas.
A lo lejos se podía observar una silueta de un barco aproximándose al puerto. Gon estaba en la proa del barco, es decir, en la parte delantera, sacudiendo su mano derecha como señal de saludo.
Killua estaba nervioso, no podía negarlo. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que había visto a aquel muchacho y no sabía si este le iba a reconocer.
Le sudaban las manos y se le entre cortaban las palabras. Pero también estaba emocionado, ya que por algo era su mejor amigo.

Cuando el barco atracó en el puerto, ambos corrieron en línea recta el uno hacia el otro, hasta que el recorrido terminó en un punto de encuentro que se convirtió en una explosión de emociones intensas al abrazarse mutuamente.

Killua sentía impotencia. No sabía que hacer. No sabía si soltarlo o continuar abrazándolo. Estaba feliz de verlo de nuevo, de llenar el vacío de su corazón, y Gon, se sentía emocionado y feliz, pero con la sensación de que se le humedecían los ojos.
Una mezcla de emociones contradictorias de formaba en torno a ellos haciendo un reencuentro precioso. Al menos, eso pensaba Kira, que les observaba con el atardecer de fondo. Probablemente era la imagen más bonita que había visto en mucho tiempo.