DRAKE
Terminé de beberme la cerveza y me despedí de las tan agradables chicas que tenía a mí alrededor. Subí al coche y comencé a conducir. No me di cuenta de que estaba dentro de la casa de mi padre, la cual nunca había pisado por orgullo, hasta que ya estuve dentro y todo por Blanca nieves... Fui hasta la piscina donde Alice estaba tirada en el césped con Blanca nieves sobre ella.
—¿Qué ha pasado Alice? —levanté a Blanca nieves del césped y la cogí como un bebe.
—No lo se Drake, fue a por algo de alcohol y a los minutos quedo inconsciente... No se si tendrán nada que ver pero esas chicas llevan toda la fiesta en el mismo sitio junto a las bebidas y no me dan buena espina Drake.—señalo con su cabeza a un grupo de chicas que, a mi tampoco me daban buena espina.
Volví a dejar a Blanca nieves en el césped con cuidado y fui hacia esas chicas. Estaban riéndose hasta que llegué donde ellas y comenzaron a zorrear conmigo pero de nada les iba a servir. Me di cuenta que una de ellas tenía un pequeño frasco en la mano.
— ¿Qué es eso? —le dije a la chica
—¿El qué? ¿Esto guapo? —Me lo enseño más de cerca y se echó a reír. Lo que le habían echado a Blanca Nieves y a saber quién más, dejaba inconsciente por 20 minutos a quien lo tomaba. Sabía también lo que era porque ya lo había usado infinidades de veces con otra gente.
—Sera mejor que os vayáis—volvieron a reír. Me tenían hasta los cojones con tanta risa. Apreté los puños y se lo volví a repetir a gritos, a lo que las cinco subnormales hicieron caso.
De nuevo volví a coger a Blanca nieves entre mis brazos y la tumbé en los asientos de detrás. A Alice solo le dije que mandará a la gente para su casa, no le dije nada de lo que estaban haciendo esas tías porque no quería que tuviera problemas con ellas. Quedaba poco para llegar a mi casa cuando escuche ruido en los asientos de atrás, Blanca nieves se había despertado.
—¿Dónde estoy? —La vi desde el espejo retrovisor frotarse la cabeza seguidas veces.
—Abróchate el cinturón
—No, no es un sueño, pues sigues siendo igual de capullo—le miré enfadado y de un momento a otro la tenía en el asiento del copiloto. El ajustado vestido le quedaba demasiado pegado al cuerpo debido a que estaba mojado y eso dejaba mucho que imaginar. Me fijé en su muslo derecho, donde Alice me dijo que Blanca nieves tenía una cicatriz y así era. Lleve mi manó hasta su muslo y Blanca nieves la retiro. —¿Qué me ha pasado?¿Que hago aquí contigo?
—Te han echado algo en la bebida, otra vez—rodeé los ojos de manera irónica.
ALICE
— ¿A dónde vamos? —Me atreví a preguntarle
—Te llevo a tu casa. —Me disgusto un poco que no fuéramos a su casa, pero pensándolo bien era lo mejor... Estos días había estado intentando evitar los sentimientos que crecían en mi sobre Drake pero cuando lo he vuelto a ver mi yo interior se ha alegrado bastante y hay me he dado cuenta de lo mucho que me gusta, el, sus hoyuelos cuando sonríe, su expresión cuando se enfada... Asentí y me apoyé en el cristal mirando a través de él. No sé cuánto tiempo había pasado pero me había quedado dormida y Drake me estaba llamando.
—Ya hemos llegado
—Gracias, de verdad—Se las estaba dando sinceramente, no tenía por qué haberme ayudado y lo ha hecho. Me llevé un mechón de pelo detrás de la oreja sonreí levemente y salí del coche.
No llegue a ver el coche de Drake marcharse. Entre a mi edificio y subí a mi apartamento por el ascensor. Deje las llaves sobre la mesa y fui a darme una ducha ligera. El agua caía sobre mi piel y me deje llevar por mis pensamientos. Quería dejar ya la mafia, poder formar una vida normal y tranquila, conocer a gente sin tener miedo de que puedan tener problemas por juntarse conmigo, y quería darle una oportunidad al amor, tanto al mío propio como al amor de pareja, y se me vino a la cabeza Drake. Me gustaba demasiado y no me podía engañar a mí misma cuando me decía que no lo necesitaba, lo necesitaba a el porque de una manera u otra cuando estaba con él por todo lo borde que fuera con él, era cuando más quería cambiar, ser más yo y menos mafiosa. Me llevé desde los 16 años que conocí a Jeff en un mundo en el que no te trataban diferente por ser una chica, si tenían que darte te daban y eso me llevo a crear una coraza en mí que poco a poco Drake está derrumbando. Un timbrazo hizo que volviera en mí, me relie la toalla y salí a abrir la puerta. Tras ella estaba Drake empapado de agua.
—¿Puedo pasar? —No dije nada, solo le deje paso y el entró quedándose de brazos cruzados frente a mí.
—¿Qué haces aquí?
—El coche se ha quedado sin gasolina y no traigo dinero para un puto taxi.
—Puedes quedarte aquí si quieres, pero no tengo ropa para dejarte—reí al imaginarme a Drake con alguna de mis camisetas puesta, no le entrarían ni en un brazo. De repente Drake se sacó la camiseta blanca que llevaba dejando al descubierto su perfecto torso tatuado y se acercó hasta mí. No me aleje, quería tenerlo cerca. Levó su mano izquierda hasta mis caderas y me acercó aún más a él y con la otra me acarició los labios.
—Me encanta tu risa Blanca nieves. —Me puse colorada y Drake sonrió de lado—y hacer ponerse roja a la chica dura, aun más—Llevó su mano hasta mis brazos y fue trazando el contorno de los tatuajes. Se acercó más a mí y el momento tan ansiado que mi cabeza no paraba de pedir llego.
ESTÁS LEYENDO
Chica Mala
Teen FictionNo todos los chicos malos se enamoran de la chica tímida y dulce. Juls no es tímida, es vacilona, no es callada, no se calla nada, no es una chica normal, es una mafiosa. Drake, un chico malo, mafioso, al que le vuelven loco Juls y sus tatuajes. Si...