Mi sueño se situaba en una cueva, que al parecer se encontraba llena de musgo y liquen. Afuera estaba oscuro, así que sospeché que debía ser de noche. Me adentré más en la cueva, algún instinto dentro de mí me guiaba hacia la parte trasera de la cueva, cuando llegué allí vi el motivo: la estancia era inmensa y estaba dominada por una gran cascada que caía hacia lo que parecía alguna especie de rio, se encontraba tenuemente iluminada por unos gusanos luminiscentes que se encontraban colgando del techo, lo que le confería a la estancia un aire un tanto siniestro.
Al parecer mi objetivo se encontraba dentro del agua, por lo que me dirigí hacia la cascada. No tenía miedo de ahogarme, ya que se trataba de un sueño y en los sueños nada malo puede pasarte. Al llegar junto a la cascada, comencé a adentrarme por un diminuto camino de piedras, y me vi metida en una cueva mucho más pequeña. Allí, colocada sobre una enorme piedra como si fuera su pedestal, se encontraba el Topacio. Este, brillaba con una intensidad feroz, su color azul iluminaba las paredes de la diminuta cueva, y prácticamente pude sentir el poder emanando de aquella piedra. Fui acercándome poco a poco para poder sostenerla, pero antes de que lo hiciera, el sueño cambió abruptamente a otro escenario.
De repente me encontraba en una especie de posada, ya sabes dónde paran los viajeros, y por alguna extraña razón, estaba escuchando una conversación entre dos tipos. El primero tenia puesta una larga capucha negra y botas de montar negras, y el segundo tipo tenia puesto una camisa andrajosa y sucia, unos pantalones que parecían haber visto mejores épocas y unas botas llenas de barro.
-¿Estás seguro de que lo que escuchaste es cierto?- le preguntó el tipo con capucha al tipo sentado a su lado. Ambos estaban bebiendo cerveza.
-Por supuesto- respondió el otro un poco alterado- No te lo diría si no supiera que fuera cierto. Sé lo que les pasa a las personas que difunden falsos rumores.
-Entonces si lo que dices es cierto, mi amo está muy cerca de encontrar la joya- contestó el encapuchado con una sonrisa macabra- Ahora nada podrá detenerlo, salvo el terrible clima.
-Eso es verdad. Hasta que no pare de nevar, no podrá ir en busca del Topacio, además deberá tener un buen plan, ya que la cueva es traicionera.
-Tienes razón. Además hay que tener en cuenta que la reina enviará a los mejores para buscar la joya. Por suerte para nosotros las cosas se han complicado un poco en el palacio, y eso nos dará un poco más de tiempo.
-Bien si eso es todo, debo irme, tengo muchas cosas que hacer
-Muchas gracias por la información. El amo tendrá en cuenta cosas como esta cuando asuma el poder, y puede que te dé un buen puesto por la ayuda brindada. Hasta entonces.
El tipo andrajoso se levanta y se va de la posada, yo me quedo parada donde he estado durante todo el intercambio hasta que el sueño comienza a desvanecerse poco a poco.
Me despierto en mi cama con un sobresalto. No puede ser una coincidencia lo que acabo de soñar. Efectivamente estaban hablando de que el tipo malo estaba cerca de encontrar El Topacio. De repente no puedo dejar que haga eso. Así que corro hacia mi puerta con la esperanza de encontrarme con Sean. Efectivamente ahí está.
-Sean Sean- grito histérica- Tenemos que avisarle a la reina de que El Topacio está en peligro. Nikko está cerca de encontrarlo. Debemos advertirle.
-Pero ¿Cómo sabes eso?- pregunta mirándome escéptico- Es imposible que puedas saber algo así.
-Te digo que lo sé- le espeto, y comienzo a tirarle de la camisa frenéticamente- Tienes que creerme, yo la vi. Acabo de verla en mi sueño.
-Alex, tienes que tranquilizarte. Nadie va a creerte eso. Será mejor que no digas nada. Podría causarte problemas- me dice mirándome como si fuera una niña pequeña.
-¿Por qué me tratas como si fuera una niña? Sé lo que te digo, yo la vi.
-Sé que es posible que pudieras verla en tus sueños. Tu padre también sueños de esos, pero echarás a perder toda tu coartada si le dices a alguien. Será mejor que no digas nada.
Me quedo mirándolo como si me hubiera dado un puñetazo en el estómago. Sean ve mi reacción y trata de tranquilizarme.
-Oye Alex, no te sientas así. Yo te creo, pero no puedes contarle eso a nadie más, es peligroso ¿Entiendes?- me dice mirándome a los ojos, y sonríe cuando asiento- Muy bien. Ahora debes prepararte, el entrenamiento comienza en media hora y no querrás retrasarte.
Me vuelvo hacia mi habitación con el corazón en un puño. Si la reina no va a escucharme, toda La Competencia será inútil, porque para el momento en que nosotros salgamos a buscar la joya, por lo que yo sé Nikko ya podría haberse hecho con todo el poder, y haber esclavizado a todo el planeta.
Mis doncellas aparecen al cabo de un rato y comienzan a vestirme para asistir al entrenamiento. Como mi desayuno como en piloto automático, y cuando escucho unos golpes en la puerta, me levanto de un salto de mi asiento, y sigo a Clare por el pasillo hasta que llegamos al salón de entrenamiento. La mayoría de los participantes ya están dentro, y Rick corre hacia nosotras cuando nos ve entrar.
-Buenos días señoritas- saluda, y me dedica una gran sonrisa, la cual hace que me sienta un poco mejor- He escuchado un rumor que dice que Carter ya está fuera de la enfermería y lo enviaran a entrenar hoy con nosotros- nos dice con aire misterioso.
Siento un arranque de furia hacia la reina y sus estúpidas reglas. Es imposible que Carter esté listo para entrenar después de la paliza que le han dado, y justo cuando estoy pensando seriamente en ir hasta los aposentos de la reina y matarla mientras duerme, el susodicho aparece en la puerta.
Todos los rostros se dan vuelta a mirarlo, confundidos de que lo hagan levantar de la cama, cuando apenas ayer estaba en la enfermería sin poder moverse, algunos comienzan a cuchichear sobre que debía de ser alguna especie de trampa, ya que nadie lo había visto en la enfermería, Carter se para erguido y esboza una escalofriante sonrisa que dedica a todos nosotros.
-¿Qué están mirando?- espeta de manera cortante- ¿Acaso nunca han visto a un chico recién salido de la enfermería presentarse a entrenar? Apártense de mi camino- exclama y todo el mundo hace un pasillo en el cual él camina, ve indicios de pequeñas muecas de dolor al moverse, pero son casi imperceptibles, y comienzo a creer que estoy soñando, hasta que decide pararse frente a mí.
-Vaya vaya- exclama con una sonrisa maligna- Pensé que para este momento ya estarías volviendo a tu casa llorando por tu mami. Deberías hacerlo- añade, mirándome con burla- Este lugar no está hecho para los débiles.
Siento ganas de golpearlo y echarme a llorar a la vez, pero antes de que pueda hacer alguna de las dos cosas, aparece el instructor Rufus, y con voz severa nos ordena dirigirnos hacia la pista de afuera.
Corremos como condenados, aunque lo intento, no logro completar todo el ejercicio sin vomitar en un arbusto, y para mi suerte Carter me mira en el momento en que levanto la cabeza y comienza a reírse de mí a mandíbula batiente. Una vez que hemos regresado al salón de entrenamiento, Rufus nos divide en parejas nuevamente, pero para mi suerte no estoy emparejada con Ashley esta vez, si no con Aline una niña rolliza y de aspecto amable. El ejercicio de hoy consiste en aprender a rastrear diferentes objetos que han sido escondidos por todo el salón. Debo decir que muy a mi pesar, el ejercicio no se me da mal del todo y Aline y yo, terminamos como uno de los primeros grupos, solo siendo superados por Carter y su compañero.
El entrenamiento me ayuda a despejar la mente un rato, pero no puedo dejar de pensar en lo que dijo el hombre encapuchado de mi sueño, y lo que significa una sola cosa para nosotros.
Se nos agota el tiempo.
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The challenge #DanAwards2016 #iisem2016
AdventureAlex es una chica normal, que vive en Nueva Jersey. Su vida parece de lo más normal hasta el día de su decimoséptimo cumpleaños. Ese parece ser el peor día de su vida, pero también es el día en que ella ve a una misteriosa mujer saludarla a la salid...