Todos tienen algo que decirme

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Hoy voy a escribir algo que hice y que no me enorgullece para nada haber hecho. Es por esta razón que nadie más lo sabe, pero necesito descargarme en mi diario: lo que hice fue escuchar detrás de la puerta. No me gusta para nada la gente chismosa, por lo tanto no me gustaría considerarme una de ellas pero hoy estaba esperando a Mary afuera de la cocina para decirle algo y sentí  que ella y Cassandra estaban hablando de algo importante. La intriga fue más fuerte que mi deseo de no ser una persona que escucha conversaciones ajenas. Tampoco recomiendo hacerlo porque a veces la intriga puede ser aún mayor, como en este caso ya que lo que escuché fue más o menos lo siguiente:

- No creo que sea una buena idea Mary, para nada

- firme pero amable - Con todo respeto Cassandra, esta decisión ya está tomada, sólo te estoy pidiendo tu firma.

- Está bien, yo sólo te digo lo que creo: esto te va a dar menos tiempo para tu vida, estás sola y trabajando: son muchas responsabilidades. No te lo digo como tu jefa, te lo digo como alguien que te tiene cariño y te quiere ayudar. 

- en tono afectuoso - Lo sé y te agradezco porque sé que tus intenciones son muy buenas pero... estoy segura de que nosotras vamos a saber manejar esto. Ya le di demasiadas vueltas al asunto y tengo un enorme sentimiento en el corazón de que éste es el momento para finalmente hacer lo que hace tanto tiempo anhelo. 

- Bueno, tenés razón, a veces es bueno guiarse por lo que uno siente. Te deseo mucha suerte en esto querida - la abrazó a la vez que una lágrima caía por su mejilla. Soltó a Mary y se secó rápidamente la lágrima - volviendo a utilizar voz de mandona -Deja los papeles en mi oficina, más tarde cuando tenga tiempo los firmo y te los devuelvo. Ahora seguí trabajando. 

- Muchas gracias, en serio; dijo Mary emocionada.

La verdad es que no sabía muy bien de qué estaban hablando y tampoco me animaba a preguntarle a Mary porque me avergonzaba mucho que supiera que había escuchado la charla con Cassandra así que me limité a tener paciencia ya que, suponía que, en algún momento me iba a enterar qué era lo que sucedía. Aunque no voy a mentir, al no haber sido capaz de pensar en otra cosa más que "en qué podría ser" tuve que despejar mi cabeza así que decidí buscar a Max.

- toc toc- 

Max abrió la puerta y estaba Zoe sentada en la cama con una notebook  sobre sus piernas. 

- Hola chicos ¿Qué hacían?

- sonriendo - Hola Almi, dijo Zoe. Estábamos - pausa-  bueno.... - lo miró a Max, quién asintió la cabeza queriendo decir "Yo le explico" - Bueno, creo que terminó mi horario libre así que, yo los dejo que hablen. Chau linda. 

Cuando Zoe saludó a Max ella quiso darle un beso en el cachete pero, Max tan enamorado como estaba corrió su cara y le dio un beso en la boca, ella se sonrojó y lo miró con aquella mirada que las madres emplean cuando nos mandamos una macana pero no pueden retarnos en ese mismo instante porque hay gente presente. En este caso esa "gente" era sólo yo, pero causé en Zoe el mismo pudor que un grupo grande de gente le hubiera causado en esa situación.

Enseguida Zoe se marchó, me había olvidado que Max tenía algo que parecía importante para decirme, ya que el hecho de interrogar a mi amigo sobre lo que acababa de hacer era más importante - o eso creía hasta el momento - :

- Wow Max, si yo todavía estoy impactada, no me quiero imaginar cómo estará Zoe en este momento

- No me pude contener Alma, es que ella es muy linda, tiene unos ojos muy lindos y...

Al parecer mi amigo también había olvidado que debía decirme algo

Me miró y sin darme cuenta yo había posado mis manos sobre mi cara y lo estaba mirando como quién mira una película romántica, con ánimos de saber más. Fue ahí cuando Max, quién detesta las cursilerías se percató de lo que estaba diciendo y:

 - Ejem, en fin me gusta Zoe así que perdón si no querías ver eso pero, lo hice y listo.

- Aaaay que rudo 'Lo hice y punto' - haciéndole burla

- Corrección: Y listo. L-I-S-T-O-

- le pegué en el brazo y seguimos un rato gastándonos y riendo hasta que Max miró el monitor de la computadora y se puso muy serio.

- ¿Qué pasa Max? Era un chiste, no lo dije en serio.

- No no, no es eso. Me quedé pensando en lo que tenía para decirte

- me quedé recalculando por un instante -

- Antes de que se vaya Zoe ¿Te acordás?

- ¡Aah sí! Te escucho

- Bueno, resulta que-

-interrumpiendo- ¡Aaah ya sé! Ustedes están de novios y yo recién me entero ¿No? Te ahorré tu momento de vergüenza, de nada - sonreí

- Emm Zoe y yo no estamos de novios, no tiene nada que ver con eso. Como ya sabes, no falta mucho para que cumpla 18 años, lo que quiere decir que voy a ser mayor de edad para la ley y voy a poder vivir solo. Es por eso que el orfanato tiene la obligación de ayudarme a pagar una parte del alquiler de un departamento de la ciudad y antes de que llegaras Zoe me estaba mostrando algunos a buen precio; ya que ella tiene pensado el año siguiente vivir sola y estaba un poco informada con respecto a ese tema.

- Aah sí, cierto que cumplís años dentro de unos días - pausa - yo estaba tan contenta con todo lo que estaba pasando que lo había olvidado, perdón.

- No hay problema Al - me sonrió - ahora lo importante es disfrutar estos días que quedan y...

- interrumpí - ¡Yo me tengo que ir! - inventando una excusa - Sí, Mary me tenía que decir algo así que, chau. Nos vemos después. 

Me retiré lo antes posible de su habitación ya que no quería que él me viera llorar pero en cuánto llegué a la mía, inundé el lugar. Últimamente todos mis amigos se iban y yo seguía quedando atrapada acá. Con la gente que quería era todo más fácil pero ahora sólo quedaba Mary a mi lado. Iba a extrañar mucho a ese grandulón y tenía miedo que su vida cambiara tanto que ni siquiera querría venir a visitarme porque yo iba a estar en su terrible pasado y él quería empezar de cero, tal como se lo merecía. Lo cierto es que a Max no le gusta para nada este lugar, sobrevive por el mismo hecho que yo lo hago, sólo que yo lo hago con un poco más de amor, a mi no me disgusta tanto el lugar. Mis lágrimas no se debían sólo a la tristeza, sino también al miedo, miedo a perder una enorme y hermosa amistad.

Fue ahí cuando Mary entró a mi habitación y me vio tan devastada que me abrazó, a la vez que acariciaba mi cabeza y me decía que todo iba a estar bien. 

Le conté lo que había pasado y me consoló diciéndome que ella veía que Max me tenía un cariño especial y que seguramente vendría a visitarme y luego dijo que tal vez, al pensarlo bien eso no sería necesario. A lo que yo respondí "¿Por qué?" y ella dijo:


- Alma, tengo algo que decirte...


Nefelibata (Ganador Letters Awards 2017)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora