Entre en el bosque a pesar de la poca luz seguí corriendo, al poco rato entraba ya en una zona boscosa. Podía sentir temblores en los músculos mientras intentaba moverme con toda la rapidez posible sin hacer el menor ruido. Tenía suerte; el suelo del bosque estaba alfombrado de agujas de abetos Douglas y pinos Ponderosa que, aparte de ser aromáticas, estaban levemente húmedos y ahogaban las pisadas. Mi respiración era irregular, casi sibilante. Estaba horrorizada por el pensamiento de que Jessy posiblemente me esta siguiendo. Las ramas y arbustos me cortaban las manos y la cara. Seguí adelante durante lo que parecía una eternidad. Estaba negro como boca de lobo y perdí en seguida toda noción de dónde estaba. O como iba a regresar. Oí unas pisadas fuerte y me detuve, choqué con un árbol al instante haciéndome daño en la frente. La sangre goteaba lentamente.
Mierdas, Jessy olerá mi sangre y enseguida se dará cuenta de mi escondite.
-Puedo oler tu sangre, Lily, estás aquí?- era la voz de Jace ronca y aguda. La reconocería en cualquier lugar aunque sonaba algo extraña.
Solté un suspiro de alivio. Nunca me había alegrado tanto de escucharle. Trepé hasta el borde del claro en el que el chico se había parado. Una vez allí, tuve una buena visión de la figura de Jace, no vi su rostro pero por su voz supe que volvió a rescatarme. Salí disparada de mi sitio hasta chocar contra su pecho abrazándole fuertemente. Me costó unos segundos darme cuenta de que le sujetaba fuerte. Él no hizo nada, estaba inmóvil en su sitio, soltando una carcajada. Nunca escuche la risa de Jace pero debo decir que esa risa no encajaba nada con él. Me aparté lentamente y sentí un liquido en mi blusa atravesándola hasta tocar mi piel. Lleve mi mano a tocar ese liquido y luego a mi nariz. Tenía un olor metálico, oxidado y hierro. Estaba fresca y miré su pecho que aún goteaba. Subí la vista y me encontré los ojos azules oscuros de Jessy. Empecé a retroceder lentamente.
-Tranquila, todo va a estar bien- su tono de voz era el mismo de Jace.- No es eso lo que diría tu querido Jace? que por cierto se fue y te dejo aquí, desprotegida.- volvió a hablar con su voz produciendo fuertes dolor en mis orejas.
Permanecí totalmente quieta, boquiabierta, intentando respirar sin emitir ningún sonido. Había cosas que se arrastraban por el mullido lecho que tenía debajo: ciempiés y milpiés, pero osé moverme ni siquiera cuando sentí que algo me cosquilleaba por la espalda debajo de la blusa. Me resonaban los oídos de tanto aguzarlos; pero el bosque estaba silencioso... pavorosamente silencioso. Todo lo que podía oír era mi propio corazón latiéndome violentamente en el pecho; aunque parecía que lo tuviera en la garganta. Hacía que mi cabeza se me balanceara siguiendo su ritmo.
Tenía miedo.
Y no era sólo miedo; era algo que no recordaba haber experimentado desde los nueve o diez años. Miedo a los fantasmas. El miedo a algo que uno ni siquiera está seguro de que existe. Por alguna razón, al contemplar la silueta de Jessy en el oscuro bosque, sentí miedo a los monstruos: tuve un presentimiento terrible. Ya tenía claro que me iba a morder con su afilados dientes que salían de su boca.
Oh, por favor..., no me mates aún soy virgen.
Fue entonces cuando advertí la respiración de alguien. Era sólo un sonido tenue, no un silbido, era más parecido al ronroneo de un gato. Jessy se puso tenso, girando la cabeza, tratando de localizar el ruido.
A continuación, todo sucedió a gran velocidad.
Jessy saltó al frente. Vi como su silueta a unos metros de mi, acercaba corriendo y saltando a una velocidad increíble. Demasiado de prisa; nadie se movía tan de prisa... nadie humano.... Veía a fogonazos, como si estuviera bajo una luz estroboscópica. A Jessy agarrándome del cuello. Árboles oscuros por todas partes...
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Oscuros Secretos [PAUSADA]
RandomY las olas del mar cantan recuerdos que aquel ayer soñé siempre caminando junto a ti.... **** Te atreves a seguir una historia lo más extraña que has podido leer?