CAPITULO 8

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Sip, definitivamente era el mismo chico con el cual soñé la noche anterior a venir aquí. El mismo cabello negro lacio, el mismo cuerpo atlético y los mismos profundos ojos grises, los cuales me estaban mirando fijamente. Rápidamente desvié la vista y las centré en mis manos.

-Jocelyn-pregunté curiosa- ¿Quién es ese muchacho de allá?

-Ese es Carter Cros, es uno de los mejores peleadores que tiene el reino, aunque solo tenga 17 años.

-Si es uno de los mejores ¿Por qué no lo mandan directamente a buscar a joya y se acabó el problema?

-No es tan fácil, a pesar de ser tan bueno, ni siquiera él podría sobrevivir a la búsqueda de la joya. Además en la competencia se encuentran personas de todos los reinos vecinos que están ansiosos de recuperar El Topacio, y no se sabe quiénes podrían ser los ganadores.

-Muy bien

-No quiero hacerte perder más tiempo. Ve

Luego de eso se alejó de mí y se subió al carruaje. Yo por mi parte, caminé con algo de reticencia hacia la entrada del palacio donde se encontraban el resto de los participantes. Tuve que pasar por al lado de Carter en el camino, y al parecer yo era algo nuevo porque él y todos los que estaban a su alrededor se me quedaron mirando fijamente mientras pasaba. ¡Qué vergüenza!

Al llegar a la puerta, fui recibida por un sirviente quien me condujo escaleras arriba hacia el lugar que sería mi residencia durante la competencia. Nunca había estado en un lugar tan lujoso. Los pisos eran de mármol pulido, y todas las paredes estaban cubiertas con infinidad de cuadros que mostraban a reyes de distintas épocas.

-Hemos llegado señorita- exclamó el sirviente sacándome bruscamente de mi ensoñación.

Señaló una enorme puerta doble de madera indicándome que ingresara. Al hacerlo me encontré en una impresionante habitación con largos ventanales que daban a un pequeño balcón. También poseía algo así como un salón de juegos, una sala de estar y un lujoso baño con una enorme bañera. Pero lo más impresionante era la cama. Era de más o menos una tres plazas, con dosel y las almohadas parecían ser muy cómodas y mullidas. Deseé probarla al instante, pero justo en ese momento el sirviente habló a mi espalda.

-Sus doncellas vendrán pronto para ponerla en condiciones, luego se dirigirá hacia el salón principal donde Su majestad dará el discurso de bienvenida- y dicho eso se alejó.

No pasó mucho tiempo para que tres doncellas llegaran a mi puerta y comenzaran el arduo y torturante trabajo de hacerme ver como una dama. Más veces de las que puedo contar estuve a punto de empujarlas e irme a esconder a algún lugar del bosque. En serio ¿Por qué tenían que hacerme pasar por esa tortura? Fui depilada, peinada, enaceitada (bastante raro, lo sé), maquillada y vestida. Toda esa tortura, es decir, proceso, duro tres horas y media. Yo me sentía cansada y lo único que quería era probar la inmensa cama, pero debía ver a la reina.

Al salir de la enorme habitación, uno de los guardias me acompañó hacia el salón principal, donde se encontraban el resto de los competidores charlando en grupos y esperando la presencia del monarca. No pude evitar buscar con la mirada a Carter, y cuando lo encontré mi boca cayó abierta. El chico era extremadamente sexy y se veía mucho más apetecible con el traje que habían elegido. Su traje era de color negro con las solapas de color gris, lo que hacía resaltar sus ojos. ¡Cómo me gustaría comérmelo! Contrólate Alex, ¡Recién lo acabas de conocer y ya quieres comértelo! ¡Pareces una acosadora!- me dije

Y de repente, Carter comenzó a caminar hacia mí. ¡Dios mío! Pensé ¿Y ahora qué hago? No había muchos lugares donde esconderse y antes de que pudiera intentarlo, ya estaba frente a mí.

-Vaya, vaya- habló con una voz muy profunda y deliciosa- No te había visto por aquí antes. Dime ¿Acaso eres una sirviente?- exclamó con arrogancia.

-Por supuesto que no- contesté furiosa- Vengo a participar en La Competencia.

-Pues de seguro te eliminarán de primera- dijo en un tono de yo-me-creo-lo-mejor-del-mundo.

-Eso lo veremos- contesté molesta- No vaya a ser que termine ganándote.

-Tu no podrías ganarle ni a una cucaracha- me espeta- Eres tan debilucha ¿Por qué no regresas corriendo a casa con tu mami? Quizá ella pueda consolarte luego de que te hagan puré. –y comenzó a reír descaradamente

En ese momento decidí que ya tuve suficiente. Lleve mi brazo hacia atrás, para hacer que conectara con alguna parte de su rostro, pero antes de que pudiera llegar a concretar mi plan, una música estridente sonó, avisándonos de que Su majestad estaba entrando al salón.

Carter se alejó rápidamente de mí, y se quedó en el lado opuesto del salón, como si tuviera vergüenza de ser visto junto a alguien como yo.

El momento en que la reina Kim entro, todo el mundo se inclinó haciendo una reverencia, así que hice lo mismo. La reina emanaba poder. Usaba un largo vestido color dorado con perlas, además de que la cola era arrastrada por el suelo. Su cabello estaba peinado como en una especie de moño rodeando su cabeza, y dejando caer algunos mechones a través de su espalda. Su corona parecía estar decorada con incrustaciones de diamante y otras piedras preciosas que ni sabría nombrar. Todo en conjunto, la hacían alguien digno de admirar.

-Bienvenidos, mis leales súbditos- exclamó con voz atronadora- Bienvenidos a La Competencia. Como todos saben, han sido convocados aquí para participar de un concurso, el cual nos demostrara quienes serán los elegidos para partir en la peligrosa búsqueda del Topacio. Mañana por la mañana comenzara su entrenamiento. Tomarán el desayuno en sus habitaciones y luego, sus guardias los dirigirán hacia el salón de entrenamiento, donde se reunirán con sus instructores. Tendrán una semana de entrenamiento antes de presentarse a las pruebas. ¡Buena suerte a todos!- exclamó dando fin a su discurso.

Todos aplaudimos como signo de cortesía, pero por dentro me sentía entumecida. No había manera de que lograra aprender nuevas habilidades en tan solo una semana, digo ni siquiera podía correr unos cuantos metros sin terminar sudando y sedienta como si hubiera estado viviendo en el desierto durante años. Esto iba a ser terrible. Y no lo mejoraba el hecho de que Carter haya elegido justo ese momento para mirarme y dirigirme una sonrisa arrogante.

Pero ¿Quién se cree que es? Es un maldito idiota. No puedo creer que haya pensado que era lindo.

Definitivamente era un idiota, arrogante, estúpido, niño rico (supongo que por su postura lo era) que se creía superior a todos los demás. Pero también estaba el hecho de que se veía extremadamente sexy en ese traje, y tampoco ayudaba a mi mente que sus profundos ojos grises me miraran como si quisiera descubrir todos los secretos de mi alma. O desnudarme. No sé cuál de los dos es mejor.

De una cosa estaba bastante segura: estaba teniendo todos los síntomas de un enamoramiento.




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