¿No crees que es muy tarde como para “querer hablar”? ¿Después de todo este tiempo solo llegas y “quieres hablar”?
No mi vida, las cosas ya no son así.
-Pero por favor, solo dame una oportunidad para arreglar las cosas, te juro que esta vez si la voy a aprovechar.
No.
-¿Pero por qué no?
Aún en la obscuridad pude ver su rostro tenso, el estaba sentado a mi izquierda, del lado de la ventana. La luz remarcaba sus raros ojos y su cabello bien peinado, por un segundo pense que le podría dar una oportunidad, que esta vez no pasaría lo mismo...
Pero siempre pasa lo mismo.
-Porque tu siempre dices lo mismo, siempre me dices que siempre estarás ahí para mi, que no me vas a abandonar, que me apoyarás; pero ya no creo en tu palabra, porque siempre que me dices eso tu eres el primero en irse, siempre me abandonas y vuelves para “recuperar nuestra amistad”, simplemente ya no lo quiero, ya no te quiero.
Le entregué la libreta y me fuí, necesitaba alejarme de el, todavía dolía.
Me senté en mi antigüo lugar, justo a un lado de Miriam, ella me miró expectante pero yo solo le dirigí una sonrisa cansada, no quería tener problemas con ella, no por el.