16.

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- Mira! Es aquí.
Rin entró en la casa de empeños y le mostró el anillo a Gon. Ese anillo tan peculiar que le había llamado la atención meses atrás.
- Aquí fue donde conocí a Kurapika. Creo que los dos estábamos interesados en este artículo. Oiga, Obaa-san, aún no ha conseguido venderlo?
- No parece que haya nadie al que pueda interesarle. - exclamó la anciana desde detrás del mostrador, con una expresión en el rostro un tanto descontenta.
- Yo lo compraré! - exclamó Gon, tan enégico como siempre había sido aquel muchacho.
- Gon! Para qué ibas a gastar tanto dinero en esto?
- Para ti y para Kurapika. No sé que haréis con el ni nada por el estilo, pero parece que a los dos os llama mucho la atención, y tenéis los mismos gustos.
- Y este jovencito... Quien es?
- Me llamo Gon Freecss!

Aquellas palabras como una simple presentación y esa sonrisa en el rostro del joven muchacho de pelo negro puntiagudo, provocó un vuelco en el corazón de la anciana.
- Tú eres el hijo de Ging, cierto?
- Hm! - Gon asintió felizmente.
- Y no te acuerdas de mi?
- Mm.. Debería acordarme? Esta tienda es nueva, no? Rin?
- Sí, es nueva. Pero yo trabajaba vendiendo pescado con Mito-san, te acuerdas?

A Gon no se le daba muy bien pensar, así que lo intentó durante un rato.
- Ya me acuerdo! Tú eres esa anciana tan rara que tenía un puesto cerca de la pescadería!
- Correcto.
- La conoces, Gon?
- Si! Allí compré mi caña de pescar.

(*)

Noche buena se acercaba y Kurapika todavía tenía que comprar el regalo de Rin, y puesto que poco después de fin de año él tendría que marcharse de allí con Neón para llevar a cabo la subasta, pretendía que todo fuese perfecto.
Hacía algo de frío, pero no nevaba.
El joven Kurta iba de tienda en tienda, con un presupuesto fijado para lo que deseaba comprar.
Se paró frente a una joyería y detuvo la mirada en unos anillos. Había dado en el blanco perfecto. El precio se salía un poco por encima de su presupuesto, pero no le importaba.
- No sé por qué tengo que acompañarte a buscar unos estúpidos anillos con lo bien que podía estar en cama.
- Calla y ayúdame. Qué te parecen estos?
- Pf, muy simples.
- Si sigues quejándote no me servirás de mucha ayuda.
- Eso pasa por no dejarme dormir más.
- Qué vas a reglarle a Kira?
- Es una sorpresa. - dijo llevando sus manos por detrás de la cabeza.
- Tú siempre igual, Eh. Venga, entremos.

Mientras, Gon seguía con Rin en la casa de empeños. Aquella anciana tenía una cara risueña y simpática. Al menos, eso es lo que siempre le había transmitido a Gon.
Comenzó a recordar cuando Gon era pequeño y estaba dispuesto a tomar el exámen de cazador fuera como fuese. Cuando lo único que decía era : ' voy a encontar a mi padre Ging y voy a ser un cazador tan genial como el! '
Todos esos recuerdos volvieron a florecer en su mente.
- Sabes qué, muchacho? Has crecido mucho desde la última vez que te vi. Puede que en mi frente solo seas capaz de ver arrugas, pero dentro de esta cabeza hay un cerebro que aún recuerda lo imprudente que eras. Así que, puedes quedártelo.
- Tu cerebro?
- No! Se refiere al anillo, Gon. El anillo!
- Ah cierto! Arigatōgozaimashita Obaa-san!
- Y ese joven que vino contigo una vez a Isla Ballena, donde está?
- Killua? Creo que está con Kurapika.
- Gon, ya que Killua y Kurapika no van a volver a casa hasta dentro de un rato, que tal si vamos llendo? Tengo que ver cuanto presupuesto tengo para la subasta.
- Subasta? Hay una subasta?
- Sí. De echo, van a subastar el último par de Ojos Escarlata, y sé lo mucho que significan para Kurapika, así que tengo que conseguirlos como sea. Ese será mi regalo.

chained to myself [ HxH ffic ]®™Donde viven las historias. Descúbrelo ahora