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CAPITULO 21

Me adentré por las gigantescas puertas dobles, y me encontré con el mismo panorama: el mismo salón escasamente amueblado, con algunas colchonetas apiladas en una de las paredes, y frente a mí el tribunal compuesto por las mismas personas que la última vez: la reina, Jocelyn y el entrenador Rufus. Me posicioné en el centro de la sala de frente al tribunal, y esperé que dijeran algunas palabras, como la última vez, lo hicieron:

-Muy bien, este es tu oponente- dijo la reina, y señaló a un joven soldado un poco más alto que yo y más corpulento- Ya sabes lo que tienes que hacer, cuando termines, te daremos la primera pista de lo que debes encontrar.

Me puse de frente al soldado e intenté recordar todas las cosas que había ido aprendiendo en las clases con Jocelyn. Lentamente, me posicioné frente al muchacho, y lo evalué, tal y como me había enseñado Sean. Por lo que pude deducir de mi rápida evaluación, sería fácil hacerlo caer, lo único que tenía que hacer era utilizar su peso en su contra, así que ataque.

Me abalancé hacia el soldado para tomarlo por sorpresa, pero al parecer estaba preparado y se echó para atrás, haciendo que casi cayera debido a mi perdida de equilibrio.

Genial, el mismo truco dos veces. No iba a dejar que eso me fastidiara, así que le lancé una patada hacia el estómago, pero rápidamente la esquivó, volví a acercarme como para intentar lanzarle un puño, pero en el último momento, lancé una patada hacia sus piernas, haciendo que perdiera el equilibrio por un momento. Sin embargo, fue suficiente para mí, me coloqué de espaldas a él, llevando su brazo por encima de mi hombro, y comencé a impulsarme hacia adelante. Lo único que esperaba era no caer en el proceso.

Me comenzaba a quedar sin aliento, el soldado era más difícil de derribar de lo que pensaba, y mi mente comenzó a pensar en que volvería a fallar. En un intento desesperado por ganar, comencé a darle patadas al muchacho para que dejase de hacerme peso, al parecer esa táctica funcionó ya que pude derribarlo. Para el momento en que el soldado cayó al suelo, estaba jadeando y sudando como si hubiese corrido 20km. Intenté recomponerme rápidamente, y miré hacia el tribunal.

-Bien echo- exclamó la reina, y tendiéndome un papel añadió- Esta es la primer pista que posees para encontrar lo que está oculto en el jardín. Buena suerte.

Me acerqué a ella, y tomé el papel, inmediatamente cuando este estuvo en mis manos, pude ver claramente en mi cabeza que se trataba de una espada y que estaba escondida en una de las casillas de los establos, presumiblemente en la última. Les di las gracias al tribunal y me encaminé en la búsqueda. Para mi propio crédito, esto se me daba fácil, así que intenté hacerlo como todos los demás lo harían, y no como mi instinto me marcaba, lo que básicamente era correr como una psicópata hacia los establos. Cuando por fin encontré la espada, el guardia me dijo que podía quedármela y que podía irme. Así que prácticamente corrí hacia mi habitación.

Luego de que me hube bañado y quitado toda la suciedad que había acumulado debido a la prueba, me senté en la cama y me puse a leer uno de los libros que había traído de la biblioteca en mi primer día aquí. Estuve leyendo por horas, aprendiendo más sobre el reino de Minos, hasta que un golpe en la puerta, me avisó de que tenía visitas. En un acto reflejo expandí mi mente y me encontré con Clare.

-Hola, hola ¿Qué estabas haciendo?- me preguntó contenta

-Nada solamente estaba leyendo.

-Perfecto, oye ¿Cómo te fue en la prueba? ¿Qué te pidieron que encontraras?- preguntó curiosa

-Creo que bien, tuve algunos problemas al derribar al soldado, pero la búsqueda se me dio bien, por lo menos encontré la espada.

-Oh Dios mío- chilló emocionada Clare- ¿Tu objeto oculto era una espada? El mío solo era una pulsera, aunque muy bonita ¿En dónde está?

-Aquí- señalé hacia la pared detrás de mí, y la alcancé para que Clare pudiera apreciarla

Clare se pudo a acariciarla como si fuese su mascota, y empezó a hablar de diferentes técnicas de lucha de las cuales no tenía ni idea.

-¿Sabes utilizarla?- preguntó al fin, mirándome intensamente

-No- dije encogiéndome de hombros

-Pues tendrás que buscar a alguien que te enseñe, porque yo no sé.

-De acuerdo- exclamé. Con tal que no fuera Carter estaría feliz.

Fuimos juntas a cenar, y luego nos quedamos en la habitación de Clare a escuchar los puntajes. Ambas bullíamos de energía nerviosa, y cuando comenzó el anuncio, casi saltamos de alegría

<<Buenas noches participantes, eh aquí los puntajes de las pruebas de hoy:

<<En primer lugar con 98 puntos Carter Cros

<<Segundo lugar Ashley Bone con 95 puntos

...

<<Cuarto lugar con 89 puntos Rick Prior

<<Séptimo lugar Clare Whitemore con 76 puntos

En el momento en que dijeron el nombre de Clare la abracé radiante de alegría por ella, aunque internamente estaba en vilo porque no dijeran mi nombre

<<Décimo lugar Janet Cassidi con 68 puntos

No pude escuchar más de ahí. Lo había logrado. Había pasado la prueba. Estaba radiante de alegría, y Clare y yo estábamos emocionadas por nuestro gran logro.

<<Felicidades a todos los participantes que siguen en juego. Aprovecho este espacio para comentarles que se celebrará un baile en su honor este sábado, para el cual tendrán que utilizar la ropa de gala pedida anteriormente. Muchas gracias y buenas noches>>

Me quedé en la habitación de Clare hasta pasada la medianoche, charlando y especulando sobre de que se trataría la siguiente prueba, para el momento en que volví a mi habitación, me encontré con Sean en mi puerta quien me hizo un gesto de ánimo por la calificación recibida.

Aunque estaba contenta de haber pasado la prueba, una pequeña sombra confinada a la parte de atrás de mi cabeza me advertía que no nos quedaba demasiado tiempo.

Así que esa noche me acosté, y por suerte para mí no tuve ningún sueño.

A la mañana siguiente, me levanté con un nuevo propósito: prepararme como pudiera para el baile de mañana en la noche, lo que se traducía en que tendría que aprender a bailar rápidamente si no quería hacer el ridículo.

Por suerte me encontré a Rick en uno de mis largos paseos, y luego de comentarle sobre mi completa falta de preparación en el baile, se ofreció a darme algunas clases, antes de mañana en la noche.

En una de nuestras sesiones de baile en un salón vacío del palacio, sentí la presencia de alguien y cuando me di la vuelta para ver de quien se trataba, me encontré con Carter que me miraba con una mueca de decepción en el rostro.

Por más que leí ese día, no pude sacarme su cara de la mente, pensando en que quizás lo había decepcionado al no acudir a él.