-Te odio.
-Yo se que no.
-Esta vez es encerio, ¿no pudiste simplemente decir "hey, ponte desente porque voy a ir a tu casa" ?
-No.Bufe con enojo. Saque un plato hondo y cereal Cherrios para poder servir un desayuno nutritivo.
-Necesito otro amigo, tu ya no me respetas.
-Soy tu invitado y tienes el deber de darme de desayunar, duh, ¡Hey! Sin tanta leche.Logre detenerme a tiempo de no derramar la leche por sobre el plato, cerre la leche y le entregue su desayuno. Me dirigí a donde había dejado mi plato tiempo atras cuando el había tocado mi puerta.
Me sente en el sillon y continúe comiendo mi ahora aguado cereal, ignorando completamente a Sebastián.-Oye, hazme caso, soy tu visita.
Hizo un puchero y reí, negando lentamente. Hice una seña y el sonrio corriendo con su plato a un lado de mi.
Sentados los dos en el sillon, viendo Telehit me dí cuenta de que no me molestaba, de que me podía acostumbrar a almorzar cereal con el, a estar sin hacer nada con el.-Oye, ¿por qué veniste?
-No lo se, solo quería verte.
-Ok, eso no tiene sentido.
-No importa, no todo en esta vida tiene sentido.
-Sebas el intelectual.
-Es verdad, vine porque quería verte, porque me encanta pasar estos momentos a tu lado. Simplemente lo adoro y quería hacerlo, así que vine y ya, ¿feliz con la respuesta?Asentí sin poder decir nada, sus palabras me dejaron sin aliento. ¿Era eso verdad? ¿Yo le importaba tanto para que viniera sin razon aparente? Esos pensamientos me dejaron pensando y era verdad, me encantaba el, amaba todo de el y simplemente no quería que cambiara, quería que el lo supiera.
Lo miré y estaba atento viendo la televisión, se veía tan lindo, tan relajado, tan natural. Suspire como loca enamorada y recargue mi cabeza en su hombro, con cuidado. El volteo y me dio una sonrisa calida, se la devolví y cerre los ojos.
-Te amo, Sebs.