chained to myself [ HxH ffic ]®™

15.

* Beep-Beep-Beep *

El pequeño albino sacó su brazo derecho de entre las sábanas y comenzó a palpar la mesilla hasta que dio con el despertador.
Había pasado una hora y media desde que Gon se había levantado. Eran las once y media, pero Killua quería continuar en el calor de las sábanas, envuelto como un rollito de primavera, cual mariposa en su crisálida.

Un joven de cabellos rubios se asomó por la ventana mientras el sol golpeaba en sus ojos color chocolate con leche.
- Oye! Qué haces en mi casa?
- Ves lo molesto que se siente? Llevo aquí una hora. Vine a ver a Gon.
- Oh, cierto. ¿Qué está haciendo ahora?
- Ha salido a dar una vuelta con Rin.
- Rin? Así que has venido con Rin, eh?
Killua ya comenzaba a sonar como de costumbre.
- Si. Vine con ella. De echo, estoy pensando en pedirle algo el día de nochebuena.

Killua era un chico muy astuto y concienzudo. Inteligente y calculador. Todo lo que no tenía Gon, lo tenía él, y viceversa.
- ¿Te gusta Rin?
- Estos días los pasamos juntos y ... Sabes qué? Es la única que puede hacer que me olvide de mis problemas por un leve periodo de tiempo. De la subasta, del clan, de los estudios ... De todo en general.
- Estás enamorado.
- No puedes saberlo. Tú nunca te has enamorado.
- Lo estás.
- Oye, por qué insistes tanto.
- Porque yo también estoy enamorado. Suena horriblemente cursi, pero es cierto.

(*)

- Souka. Así que fue entonces cuando llegasteis al muelle.
- Si.
- Y como te sentiste?
- Raro. Ahora evitamos un poco el tema. Quiero decir, se hace incómodo.
- Entiendo.

Kurapika miró a Killua y comenzó a reírse. Que Killua le hablase desde la cama en una posición en la que apenas se podían ver sus ojos azules asomando por las mantas, se hacía una imagen graciosa.

- Pareces ...
- Si, lo sé. Parezco un capullo de seda qué pasa.
- ¿Sabes?
- Dime.
- Te acuerdas del libro Sin nombre?
- Si. Es ese libro raro del que hablabais tú y Rin, verdad?
- Exacto. Hay una pequeña parte de ese libro que cuenta una historia muy significativa.
- Huh?
- Cuenta como un muchacho cuenta como salva a un ser tan insignificante como una mariposa de una muerte segura. Es solo uno de los muchos relatos que trae ese libo, pero es mi favorito.
- Por qué?
- Porque me siento identificado. Verás,de pequeño, una vez vi a una mariposa atrapada entre unas ramas secas con espinas. La contemplé unos segundos, y llegué a la conclusión de que había podido entrar entre esas ramas, pero que sin mi ayuda no podría salir y terminaría muriendo allí.
Llevaba una camiseta de manga larga, así que, tomé mis mangas y las arremangué como un acto de un hombre que está dispuesto a dar la vida en el acto siguiente, - una vida por una mariposa?
- Cállate y no me interrumpas.
Así que con determinación y poco cuidado moví las ramas, y la mariposa salió.
Debía de tener sobre cinco años. Creo que fue la primera vez que me sentí valiente. Corrí junto a mi abuela para contarle mi acto de heroísmo y me dijo algo muy sabio.

Killua salió de entre las mantas y se sentó en la cama, al lado de Kurapika. Parecía que la historia comenzaba a gustarle.

Kurapika lo miró y a continuación cerró los ojos.
- Ella solo rió al escuchar mi anécdota. Yo le pregunté si había dicho algo gracioso, que qué le hacía gracia. Tocó mis cachetes colorados y me dijo que algún día esa mariposa sería una mujer, y que las espinas no me marcarían la piel, como se mostraba entonces en mis pequeños dedos, si no que me marcarían el alma.
Pero me dijo que recordase siempre que lo importante sería dejar libre a la mariposa, no importa cuanto tardes, cuanto duela o cuanto dudes, lo más importante será siempre dejar libre a la mariposa.

- Oh.. Enserio..?
- Si. Esa anécdota se ha convertido en el lema de mi vida. Y Rin, siempre será esa mujer mejor que las demás, ella es mi mariposa,y si algún día tengo que dejarla libre, no dudaré, porque lo importante es ella, no mi alma lastimada.

- Kurapika... Tu abuela tenía razón.
- A todo esto.. Al fin has salido de la cama, hehe. ƪ(˘⌣˘)┐
Kurapika le agarró por el pié y lo llevó a la cocina.
- Nooo! Mis mantas! Mi cama!!
- Venga, arriba dormilón!