Segunda Parte. Prologo:

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Segunda Parte. Prologo:

Melanie observo el destello de la copa con aburrimiento, el líquido rosa se tambaleo de un lado al otro cuando cogió la copa entre sus dedos. Bebió un pequeño sorbo de su bebida de frutas, arrugo la nariz cuando la bebida se deslizo por su garganta, aquello tenía moras. Malos recuerdos.

Con un ligero puchero lo dejo nuevamente en la mesa, en la que se encontraba sola, en una fiesta que antes creía que sería una de las mejores de su vida. La música resonó en sus oídos, sus dedos siguieron el ritmo de David Guetta. Miro de soslayo a Alice, su mejor amiga, la fulmino, esto era su culpa, ella le había obligado a venir aquí con la excusa de que esta fiesta seria inolvidable. Bueno, al menos su amiga se divertía, bailaba y reía junto a Travis Lewis, el que no dejaba de mirar el escote de la rubia.

Con una ceja enarcada Melanie aparto la mirada y con el dedo índice empezó a darle vueltas a la punta de su copa, con suma aburrición. Una risa le llamo la atención, levanto la mirada, al otro lado se encontraba ella, April Owen bailaba pegada al cuerpo de Connor Growney como si su vida dependiera de ello. Melanie tomó una bocanada de aire  y se obligó a apartar la vista de los nuevos reyes del baile. April había ganado, el puesto de capitana del equipo de animadoras, al mariscal de campo, a los que Melanie alguna vez había llamado “amigos”. Pero a la castaña sorprendentemente ya no le importaba esas cosas, no, ya no.

—Esta fiesta es un asco —murmuro para sí misma.

—Hola, nena—exclamo alguien detrás de ella. La muchacha rodo los ojos y bufo. Se dio media vuelta en su silla para ver a ese alguien. Un muchacho, alto, con cabello azabache y ojos almendra la observaba con una sonrisa ladeada.

<<Y la fiesta se está poniendo peor >> pensó para sus adentros.

Decidió ignorar al chico, para darle a entender que no estaba de ánimos para ningún ligue, porque el único chico a quien ella quería no estaba. Pero el morocho al parecer no capto la indirecta, a paso ligero se sentó en la silla que quedaba frente a ella, sin avisar tomó la copa de Melanie y se lo llevo a sus labios, para dar un gran sorbo. Luego lo dejo en la mesa y sonrió.

— ¿Por qué tan sola? —Pregunto el chico, con un acento inglés — ¿Acaso tu cita te dejo plantada? —Volvió a decir al notar que Melanie no abría la boca — al parecer estoy de suerte —una sonrisa pirata se dibujó en sus labios —. ¿Quieres bailar?

Melanie abrió la boca para negarse rotundamente a la invitación. Miro de soslayo a April, sus miradas se cruzaron, la chica sonrió y beso a Connor con desesperación. La castaña entorno los ojos, está jugando sucio, pensó, dos pueden jugar este juego. Volvió su vista nuevamente al morocho que la miraba con una ceja alzada, esperando una respuesta. La joven sonrió falsamente, no iba dejar que April le arruinara la fiesta, no más de lo que ya estaba.

— ¡Me encantaría! —exclamo la castaña, y se levantó de su silla.

El muchacho se sorprendió por el repentino cambio de humor de la joven, pero eso no lo hizo vacilar demasiado, aprovechando su oportunidad, escolto a la castaña hacia la pista de baile. La música electro cambio de pronto, los bufidos de los que antes bailaban alegremente se escucharon, una canción lenta se escuchó en los parlantes. Melanie apretó los labios, luego miro al morocho, este en cambio  lucia feliz.

—Amo esta canción —dijo el chico— ¿Bailamos?

La castaña volvió a mirar a April, está la observaba con una ceja enarcada, era un desafío, Melanie pudo ver la risita en los ojos verdes de la animadora. Aparto la mirada y asintió a la pregunta del morocho, este sonrió. La castaña posiciono las manos en el hueco del cuello del muchacho, este coloco las manos en la cintura de Melanie. El perfume del chico lleno las fosas nasales de la castaña, demasiado fuerte para su gusto. Miro por sobre el hombro del joven, a April, esta bailaba ahora con Connor que parecía no quejarse de lo pegado que estaba el cuerpo de la animadora, April le regalo una sonrisilla petulante a la castaña y luego le mostro la lengua. Melanie abrió los ojos aún más, y sus manos se tensaron.

—Ignórala —murmuro de repente el chico que al parecer se había dado cuenta de la tención —relájate, siente la música —Melanie lo miro, y se encontró con sus ojos almendra, mirándola. Sonrió, tal vez él tenía razón, se tenía que relajar un poco. Cerró los ojos y en un acto desprevenido coloco su cabeza en el hombro del morocho, y sintió la música. Imagino que bailaba con James, que era el chico que de verdad quería junto a ella, lo extrañaba, a pesar de que solo había pasado un mes. Se sintió bien al recordar su sonrisa con hoyuelos. Revivió en su cabeza la forma en el que James la miraba, con ternura, diversión, amor…

— ¿Cómo te llamas? —pregunto el chico e hizo que Melanie abriera los ojos.

—Melanie, Melanie Straw —dijo en un murmuro.

—Melanie…—repitió el chico—lindo. Soy Matt, Matt Anderson, acabo de mudarme a Nueva York, vengo de Londres.

— ¿Británico, eh? —pregunto la castaña.

—Sí, ¿sabes algo? Me alegro de haberme mudado aquí. Es un lugar muy bonito, y las chicas son muy lindas, también.

—Ajá —bufo Melanie y rodo los ojos.

La risa de Matt acaricio la oreja de la chica. La canción termino para dar inicio a otra lenta. El silencio entre ellos dos se extendió, hasta que Matt lo rompió.

— ¿Ahora qué? —pregunto.

Melanie frunció el ceño.

— ¿Qué?

— ¿Nos besamos o qué?

La castaña rio por lo bajo.

—Tampoco te pases.

—Me agradas —dijo el morocho luego de unos segundos.

Melanie sonrió.

—Gracias.

— ¿Y yo no a ti?

—No te conozco.

—Claro que lo haces —remarco Matt— Sabes mi nombre ¿no?

—Sí, Matt.

—Bien, y el tuyo es Melanie, listo ya nos conocemos.

La castaña volvió a reír.

—Si me agradas.

— ¡Genial! —Exclamo el morocho— ¿Ahora te beso o…

—No estás tan de suerte.

—No lo sé —replico el chico, pensativo — Mi suerte está empezando a cambiar…

Ella es de Nueva York |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora