Segunda Parte. Capitulo Nueve.
El silencio inundo la habitación tan incómodamente que solo se escuchaba el tarareo de las ramas chocando unas con otras. James miro a Melanie quien miro a Matt quien jugaba con sus dedos mientras pensaba cuando estaría la comida y la abuela y Elizabeth charlaban en la cocina. Melanie bufo dando pequeños golpecitos con sus dedos a sus muslos.
—Así que… —empezó a decir ella, carraspeo y trato de sonreír. Los dos chicos la miraron — Hace frio ¿no? —rio entre dientes, al no recibir respuesta se encogió de hombros.
James frunció el entrecejo ladeando la cabeza hacia la castaña y Matt trato de no reír.
—Creo que me iré al baño —anuncio el británico levantándose del sofá con brusquedad.
—La última puerta a la derecha —exclamo James apuntando hacia el pasillo. Matt asintió con los labios fruncidos y miro de soslayo a su amiga que tenía los ojos brillosos. “No tardes” articulo con los labios, él volvió a afirmar con la cabeza lanzándole un guiño. James rodo los ojos sin poder contenerse, pero al parecer el par no lo vio o simplemente no le dio importancia.
Cuando el británico se había ido, el silencio volvió a reinar por varios segundos, minutos incluso. Melanie miro sus dedos mientras refunfuñaba en su mente y maldecía a Matt, pudo sentir como unos ojos azules marino la taladraban en afonía.
–Todavía la tienes —murmuro el vaquero algo sorprendido. Melanie frunció el entrecejo.
— ¿Perdón? —dijo ella sin alzar la voz.
—La- la cadenita —explico James señalando el collar en forma de corazón que relucía en el cuello de la castaña moviéndose ligeramente de un lado al otro.
—Oh, si —contesto muy bajito para luego volver a fruncir el ceño. —Jamás me la quitaría es muy especial —murmuro o tal vez lo pensó porque James no dijo nada. ¿Esto podía ser más penoso? Trago saliva y miro hacia la ventana, a cualquier cosa menos a James.
—Yo creo que… —articulo el joven levantándose del sillón y mirando sus pies —creo que me iré arriba.
Melanie frunció el ceño y antes de dejar pensar a su cerebro entreabrió los labios y susurro:
— ¿Me dejaras sola? —su lengua se trabo apenas pronuncio las palabras. James volteo a verla, con el entrecejo fruncido y los ojos destellantes de confusión.
— ¿Quieres acompañarme? —pregunto y lo hizo con ironía. Pero al parecer Melanie no capto su tono de voz porque se encogió de hombros y lo siguió. James abrió la boca, y luego la cerro, y luego la abrió de nuevo. No sabía que decirle, al final opto no decir nada y subir las escaleras. Cuando subió el cuarto escalón, miro por sobre su hombro. Melanie lo seguía, dejándolo más desconcertado. Siguió subiendo, escuchando los pasos de la castaña detrás de él. Cuando llego al último escalón, tomo una bocanada de aire y siguió su camino hacia su cuarto. Melanie lo seguía y cuando se encontraron al frente de la puerta volvió a mirar a la chica que tenía una pequeña sonrisa en los labios, James quería preguntar si ella solo estaba bromeando pero al no recibir ninguna explicación, suspiro y cogió el pomo girándola lentamente.
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Ella es de Nueva York |Editando|
Storie d'amoreCuando Melanie Straw una joven de la ciudad de New York, con dinero, caprichosa, popular, que piensa que la frase “ El dinero no compra la felicidad ” no es más que una mentira, se ve obligada a viajar a casa de su abuela, en Tennessee por un mes, c...