CAPITULO 35

60 3 0
                                    

Luego de separarnos nos quedamos mirando nuestro entorno como si recién nos hubiésemos dado cuenta donde nos encontrábamos.

Nikko seguía tirado en el suelo balbuceando cosas ininteligibles por entre el trapo, así que Carter intentó levantarlo, pero al hacerlo se le escapó un gruñido de dolor.

-Estas herido- le dije mirándolo intensamente- No deberías intentar moverlo. Deberíamos pedir algo de ayuda. Ninguno está en condiciones de viajar.

-Creo que tienes razón- exclama mirándome y lanzando un suspiro de resignación- Antes de salir hacia acá tomé prestado el arco de Rick, así que podemos lanzar una flecha con un mensaje o con fuego para indicar nuestra posición.

-Me parece bien- exclamo, así que Carter se pone a trabajar mientras yo vigilo de Nikko, quien parece que quisiese matarme con solo la mirada.

Carter organiza las cosas muy rápidamente, pone un trapo envuelto en la punta de la flecha y acto seguido lo unta con un poco de sangre de Sabueso que hay esparcida por todo el lugar. Asqueroso. Pero al parecer la sangre de los Sabuesos del Infierno es como la pólvora, y al entrar en contacto con una corriente de aire particularmente fuerte, causa una explosión que puede verse desde varios kilómetros.

El Topacio se encuentra a salvo en uno de los compartimientos de mi abrigo, así que no debo preocuparme que Nikko intente robármelo.

Carter se prepara para lanzar, y apunta bien alto en el cielo, inhala, y en el momento de exhalar, suelta la flecha, la cual sale volando y a cierta altura explota en una lluvia de chispas.

-Bien solo nos queda esperar- exclama Carter y viene a sentarse junto a mí.

Mientras esperamos intento encargarnos de nuestras heridas lo mejor que puedo. Limpio los cortes de Carter con un algodón embebido en alcohol, e intento vendar algunos de los cortes más profundos. Cuando termino, Carter hace lo mismo por mí, aunque yo no estoy ni de cerca más herida que él. Primero se concentra en los cortes de mis brazos, pasando con delicadeza un algodón por ellos, y luego los venda con delicadeza, siempre manteniendo un ojo atento a Nikko. Cuando termina me da un beso tierno en la frente, y se pone a mirar al frente.

Estamos esperando por lo que nos parecen horas, cuando escuchamos unos gritos provenientes del páramo.

-Quédate aquí- me dice Carter cuando hago amago de seguirlo- Iré a ver de quien se trata, y si son amigos vendré a por ti.

Luego de esto sale de la cueva y lo pierdo de vista.

Me quedo inquieta, mirando hacia todos lados, evaluando los posibles escenarios que podrían ocurrir, y las posibles salidas, mientras tramito como voy a sacar a Nikko, si los que vienen no son amigables con nosotros.

Me estoy poniendo paranoica.

Carter regresa antes de que piense en hacer algo estúpido, y tiene una sonrisa en el rostro.

-Son algunos de los aldeanos. Ven estamos a salvo- me dice extendiéndome la mano, la cual tomo.

Carter iza a Nikko del suelo con un solo brazo y nos encaminamos afuera.

El panorama de afuera es terrible. Parece una zona de guerra. Cuerpos mutilados por todos lados llenan la blanca y prístina nieve, sangre lo cubre todo, tanto una como de Sabueso. Veo partes del cuerpo humano que no sabían que existía, y tengo que apartar la mirada antes de devolver lo que desayuné esta mañana.

Luego de caminar unos pasos, nos encontramos con los aldeanos, entre ellos están Adam, Tommy y el hombre que nos recibió, que según Carter me informa se llama John, todos lucen muy contentos de vernos, y en cuanto nos acercamos, me atraen a un gran abrazo grupal. Carter se nos queda mirando de una forma, que parece estar diciéndonos que somos unos idiotas por tanto sentimentalismo, pero no me importa. Estoy feliz de estar viva.

The challenge #DanAwards2016 #iisem2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora