El sol entra muy brillante a mi habitación y me despierta a las 10 AM. Salgo a caminar por los pasillos, en pijama, sólo había lavado mi cara y mis dientes. Max se encontraba en el patio, sentado. Notaba mucha paz en su postura física y en cuánto me acerqué a él la noté en su cara. Él seguía siendo el mismo chico: siempre fue una buena persona, sólo necesitaba ordenarse. Creo que a todos nos pasa eso, un día somos un tsunami pero con el tiempo las aguas van calmando; me alegra haber ayudado a Max a calmar sus aguas, eso me sacó una sonrisa.
Me senté a su lado:- con los ojos prácticamente cerrados debido al sol aspiré ese tranquilo aire que había - Buenos días
- Buen día Alma.
Ambos nos quedamos en silencio pero éste no fue para nada incómodo, al contrario, ambos necesitábamos llenarnos de ese día. Era un día realmente hermoso.
Al rato Mary vino a decirnos que el desayuno estaba servido. De repente resonaron las palabras en mi mente "ordenarse a uno mismo tras el tsunami" y la verdad es que no había visto nunca a Mary desordenada, si es cierto que la había visto triste pero nunca la había visto fuera de sí. Aquel pensamiento llegó a lo más profundo de mi curiosidad, por lo que no pude evitar sacar el tema:
- mirando a Max, quien se había alejado un poco - Me alegra que esté así, lo noto muy bien ¿vos también Mary?
- Totalmente, lo veo más relajado. Parece que se dio cuenta que estar acá no es tan malo gracias a alguien ¿no? - me guiñó el ojo -
- Me alegro que se haya dado cuenta, yo sabía que no era un mal chico, solamente estaba un poco - pausa - perdido
- ¡Cada día me sorprendo más de lo sabia que sos chiquita! Exacto, estaba pasando por un momento muy difícil y estaba viviendo su duelo a su manera.
- Y Mary ¿a vos te pasó eso alguna vez?
- Uff sí Almi - me invitó a sentarme en un banco, todavía afuera - es una historia larga pero estoy dispuesta a contártela si así lo deseas.
- Por supuesto.
- Bueno, tal como a Max le hizo bien estar acá, eso mismo me sucedió a mí, este lugar me salvó. Cuando perdí a mi hija estaba sola, mi esposo nos había abandonado a ambas y ella era lo único que tenía. Su pérdida me dejó destrozada, totalmente deprimida. Visité psicólogos, psiquiatras... - interrumpí -
- ¿Psicólogos?
- Los psicólogos son personas que trabajan intentando ayudar a la gente, tratando de dar herramientas para que uno mismo pueda solucionar sus problemas. Y un psiquiatra uno lo visita cuando está aún más desorientado, yo me encontraba sin rumbo en ese entonces. Tanto que un día intenté quitarme la vida - se le quebró un poco la voz pero enseguida se recuperó y continuó - una mujer del edificio donde vivía sabía por lo que estaba pasando y fue quien me encontró desmayada y decidió rápidamente llamar a la ambulancia. Cuando logré recuperarme de la situación la tristeza seguía algo intacta, aunque en menor medida. Mi vecina de departamento que me había visto en tan triste situación, me comentó sobre un puesto de trabajo acá. Me dijo que un orfanato era el lugar que necesitaba, ya que podía darle a otros niños ese cariño que tanto tenía guardado para mi hija y así no iba a sentir tanto su ausencia. La iba a sentir todos los días presente en los demás niños. Y ahora que lo pienso, no se equivocó, a veces me recordas mucho a mi hija, Alma.
- la miré sorprendida - ¿En serio?
- Sí - me dijo con lágrimas en los ojos, pero a la vez contenta - Ella era muy pura, muy sana. A pesar de que era muy pequeña cuando partió, yo sabía que tenía un buen corazón, una preciosa alma; tal como la tenes vos.
- Gracias Mary - nos abrazamos - te quiero
- Y yo a vos - me abrazó aún más fuerte pero sin perder su tan característica calidez
- ¿Qué pasa acá? María, necesito que trabajes - interrumpió Roz, quejándose.
Ambas nos sonreímos y Mary se marchó a trabajar.
Ese día descubrí que cualquier persona se desmorona a veces, sólo hay que intentar mirar hacia adelante y ser pacientes, siempre va a llegar algo mejor. Cuando llegué acá no me imaginaba un lugar feliz y fue por esa misma razón que decidí convertirlo un lugar mejor; no sólo para mí, sino también para los demás niños que viven acá. Decidí mirarlo con ojos positivos.
ESTÁS LEYENDO
Nefelibata (Ganador Letters Awards 2017)
Teen Fiction❀ Alma se refugia en su imaginación. Es una niña aventurera que, como lo indica el título de la novela, es a su vez soñadora y casi nada realista. Ella irradia optimismo y felicidad en su entorno, a pesar de vivir en un lugar tan triste como un orf...