Capítulo 58

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Álex y Marc aterrizan esta tarde y vamos a ir a buscarlos. Mi campeón necesita un chute de ánimo y ahí voy a estar yo para dárselo.

Vuelo procedente de Austria acaba de aterrizar.

Esperamos un rato a que salgan y los vemos aparecer a lo lejos. Zaira sale corriendo y yo también. Álex abre sus brazos y yo me tiro a ello.

-Hola enana.- me dice mientras besa mi pelo.

-Hola pistolas, un carrerón, eres el mejor.- le digo y me estiro a besarlo.

-Gracias Zaira, vamos a casa que estoy muerto por favor.- supongo que lo ha felicitado y Marc quiere volver a casa.

-Tu padre os está esperando fuera, Álex tu dejas las maletas y nos vamos a Barcelona centro en taxi.- le digo y se queda un poco perplejo.

-¿Qué vamos a hacer?- me pregunta.

-Vamos a buscar cosas para decorar la casa, que ya tenemos lo esencial, ahora hay que buscar muebles, cojines, mantas, etc.

-Unas compras para la casa.- me dice.

-Exacto.- le digo, Zaira se lleva su maleta y nos vamos a por un taxi.

***

Tras tres horas de compras estamos muertos, hemos encargado muebles y un par de espejos, la casa estaba casi acabada, sólo que faltaba nuestro toque especial y será este, y otro que yo tengo preparado. Ahora estamos en el tren de cercanías para llegar a Cervera.

-Amor.- le llamo.

-Dime.

-He pensado en hacer una cosa.- le propongo.

-Pues cuéntamelo.

-A ver había pensado hacer una recopilación de fotos nuestras, que ya las tengo y hacerlas en grande tipo en un lienzo y ponerla en la habitación, a lo mejor es muy cursi o no te gusta...

-Claro que me gusta, ¿y que foto habías pensado?

-Esta.- le digo enseñándole la foto en el móvil.

- le digo enseñándole la foto en el móvil

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-Me encantan.- me dice antes de besarme.

-Gracias, el lienzo llega a casa en una semana.

-Perfecto.- me dice mientras me coge de la mano.

-¿Estás cansadito?- le pregunto.

-Un poco, ¿por?

-Porque tenia una sorpresa, pero si estas cansado no se puede hacer...- le digo poniendo carita de perrito mojado.

-Otra sorpresa, que mujer... Puedo aguantar.- me dice.

***

Llegamos a casa y estoy un poco nerviosa.

-¿La sorpresa?- me pregunta Álex.

-Primero necesito ir al baño y ahora vuelvo.- voy al piso de arriba al vestidor y saco un conjunto de ropa interior blanco.

- voy al piso de arriba al vestidor y saco un conjunto de ropa interior blanco

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Bajo al piso de abajo tal que así. Álex está en la cocina de espaldas, yo lo abrazo por detrás y el se gira.

-Si esta era la sorpresa me encanta.- me dice antes de besarme. Le sigo el beso y le voy quitando la ropa. Hasta que queda en bóxer.

-Esta era mi sorpresa...- digo entre gemidos por la excitación.

-Pues me encanta.- me sube al mármol de la cocina y seguimos besándonos. Con cuidado me quita las bragas y el sujetador y yo a el su calzoncillo. Aunque lo hayamos hecho más veces Álex siempre es cuidadoso. Me mete su pene despacio mientras nos besamos. Sus besos descienden a mis pechos mientras yo echo la cabeza hacia atrás, él sigue con sus embestidas. Le beso el cuello. Después de unas cuantas penetraciones más llego al éxtasis y me corro, a los segundos noto como Álex se corre en mi interior. Apoyo mi frente en su hombro.

-Ha sido espectacular Álex.- le digo dejándole un beso donde antes me apoyaba.

-Podría con otra ronda en la habitación.- me dice mientras me baja.

-Si tú puedes yo también.- digo volviéndolo a besar, a trompicones subimos las escaleras. Álex me coge y me deja sobre la cama. Lo volvemos a hacer.

-Estoy muy sudado, ¿ducha?- me dice de manera indirecta.

-Si vamos a ducha juntos habrá una tercera ronda.- le digo.

-Tal vez quiera una tercera ronda.- me dice un poco tímido.

-Pues a por ella.- al final hay tercera ronda en la ducha. La verdad es que nos necesitábamos mucho, yo a él y él a mi.

-Estoy muerto.- me dice Álex tumbándose en la cama.

-Yo también, quiero dormir, pero hay que reponer fuerzas y recoger la ropa de abajo, y limpiar un poco lo que has mojado aquí, señor mi pelo no gotea.- le digo mientras me río.

-Hacemos una cosa, tu te encargas de la parte de abajo y de aquí y pido un par de pizzas para cenar.

-Trato.- saco una de sus camisetas de su armario y me pongo una de mis bragas. Bajo abajo y recojo, mientras estoy en ello me doy cuenta que no hemos usado protección, pero por una vez, no va a pasar nada.

La chica de CerveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora