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PROLOGO

15 de diciembre de 1998

La joven mujer con el largo vestido blanco miraba frenéticamente a su alrededor, buscando algún indicio de la persona que ella esperaba. La noche era oscura y mientras los caballos atados al carruaje resoplaban nerviosos, la joven se preguntó por enésima vez si habría hecho lo correcto al tratar de ayudar a la familia de Adeline.

Adeline y su esposo Thomas sabían en lo que se metían cuando decidieron hacer caso omiso a todas las advertencias de la gente del pueblo y se fueron a vivir juntos. Ambos sabían que serían tildados como traidores y parias ya que dos personas de diferente especie no pueden enamorarse y mucho menos irse a vivir solos y formar una familia. Pero ellos no atendieron a razones y su unión dio como fruto, además del exilio y ser tratados como bichos raros por todos sus familiares y conocidos, una niña de pelo color marrón y grandes ojos verdes.

Ahora la joven mujer, llamada Jocelyn debe sacrificar su vida para tratar de ayudar a la joven pareja a esconder a su pequeña niña. La niña, la cual tiene solo cinco días de vida, está en grave peligro debido a la mala elección que hicieron sus padres. La gente del pueblo la buscara a ella y a sus padres para asesinarla, o para algo mucho peor.

Ya ha pasado más de media hora desde el momento en que deberían encontrarse, Jocelyn se impacienta, si no llegan a tiempo no podrá ayudarlos a esconderlos a ellos y a su pequeña hija, Jocelyn sabe que no debe arriesgarse demasiado, ya que podría ser condenada al exilio por ayudar a los traidores, pero no puede evitarlo, esa pareja siempre ha sido su punto débil, y ella debe confiar en que ellos estarán aquí en el momento justo para salvar a su hija. De repente se oyen pasos en la noche, Jocelyn saca su espada y se pone en posición de combate, lista para atacar a quienquiera que se atreva a acercársele, pero cuando se prepara ve que solo es un conejo asustado buscando refugio.

Adeline y Thomas aparecen de entre los arboles a la izquierda de Jocelyn y ella suspira aliviada.

-Gracias a Dios que llegaron- exclama, poniéndose una mano en el pecho para mantener estable su respiración- pensé que habían cambiado de opinión.

-Nada nos haría cambiar de opinión acerca de esto- exclama sombrío Thomas- pero no podremos ir contigo, tendrás que llevarte solo a Alexandra.

-Pero ¿Por qué?- Jocelyn no entiende a que se refiere Thomas con eso, se supone que escaparían los tres juntos.

Esta vez es Adeline quien responde:

-Porque los guardias del rey nos han interceptado de camino hacia aquí, ellos querían matar a nuestra pequeña- con lágrimas en los ojos continua- Te daremos algo de tiempo para que desaparezcas en la noche con Alex, haremos que los guardias nos persigan, así ustedes podrán escapar.

-¡No!, eso no es posible- exclama Jocelyn desesperada- la pequeña necesita de sus padres.

- lo sabemos- responde Thomas- y dejarla será la cosa más difícil que podremos hacer nunca, pero necesitamos que ella se mantenga a salvo- Thomas mira con el semblante serio a Jocelyn, pero en él hay un dejo de tristeza por tener que separarse de su hija tan pronto.

Adeline y Thomas abrazan fuertemente a su pequeña y luego se la entregan a Jocelyn envuelta en una manta.

-Asegúrate de que cuiden de ella Jocelyn- suplica Adeline, con lágrimas en los ojos, luego se inclina y deposita un último beso en la sien de Alex- Siempre te querremos mi pequeña, recuerda eso.

-Sé fuerte mi niña- le susurra Thomas

Acto seguido, ambos se dan media vuelta y, tomados de las manos, se adentran en la oscura noche.

Jocelyn no pierde tiempo luego de que los padres de Alex desaparezcan en la noche, rápidamente se sube al carruaje, deposita con cuidado a la bebe dormida en el interior y toma las riendas, dirigiéndose hacia la puerta que las llevara hacia un lugar seguro. En medio de la quietud de la noche se escuchan disparos, seguidos de gritos. Jocelyn sabe lo que estos significan. Los guardias del rey han encontrado a los padres de la bebe y les dieron caza. Sin embargo, no puede detenerse, ahora tiene la misión de llevar a Alex sana y salva hacia su nueva familia.

Cuando se encuentra cerca del portal, espolea a los caballos a que vayan más veloces, ya que de esa manera evitarían el quedar aplastados dentro de las dimensiones como cucarachas. Por fortuna el pasaje se realiza sin problemas, y ambas llegan al vecindario el cual será el nuevo hogar de Alex.

El vecindario está muy bien cuidado y casi todas sus casas son iguales, la joven deposita a la bebe en la puerta de una de las casas marcada con el número 520, luego se inclina para darle un beso de despedida y se marcha.

Montando en el carruaje en el camino de regreso, Jocelyn se pregunta si habrá hecho bien al dejar que los padres de la niña fueran asesinados, todo el mundo sabía de la crueldad que los hombres del rey son capaces, y más en una época como esa, en la cual el pueblo parece estar desafiando al monarca más de lo que debería. Muchas personas no están de acuerdo en que el monarca haya dividido a las personas según su especie de ascendencia, lo cual los divide en Macones, aquellos que pueden controlar los pensamientos de las personas, y los cuales están en la cima de la sociedad; y los Tesoreros, quienes pueden saber dónde se encuentra un objeto perdido con solo oír hablar de él, y quienes están en la base de la sociedad, de la cual no obtienen muchos derechos.

También está el problema de que los pueblerinos acusan al rey de haberse dejado robar la joya Suprema, la cual confería cualquier clase de poder a quien la poseyera. Esta última esa perdida hace siglos, pero el pueblo sigue culpando al monarca, con ese último pensamiento Jocelyn guarda el carruaje y se aproxima a su hogar, intentando olvidarse de todos los problemas que tiene en la mente.

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