Los habitantes del pueblo nos trataron muy bien, e incluso hicieron una fiesta en nuestro honor, ya que hacía mucho tiempo que no tenían visitantes.
La fiesta se llevó a cabo alrededor de una fogata ubicada en la plaza de la aldea. Todos se pusieron a bailar y jugar alrededor del fuego, y gracias a que habíamos recibido comida y nos habíamos dado una ducha, todos se encontraban de mejor humor, y se pusieron a disfrutar de la fiesta.
En un momento dado, veo que Carter me hace señas por entre la gente para que me acerque a él, así que eso hago. Cuando me acerco, observo que se encuentra hablando con Oliver.
-Muy bien Carter, dime ¿En qué puedo ayudarte?- preguntó mirando a Carter con las manos entrelazadas en su regazo.
-Estamos en una misión para la reina- respondió en tono misterioso Carter- Pero- añadió mirándome- Podríamos necesitar tu ayuda.
-Claro por supuesto, les ayudaré en lo que pueda- contestó con entusiasmo Oliver.
-Mi amiga necesita saber si conoces alguna montaña- exclamó con cautela Carter.
-¿Qué clase de montaña?- preguntó extrañado Oliver.
-Pues una que está cerca de un páramo helado, y que tiene un nido de sabuesos del infierno en su base- contesté algo insegura. No tenía idea de si mi pobre descripción nos sería de ayuda. Al parecer lo era, ya que Oliver abrió los ojos asombrado.
-No pensarán ir allí, ¿Cierto?- preguntó con suspicacia- Eso es un suicidio, ninguna persona que haya llegado hasta allí ha vuelto jamás.
-Entonces sabes donde es- exclamó emocionado Carter- Debes decirnos como llegar, es imperativo que lleguemos cuanto antes.
-No lo sé- exclamó algo agitado Oliver- Es un viaje muy peligroso.
-Eso lo sabemos, pero necesitamos que nos digas como llegar- exclamó con rotundidad Carter.
-Está bien- exclamó Oliver lanzando un suspiro de resignación- Sigan por el bosque hacia el sur. Unos kilómetros antes de llegar al paramo helado encontraran una posada, tengan cuidado. El páramo helado es muy peligroso porque no hay lugares donde esconderse, así que tendrán que cruzarlo de prisa, y el nido de los sabuesos. Lo mejor será si lo evitan. No hay forma de que puedan pasar a través de él.
-Muchas gracias- exclamó Carter estrechándole la mano- Nos iremos temprano en la mañana.
-Les conseguiré algo de abrigo y comida para el viaje. Solo espero que regresen.
-Lo haremos- respondió Carter con seguridad, y en ese momento quise creerle.
Antes de que me diera cuenta, Carter se estaba alejando, así que troté para alcanzarlo.
-Oye, me preguntaba- dije caminando a su lado- ¿Si podrías enseñarme a usar la espada?- pregunté con esperanza.
-Sí, supongo que sí- me respondió para mi absoluta sorpresa- Necesitaremos toda la ayuda que podamos conseguir. Empezaremos con las lecciones mañana ¿Te parece?
-Sí, por supuesto- exclamé entusiasmada- Muchas gracias.
A la mañana siguiente nos despertamos bien temprano y nos sorprendimos de encontrar a Oliver con cuatro mochilas llenas de suministros esperándonos.
-Esto es para su viaje. Por favor tengan mucho cuidado- exclamó entregándonoslas.
-Lo haremos- respondió Carter, y dándole un abrazo agregó- Muchas gracias por ayudarnos.
Dicho eso comenzamos con nuestro viaje hacia el bosque, siguiendo las instrucciones de Oliver caminamos hacia el sur, hasta que el sol se puso en lo alto al mediodía y nos paramos a descansar. Carter me llamó a un lado, y me instruyó que me pusiera frente a él.
-Lo primero que debes entender, es que la espada no es solo un arma, la espada es una parte de ti- exclamó señalándome con su propia espada- Ahora practicaremos algunas técnicas de defensa que te serán muy útiles- y dicho eso atacó.
Como odiaba cuando la gente hacia eso.
Luego de mi entrenamiento con Carter me encontraba exhausta, pero al menos había aprendido las nociones básicas de la defensa, aunque en ningún momento pude bloquear a Carter.
Continuamos caminando hasta que la noche nos hizo imposible ver por dónde íbamos, así que nos detuvimos a acampar. Carter se quedó protegiendo nuestros suministros, mientras que Rick nos acompañaba a Clare y a mí, a buscar leña para encender una fogata.
Luego de que hubimos comido, Carter informó que tomaría la primera guardia, así que todos nos fuimos a dormir lo suficientemente seguros sabiendo que Carter nos protegería. No pude dormir.
Me di vueltas en la bolsa de dormir, sabiendo que el tiempo podría estársenos terminando, y cuando no pude soportarlo más, salí de la tienda y me senté junto a Carter, quien se encontraba sentado cómodamente al lado de la fogata con su espada puesta en su regazo.
-¿No puedes dormir?- me preguntó en cuanto me vio.
-No- respondí simplemente, y luego agregué- Tengo la sensación de que este viaje no terminará bien para algunos de nosotros
-No te preocupes, recuperaremos el Topacio, y mandaremos a Nikko a la tumba en el proceso- me respondió con seguridad.
-Te admiro Carter- confesé en voz baja- No puedo creer que te hayas enfrentado a tantas de esas bestias y todavía sigas vivo.
-Bueno, es lo único que se puede hacer cuando una manada ha matado a toda tu familia, dejando solo a un niño de 6 años- contestó mirando el fuego con intensidad
-¿Los sabuesos del infierno mataron a tu familia?- pregunté con horror.
-Sí- respondió con rudeza- Y me hice a mí mismo la promesa de que mataría a todos los que pudiera antes de irme a la tumba.
-Vaya eso es intenso, y peligroso y solitario- exclamé mirándolo intensamente. Esta era la mayor cantidad de palabras que cruzaba con él.
-Tienes razón, es un trabajo muy solitario y peligroso, pero es lo único que tengo- respondió con tristeza.
-No es cierto, ahora nos tienes a nosotros. Vamos a ayudarte en todo lo que podamos. Puedes contar con nosotros- exclamé mirándole, y en arranque de ternura le cogí la mano entre las mías. Pensé que iba a retirarla, pero en su lugar la dejó entre las mías.
Nos quedamos hablando hasta que fue el turno de guardia de Rick y ambos nos fuimos a nuestras respectivas tiendas. No pude evitar sentir algo de pena por el niño que se había quedado solo a tan corta edad, y también en la similitud que ambos teníamos, aunque él no lo supiera.
A la mañana siguiente, continuamos nuestro viaje, algo más animados y descansados, y para el mediodía ya nos estábamos acercando a la posada, la cual podíamos verla de lejos.
El solo hecho de saber que estábamos cada vez más cerca del Topacio hacia que se me acelerara el corazón.
Cuando llegamos más cerca de la posada y pudimos verla con claridad, la realización me golpeó como un mazo.
Se trataba de la posada de mi sueño, y en ella se encontraba el mismo hombre de la última vez.
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The challenge #DanAwards2016 #iisem2016
AdventureAlex es una chica normal, que vive en Nueva Jersey. Su vida parece de lo más normal hasta el día de su decimoséptimo cumpleaños. Ese parece ser el peor día de su vida, pero también es el día en que ella ve a una misteriosa mujer saludarla a la salid...