CAPITULO 27

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En el momento en que lo veo me quedo paralizada. No puedo creer que aun siga por aquí. Con un poco de suerte podremos sacarle algo de información antes de marcharnos.

-Ese hombre de allí- les digo a mis amigos, señalándolo- Trabaja para Nikko.

Los 3 me miran sorprendidos, y entonces Carter toma el mando.

-Hay que hacerlo hablar. Debemos saber dónde se oculta Nikko y cuál es su siguiente paso.

-No creo que sea buena idea- contesto mirándolo con aprensión. La idea de torturar a una persona me pone enferma.

-Entonces ¿Cómo quieres que obtengamos información?- me dice mirándome molesto.

-Pues en la única forma que conozco que no implica tortura física- y para demostrar mi punto, me sumerjo en su cabeza y choco contra su muro. Carter se da cuenta de inmediato de mi plan, y me sonríe.

-Perfecto, hazlo- me anima con una mano puesta en mi hombro.

Cuando rozo la conciencia del hombre, no me sorprende chocarme contra un muro, pero rápidamente comienzo a trabajar para tratar de deshacerlo.

El muro que rodea su mente, no es tan sólido como esperaba, y luego de luchar durante unos minutos me encuentro sumergida en su mente. Inmediatamente comienzo a buscar entre sus pensamientos y recuerdos por algo que pueda sernos de ayuda, y luego de buscar por un rato, por fin lo encuentro.

Se trata de una conversación con Nikko, aunque él no muestra su rostro.

-¿Qué debemos hacer si por alguna razón esos niños aparecen?- pregunta preocupado mi huésped, a lo que Nikko responde con una carcajada siniestra:

-No creo que debas preocuparte por ellos, no son rival para mis fuerzas. Si los ves caminando por ahí no dudes en acercarte y matarlos.

-Como usted ordene, señor- responde sumiso el hombre

-No podemos dejar que esos niños nos interrumpan, ya nos encontramos muy cerca de cruzar el páramo helado como para tener problemas a esta altura.

El recuerdo se desvanece de a poco, y lentamente salgo de la mente de aquel hombre. La intensidad del recuerdo y la fría voz de Nikko me han dejado pasmada.

-Nikko se encuentra cerca de cruzar el páramo helado- le informo a mis compañeros- Debemos darnos prisa.

-Muy bien, pero ya es de noche, y aunque queramos no podremos avanzar mucho más en la oscuridad. Será mejor que pasemos la noche aquí- exclama Carter impasible.

-¿Cómo se te pudo ocurrir pasar la noche en un lugar con un tipo como este?- pregunta atónita Clare- Probablemente nos mate en cuanto nos vea.

Mi mente entra en acción y les obsequio otro pequeño pedazo de información.

-Nikko le autorizó a matarnos en cuanto nos viera. No quiere que nada se interponga en su camino- exclamo mirándolos a todos a los ojos.

Clare parece que vaya a desmayarse del susto, Rick se ha quedado paralizado mirándome con horror, y Carter por su lado, esboza una sonrisa siniestra que le cubre todo el rostro.

-Pues entonces quizá deberíamos ir a saludar- exclama con una voz fría, y dicho eso se dirige hacia la entrada de la posada, pero en lugar de entrar se desvía y comienza a sacar algo de su mochila. Los demás lo seguimos algo aturdidos.

Cuando llegamos a su lado nos damos cuenta de su plan de inmediato.

-Debemos pasar desapercibidos- nos dice mientras comienza a quitarse la chaqueta que lleva puesta y la arroja en un montón arrugado al suelo- Cámbiense de ropa y pónganse algo que les cubra el rostro.

Todos le hacemos caso, y para cuando hemos terminado de cambiarnos, nadie podría saber quiénes somos, con esa nueva perspectiva nos dirigimos hacia la entrada de la posada.

Al entrar notamos que se trata de un espacio pequeño con una barra ocupando casi toda su parte frontal. Nos dirigimos hacia allí y Carter pide 2 habitaciones para quedarnos. Al momento en que el hombre de atrás de la barra nos da las llaves de las habitaciones, subimos las escaleras, y para nuestra sorpresa el secuaz de Nikko se encuentra bajándolas.

Carter se abalanza hacia él en un abrir y cerrar de ojos y ambos caen al suelo. La lucha se ve muy encarnizada desde donde nos encontramos observando, y tratamos de mantener un perfil bajo. No queremos que toda la posada se esté metiendo en la pelea. Así que esperamos pacientemente hasta que Carter somete al tipo, y luego nos dirigimos hacia una de las habitaciones que nos han sido asignadas.

-Tu- espeta el tipo en cuanto ve la cara de Carter- Tienes suerte de haberme agarrado desprevenido, o de lo contrario tendrías una bala entre los ojos- y añade mirándonos- Todos ustedes.

-¿Cómo sabes de qué manera nos vemos?- pregunta Carter sosteniéndolo de la camisa.

-Todos nosotros sabemos cómo se ven. Hay un traidor en sus filas, pero es tan bueno que ni la propia reina se ha dado cuenta de eso- exclama, y comienza a reírse como un maniático.

-Muy chistoso- le espeta Carter con seriedad- Pero se acabó la hora de jugar. Tu amo no obtendrá el Topacio porque vamos a detenerlo

-¿Crees que un grupo de niños como ustedes pueden detener a mi amo?- exclama riéndose como si todo el asunto le divirtiera- No tienen idea de a qué se enfrentan- y añade mirando a Carter a los ojos- Y de ninguna forma voy a decirles nada.

-No te preocupes- exclama Carter con una sonrisa- Ya sabemos todo lo que nos hace falta.

El tipo lo mira con confusión, y entonces hace el intento de venir a por mí, que soy la que se encuentra más cerca de los dos, pero antes de que pueda siquiera tocarme, Carter lo alza del piso como si fuera una bolsa de papas, y lo lanza por la ventana.

Todos nos acercamos a mirar como el tipo se levanta del piso con dificultad y luego de dirigirnos una mirada de muerte, se aleja cojeando en dirección al paramo.

Me giro hacia Carter y lo enfrento.

-¿Por qué hiciste eso?- espeto mirándolo furibunda- Ahora podrá regresar con Nikko a decirle que estamos aquí.

-Eso es justo con lo que estoy contando- exclama Carter impasible- Deja que Nikko sepa que estamos aquí y que hemos pasado por sobre uno de sus hombres. Así por lo menos nos tomará en serio.

Y luego de ver nuestras miradas de desconcierto añade

-No me miren así, era lo que reñía que hacer. Ahora será mejor que vayamos a dormir. Tendremos un largo día por delante mañana- y haciéndole una seña a Rick, ambos salen de la habitación dejándonos solas a Clare y a mí.

Luego de darnos una mirada que dice "no entiendo a los hombres", ambas nos metemos en la cama y no mucho después el sueño me reclama.

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