27.

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Llegaron al sitio acordado para reunirse y mientras Kurapika intercambiaba información con el sucio enmascarado, Gon y Killua merodeaban por los alrededores.

- La guarida se encuentra ubicada al este de la ciudad, es decir, poco más lejos de aquí. El jefe no sospechará de que me hallo intercambiando información con el enemigo, ya que probablemente estará en el cobertizo.
- Hay un cobertizo?
- Es donde se encuentra esposada la chica. La usa como rehén y posiblemente ahora mismo se encuentre con ella, golpeándola, violándola o dios sabe qué.
- Entendido. Como prometí, te dejaré libre de mi Nen, pero más te vale no intentar nada, está claro? Puedo suponer que no has mentido, porque si no mi cuchilla te habría matado al instante.
- No diré una palabra, me marcharé ahora mismo y no volveré por aquí.
- Bien. Gon, Killua, en marcha.
- Osu!

(*)

Una vez llegaron, se encontraron frente a frente con el enemigo.
- Vaya, es una pena que no me queden más guardias... Tendré que ensuciarme las manos yo mismo para mataros. Como hice con aquella chica, no?
Killua apretaba los puños mientras sus dientes chirriaban, como si pudiesen romper, estallar de la rabia en cualquier momento.
- Kurapika, ve a por Rin. Killua y yo nos encargaremos de esto.
- Hum!
- Dos niñatos? Mejor, más fácil para mí.

Kurapika se dirigía hacia las escaleras del piso inferior, bajando a toda prisa en dirección a la bodega. Tomó el camino izquierdo y encontró el cobertizo. La entrada estaba taponada con un montón de tablones de madera astillada apilados unos encima de otros. Sus manos acabaron completamente cortadas a pesar de haber usado su aura para reforzarlas, pero había merecido la pena.
Kurapika sintió algo parecido a unos gemidos y, abriendo la puerta, miró hacia la impenetrable oscuridad de aquel cobertizo y escuchó como alguien gemía y sollozaba. Fue acercándose poco a poco y en aquel rincón oscuro, detrás de unos tablones, había alguien encogida y sollozando, solo se le veían los pies.

Un frío escalofriante recorrió su espalda al ver a Rin aterrorizada en aquel rincón herida, mirándole a los ojos. Atada, amordazada y completamente magullada. En su mirada solo se veía tristeza y cansancio. Debía de haber pasado horas sin dormir, maltratada por aquel ser despreciable.

- Rin, Rin! Soy yo, estoy aquí. Cómo pudieron hacerte esto, maldit-a sea...
Las palabras de Kurapika eran constantemente interrumpidas por las ganas de llorar desconsoladamente que le producía aquella situación.
- K-Kurapika.. T-tus manos.. Están..
- No importa. Te sacaré de aquí. Necesitas ir un hospital urgentemente, estás muy débil y yo no puedo hacer más que tratarte unas pocas heridas superficiales. Yo..
- Me- me han.. Ese hombre... Me ha .. Ese hombre me ha violado.
- Qué.
- Me pegaba con u-una cadena y un látigo m-mientras me violaba...
- Por qué ... Por qué nunca llego a tiempo...
Lágrimas se deslizaban por el rostro de Kurapika.
- Te sacaré de aquí, te lo prometo.
Desató sus delicadas muñecas y la tomó en brazos. Se sentía tan ligera, como si no le quedasen fuerzas ni para ponerse en pie.

- Gon! Necesito ir urgentemente a un hospital!
- Daijoubu. Nosotros nos encargaremos, no te preocupes. Este tipo no es rival para nosotros.
- Confío en ello. Gon, Killua... Gomen...

- Por qué la dejaste morir.
- Qué?
Las garras de Killua estaban a un paso de cortar la piel del robusto hombre de dedos salchicha, mientras Gon lo acorralaba por detrás.
- DÍMELO. Por qué narices la dejaste morir.
- No sabes lo frustrante que es que muera una persona importante para ti delante de tus ojos y no poder hacer nada. Me das asco. - Gon escupió al suelo furioso.
- Háh. Por eso mismo. Solo quería verles sufrir. - dijo mientras sonreía perversamente a pesar de saber que su cuello estaba a punto de ser cortado.
Killua solo necesitó un movimiento rápido para poner fin al asunto.
- Imbécil. Estaba embarazada. Escupiré sobre tu maldita tumba, si es que te la hacen.

- Killua, ya es suficiente, debemos reunirnos con Kurapika. Rin está en muy mal estado. Normalmente soy yo el que pierde el control, pero en la situación actual debo velar por ti.
- Pero, ese maldit- Gon posó su mano en el hombro del albino suavemente.
- Vayamos.

chained to myself [ HxH ffic ]®™Donde viven las historias. Descúbrelo ahora