Capirulo Trece
Su corazón palpitaba más de lo normal, sentía como las palmas de su mano transpiraban y su respiración era más irregular. Así se sentía cuando veía a James. Feliz y nerviosa. Esta vez fue todo lo contrario; esta vez su corazón palpitaba rápido pero no de nerviosismo, no, si no de celos. Los celos carcomían viva a Kimberly. Podía sentir como su cara ardía de rabia. Dio un suspiro entrecortado, clavo sus uñas en la palma de su mano y entorno los ojos.
Ahí se encontraba James, tal lindo como siempre. Lastimosamente no estaba solo…Una castaña —bastante bonita— de cabello lacio y rizado en las puntas, se encontraba junto a él. Inmediatamente la pudo reconocer —aunque jamás la había visto en persona— sabía que era Melanie Straw. Daysi no estaba del todo equivocada, al parecer tenía razón al decir que estaban muy juntos. Se preguntó que debía hacer. Ignorarlos y después hablar con el joven o…ir a reclamar lo que es suyo —de nuevo, biológicamente hablando—. Algo le decía que tenía que irse y luego hablar con James —tal vez era su conciencia—, pero otra parte de ella —la chica rabiosa y celosa— le gritaba que vaya y asesine a la castaña.
Dio otro respingo mientras empezaba a caminar a la dirección donde ellos se encontraban. Las palmas no le estaban sudando esta vez, sorprendentemente se sentía más valiente de lo normal. Levanto su barbilla y a paso decidido —casi arrogante— se colocó enfrente de ellos.
Embozo la sonrisa más falsa que su cara pudo formar.
— ¡Hola, James! —chillo una voz.
Melanie —que estaba incomoda desde hace rato, por lo ocurrido— levanto la mirada, para encontrarse con una rubia con grandes ojos azul zafiro. Instintivamente frunció el entrecejo y vio la reacción de James al llamado de la rubia, el aludido, sonrió.
— ¡Kim! —exclamo James con una voz más entusiasma de lo normal. — ¿Qué pasa?
La rubia miro de soslayo a Melanie como diciendo: ¿Y esta?
—Oh…—dijo James acordándose de la presencia de la castaña. —Kim ella es Melanie Straw —comento el vaquero dirigiéndose fríamente hacia Melanie, esta frunció aún más el ceño. ¿Ahora qué demonios había hecho para que el este tan frio? <> Hmm…
Kimberly observo de pies a cabeza a la aludida. Melanie pudo notar el destello de diversión en los ojos de la rubia. Fue ahí cuando se acordó de que estaba cubierta de fango. Con el poco orgullo que sentía encuadro los hombros y levanto la barbilla.
—Hola —se dirigió fríamente la rubia — No quiero ser molesta pero… ¿Por qué estás cubierta de fango? Mejor dicho, ¿porque están cubiertos de fango?
Melanie abrió la boca para decir algo estúpido e irónico como: <> Y luego haría algo como cruzarse de hombros y rodar los ojos. Pero James se adelantó diciendo:
—Larga historia…—dijo y miro de soslayo a la castaña.
—Bueno —exclamo Kimberly moviendo las manos para quitarle importancia al asunto y Melanie observo como los ojos de la rubia se iluminaban aún más para luego decir:
—James, te estuve buscando por todas partes. Quería decirte que hoy hare una fiesta en mi casa, ya sabes… y estas claramente invitado. —dijo sonriendo de oreja a oreja mientras golpeaba juguetonamente el hombro de James. Melanie sintió como que quería vomitar encima de la rubia, era obvio que estaba obsesionada con el vaquero. Pero en vez de eso se mantuvo callada. Se sentía ignorada, como la tercera rueda o algo.
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Ella es de Nueva York |Editando|
RomanceCuando Melanie Straw una joven de la ciudad de New York, con dinero, caprichosa, popular, que piensa que la frase “ El dinero no compra la felicidad ” no es más que una mentira, se ve obligada a viajar a casa de su abuela, en Tennessee por un mes, c...