El nuevo

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Me desperté escuchando un revuelo que, al parecer se oía de la sala principal del arcoiris. Me levanté, desperté a Samantha que como era de esperarse estaba durmiendo y al principio me pidió que la dejara en paz. Luego le expliqué que sentía que pasaba algo y finalmente - un poco gruñona, cabe aclarar - me acompañó hasta el lugar de los murmullos.
 Al llegar a la sala observamos que estaban todos los niños hablando, era la primera vez que veía el lugar totalmente plasmado de gente. Froté mis ojos incrédula y luego miré a Sam, que también creía estar soñando. Comenzamos a caminar por el lugar intentando llegar a María y preguntar qué sucedía, pero para eso tuvimos que pasar por un gran grupo de personas y en el medio se escuchaba a Sam decir cosas como:
"¿Se pueden correr? Gracias, no me desperté por nada".
 O sacando la lengua a algunos niños que respondían ante sus quejas. Mi amiga se veía muy simpática reaccionando así, y lo mejor era que ella no se daba cuenta. Llegamos a María y finalmente nos contó el por qué del revuelo:

 "Bueno niñas, lo que sucede es que hay un chico nuevo en el orfanato. No hemos recibido nuevos integrantes hace un largo tiempo. Este chico a su vez no es tan jovencito como ustedes, tiene 17 años y su vida ha sido bastante dura."

- ¿Qué le ha pasado Mary?

- Perdón niñas, me temo que no puedo decirles por distintos motivos, pero él ha sufrido bastante y... digamos que se expresa de una manera diferente. Lleva un mechón de pelo en su cara, lo que impide contemplarla con claridad, aunque se pueden observar sus ojos delineados de negro. Su vestimenta también es de ese color y tiene pensamientos - pausa - algo negativos.

- mi cara cambió, me apenaba mucho - Yo voy a hacerle cambiar de opinión, dentro de unos días va a ser una persona muy positiva - cruzando los brazos, orgullosa -.

- Alma, este muchacho, Maximiliano ha pedido una habitación para estar solo en ella. No parece gustarle la compañía y tampoco se lo ve un chico alegre como vos - sonriéndome con cariño -

- Pero vos misma me has dicho que él tiene una razón para estarlo ¿no? Bueno, yo voy a escuchar sus razones y voy a ayudarlo.

- Alma, no quiero que salgas lastimada. Si Max no reacciona bien, dejalo así. - se agachó y mirándome a los ojos me dijo - nunca dejes que nadie cambie tu esencia o quite tu amabilidad mi cielo ¿me oíste?

- no entendí a qué se refería con esencia, pero tenía algo más en mente que hacer que preocuparme por eso -. Está bien Mary, y ¿Cuál era la habitación de este chico, Max?

- Riendo - ¡Sos terrible! la n°21 y no vayas a olvidarte de lo que te dije. Bueno ahora tengo que seguir con mi trabajo, adiós.

Sam observó la conversación sin hacer comentarios, pero al irse María se dirigió hacia mí:

- Estás muy loca amiga mía ¿lo sabías?

- Riendo - Un poco quizás, pero cuando se me mete una idea en la cabeza, nadie logra sacarla de ahí, ni siquiera Mary. Bueno, voy a ir a hablar con el chico nuevo

- interrumpe - ¡Esperá! no te voy a dejar sola con el lunático ese, si nos matan, que sea a las dos.

- largué una carcajada - Que así sea.

Habitación n°21:

*toc toc*

Nadie atendía

*toc toc*

Observamos a Max por la ventana, era tal cual nos había contado María, sólo que ésta vez al verlo en persona era aún más aterrador. Él estaba recostado en su cama, escuchando música con sus enormes auriculares puestos. Nos miró de manera intensa, se quitó sus auriculares, se levantó de la cama y nos atendió... o bueno, algo así:

- ¿Qué quieren? - indiferente -.

- algo nerviosa - Em.. ho-hola mi nombre es Alma y ella es mi amiga Sam. Nosotras sólo queríamos conocerte - sonriendo asustada -.

- Supongo que la mujer que trabaja aquí, esa que parece ser buena

- interrumpiendo - María

- Sí, esa. ¿Las mandó a mi habitación a hablarme, verdad?

Sam: No, ella no nos mandó. Mi amiga - señalándome - tuvo la idea de presentarse amablemente para que no te sintieras solo en este lugar.

- golpeé su codo susurrando en tono de regaño - ¡Sam! Lo que mi amiga quiso decir es que te entendemos, llegar aquí ha sido duro para todos nosotros. Pero nos ofrecemos con gusto a mostrarte el lugar y a conversar un rato.

- Riendo, sarcástico - Bueno, gracias niñitas pero yo estoy muy contento con mi música - mostrando sus auriculares - y en soledad. Ya pueden largarse, chau. - dio un portazo-.

- revoleó los ojos - te dije que era un lunático.

- No seas dura con él, seguro tiene sus razones. Aunque sí fue bastante maleducado.

- haciendo gesto de desinterés con sus hombros - No le des importancia ¿Merendamos?

- Bueno, está bien.

Asentí para dejar a mi amiga conforme y para no molestar a Max, pero todavía seguía mi idea en mente de hacerlo feliz.



Nefelibata (Ganador Letters Awards 2017)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora