20.

75 7 0
                                    

- ¿Puedo entrar?
No hubo respuesta por parte de Rin.
Kurapika se limitó a entrar despacio. Rin, estaba tumbada en la cama, de lado, dándole la espalda a la puerta.
El joven Kurta se acercó lentamente y se sentó en la cama. Deslizó las yemas de sus dedos suavemente por la piel de Rin, pero esta se estremeció y Kurapika apartó su mano.
Acarició su hombro despacio sin saber bien que decir.
- Lo siento, Rin.
- ...
Suspiró despacio.
- Entiende que esté preocupado.
Rin se sentó al borde de la cama, sin decir ni una palabra. La habitación estaba bastante fría, era la última habitación de la casa y no llegaba bien la calefacción.
- Tienes frío? Estás temblando.
Kurapika llevó a Rin lentamente hacia su pecho.
- Rin, te quiero y por eso no quiero que te ocurra nada.
- Solo es una subasta. - aquellas eran las primeras palabras de Rin en toda la conversación.
- Una subasta en la que habrá ladrones. Si vas, no podré protegerte, porque mi deber es proteger a Neón.
Rin asintió con la cabeza levemente.
Kurapika sacó de su bolsillo la cajita granate con el lazo de tela rosado. Al sacarla, se cayó el trozo de papel que anteriormente había encontrado en su habitación.
- Rin.
- Hm?..
Kurapika abrió la caja.
- Rin, eres la mujer que me hace feliz día a día. Llegar a casa y ver como te lanzas a mis brazos en señal de bienvenida, haciéndome el hombre más feliz con esos simples gestos. Te quiero, Rin. Cuando me despierto sobresaltado por la noche tú eres la única que está ahí para calmarme. Aunque tengamos discusiones, para mi siempre serás el primer rayo de luz que calienta en la mañana, y quiero pasar el resto de mis días contigo.
Kurapika agarró la mano de Rin y le colocó uno de los anillos. En el, estaba inscrita la fecha del día en el que se habían conocido y había grabada una pequeña mariposa.

Rin agarró a Kurapika y los dos fundieron sus labios en un hermoso beso.

(*)

Mientras tanto, los demás contemplaban los fuegos artificiales.
- Woah! Sugoi! - exclamaba Gon clavando su mirada en los fuegos más grandes.
En la plaza había un montón de puestos de comida y juegos para los niños más pequeños.
Killua acompañó a Kira a comprar un Kimono nuevo y a comer algodón de azúcar mientras agarraban sus manos delicadamente.
- Te queda genial efa ropa. Eftás muy guapa, te queda perfecto el veftido o lo que sea.
- Es un kimono. Y traga antes de hablar porque como no me des un código para descifrarlo mal vamos.
- Que te queda de puta madre el kimonono ese, ale, vamos. Es cierto, aún no te di mi regalo. Nos entretuvimos, verdad?
Kira miró a Killua sonrojada. Solo se le había venido a la cabeza la chistosa idea de que había tenido que echar las sábanas a lavar por culpa de Killua.
- Bien, pues este es mi regalo.
Killua alzó su mano y miles de bengalas cruzaron el cielo estrellado, consumiéndose en una explosión de luces en la que se podía distinguir una frase de muchos colores diferentes.
- “ eres la luz que guía mi vida. ”

La gente aplaudía emocionada y conmovida.
- Oh Killua qué bonito, yo también te quiero mi pequeño saquito de harina. -decía Gon riendo.
- NO ME LLAMES SACO DE HARINA SOLO PORQUE SEA ALBINO, VALE?
- JAJAJA.

Kira estaba fascinada mirando al cielo. Abrazó a Killua fuerte y besó la mejilla de Gon.
- Sois los dos unos ángeles.
- Ángel? Killua? No me hagas reír. - replicaba Leorio chistoso.
- Oe!!

(*)

Cuando llegaron a casa, Gon fue directo a la cama. Hoy se quedarían todos a dormir en casa de Kurapika ya que era bastante tarde.
Leorio llevó a Neón a la habitación y Mizuki durmió con ella.
Killua se asomó a la habitación de Kurapika. Rin y él estaban durmiendo plácidamente.
- Heheh, parece que han tenido una “bonita noche” porque están ligeritos de ropa. Nada mejor para hacer las paces que un buen polvAUAUAUAUU!!
Leorio lo arrastraba de la oreja.
- Deja de cuchichear y a tu puto cuarto, niño, que luego soy yo el pervertido.
- Deja de tratarme como un niño. (个_个)

Leorio fue a cerrar la puerta de la habitación de Kurapika para que nadie más les molestase cuando vio un trozo de papel al pie de la cama. Entró sigilosamente, y lo cogió. Cerró la puerta y desdobló el papel con cuidado para no hacer ruido.
- ¿Qué narices...?

chained to myself [ HxH ffic ]®™Donde viven las historias. Descúbrelo ahora