BUSCANDO A LA MAMÁ PERFECTA | (Thomas&Brenda/Teresa)

¿Me ayudaras?

Brenda POV

-Yo...

No sabía que decir, lo había dicho sin pensar.

-No es lo que estás pensando.- conteste mientras sentía arder mi rostro. Debía verme totalmente patética.

El alza una de sus cejas.

-¿Qué se supone que estoy pensando?

-E-eso...- dije mientras me ponía nerviosa por su cercanía.

-Aun no me queda claro.

Thomas disfrutaba plenamente verme nerviosa, mis manos sudaban y sentía que el calor había aumentado un par de grados en la sala.

-Yo solo la ponía en su lugar, sabes que odio que me desafíen.- trate de no desmayarme en ese instante.

Su mirada bajo hacia mis labios, Thomas estaba logrando sacarme de mis casillas.

-No te creo.- dice el sonriendo.

El aire que almacenaba en mis pulmones salió de un golpe. Sentí pánico.

-Es la verdad.

El me siguió observando, su mirada quemaba que hasta sentía el ardor.

No sabía exactamente el color de sus ojos, unos momentos parecían cafés pero en otros momentos como este se le alcanzaban a ver verdes.

-Hagamos un trato.

Él sonrió divertido. Thomas había tomado todo esto como un juego, el cual se estaba divirtiendo a mi costa.

-¿Y cuál es? Si se puede saber señorita Brenda.

Sonreí con superioridad. Me acerque a él, eso pareció ponerlo nervioso.

-Te propongo ser la Madre para Tu Hijo.

Un brillo especial surgió en sus ojos, sabía que no podía resistirse a esto. Yo sabía que Thomas aceptaría.

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Meses antes.

-¿Desde cuándo tiene estas irregularidades?

Baje la mirada, me daba pena aceptar esto.

-Un año.- respondí mientras veía a la enfermera que estaba a un lado del doctor.

-¿Nunca pensó que era algo anormal?

-No, yo pensaba que todas les pasaba.

El señor tecleo algo sobre su computadora, me sentía nerviosa. El volvió a mirar al monitor.

-Recuéstese en aquella cama.

Cruce la sala mientras veía a un par de mujeres estaban a un lado de mi. La enfermera cerro la cortina y entonces pude ver el aparato a un lado de mi.

-Esto solo será un ultrasonido para ver la evolución ¿entendido?

Yo asentí mientras descubría mi vientre y colocaba aquel gel frio, después coloco algo sobre él, y entonces pude ver el interior de mi vientre en la pantalla.

-Disculpe, pero ¿Usted es virgen?

Sentí mis mejillas arder por la pregunta. Ya tenía 22 años de edad y nunca había hecho nada con un chico.

-Sí.

El doctor solo asintió.

¡¿Por qué se tardaba demasiado?!

Me habían obligado a tomarme un litro y medio de agua, y sentía que mi vagina iba explotar con cada movimiento que daba el doctor.

Si no terminaba, iba a mirarme sobre aquel lugar.

-¿Todo bien?- pregunte curiosa.

-Terminamos.

Entonces el me tendió un pedazo de papel.

-¿Qué tan irregulares son su periodos.

-Bueno, hay veces que duran casi un mes y luego no me baja por un largo tiempo.

-Señorita, lo que ocurre con usted es que tiene un quiste de aproximadamente seis centímetros.

-¿Eso es algo malo?

-Son inofensivas, las mujeres producen un quiste eso es muy normal, pero son los causantes del desequilibrio hormonal que usted tiene.

-¿Entonces es algo normal?

-En su caso no. Usted tiene varios quistes alojados en su vientre, lo que es necesario operarte para que estos no causen algo grabe en su cuerpo.

-¡¿Y no existe tratamiento?!

-Sí, pero tengamos en cuenta que usted tiene el síndrome de ovario poliquístico. No existe cura para esta enfermedad, siempre estará enferma de esto, no es nada grave.

-Pero cuales serían las consecuencias.

-Infertilidad. No significa que no pueda tener hijos, pero usted batallara mucho en tenerlos.

No sabía que pensar con toda la información que acaba de decirme.

-Regresando a los quistes, la mejor opción para que desaparezcan solamente es una.

-¿Cuál?

-Embarazarse. Esa es la mejor curación para que desaparezcan.

La noticia me agarro desprevenida. 

- Le recetaré algunos anticonceptivos para que se le regularice su periodo. Tendrá que tomar una cada 24 horas, no debe de dejar que se pase la hora esto es muy importante para el desequilibrio hormonal. Seria de gran utilidad un Eco Vaginal, pero como usted es virgen es imposible hacerlo, asi que seguiremos tomándole ecografías. 

 Yo solo podía pensar solamente en una cosa.

Tendría que dar a luz un bebé.

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-¿Thomas?

El seguía mirándome, no sabía que decirme.

-¿Me ayudaras?

Ahora era yo la que pedía su ayuda.