Capítulo 41

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Zaira y yo pasamos a casa de los Márquez. Roser nos abre y nos abraza.

Roser: ¡Valeria! Siento lo que ha pasado con mi hijo, ¿puedo hablar contigo?

Valeria: Claro.

Roser: Zaira, Marc está arriba.-Zaira se va.

Valeria: Dime Roser.

Roser: Marc me ha explicado todo, al igual que Álex, y sé que sólo han pasado tres semanas, pero él está destrozado. Está mal. No come, se pasa el día sin hacer nada, yo sé que llora, porque por las noches lo oigo. Deberías hablar con él, aunque no volváis que te explique lo que pasó. Él te ama y cuando te explique las cosas me vas a entender.

Valeria: Yo no sé si quiero que me explique...

Roser: Inténtalo y si no puedes más dile que pare. Inténtalo.

Valeria: Vale. Te tengo que decir una cosa.

Roser: Dime.

Valeria: Creo que puedo estar embarazada.-le susurro.

Álex: ¿Qué?

Valeria: ¿Podemos hablar?

Roser: Yo me voy, hablar chicos.

Álex: ¿Qué has dicho?

Valeria: Yo... puedo explicártelo.

Álex: Habla.

Valeria: Álex no me hables así.-está muy borde y así me niego a hablar con él.

Álex: ¿Así cómo?

Valeria: Mira majo cuando se te bajen los humos me hablas, mientras estés así ni me mires.-salgo del salón y vuelvo a mi casa. Antes de llegar una mano me agarra del brazo, me giro y es Álex, me fijo más y tiene ojeras, está más delgado y sus ojos están más tristes.

Álex: Lo siento.

Valeria: ¿El qué sientes?

Álex: Todo, haberte hablado así y el beso con Yûki. ¿Vamos a dar un paseo y hablamos?

Valeria: No Álex, lo siento pero hoy no tengo fuerzas para discutir ni para hablar contigo.-entro a mi casa. Me siento en una silla y alguna lágrima se me escapa.

Zaira me ha dicho que se queda en casa de Marc hasta que se marche, pero que pasaremos tiempo juntas. Mientras ella está con Marc yo he decidido irme a Rufea, tres semanas sin moto ya son muchas, y me da igual estar embarazada, necesito soltar tensiones, relajarme, estar sola, con mi moto y sobre todo dejar de pensar en él. Hay dos o tres personas y yo. Me pongo el mono, el casco, los guantes y las gafas, arranco la moto y me subo. Me cuesta mover la moto, pero hasta que el depósito no se vacía un poco no se mueve bien. Voy genial, cada vez aumento más la velocidad hasta que la moto me hace un extraño y salgo volando, la moto empieza a botar, no me da tiempo a cubrirme y veo como se acerca a mi a toda velocidad. Cierro los ojos, pienso en Álex. Después de eso ya no siento nada. Si muero, muero feliz pensando en el hombre de mi vida. Espero saber cuidarlo desde el cielo.

Narra Álex

Después de que Valeria no quiera hablar conmigo me voy a correr, me acerco hasta Rufea corriendo, sé que está lejos pero necesitaba despejarme. Veo llegar a una ambulancia, me acerco por allí, porque conozco a todo el mundo o a casi todo el mundo que corre en Rufea. Cuando me acerco veo que es una chica la que ha sufrido un accidente, tiene el pelo largo, a medida que me acerco y le quitan el casco, veo que es Valeria. Corro hasta llegar a donde están socorriéndola. La suben a la camilla.

Álex: ¿Puedo subir?-le pregunto a uno de los paramédicos.

Paramédico: ¿Es familiar suyo?

Álex: Soy su novio, por favor.-el chico me mira y asiente, según la suben le doy la mano. La beso y beso sus labios, saben a sangre, pero me da igual, ella es lo mejor que me ha pasado en esta vida. Sus constantes empiezan a bajar.

Paramédico: Parada cardiorrespiratoria. El plasma.-pone un gel en un aparato y le da una descarga, realiza este proceso tres veces y sus constantes vuelven a ser normales.

Álex: Cariño eres fuerte, tienes que superar esto, recuerda que tenemos una conversación pendiente. Te quiero Val. Te amo.

La chica de CerveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora