Capítulo seis

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Capítulo seis:

Elena comenzó a caminar unos pasos más alejadas de la chica quien decidió seguirla, pero algo invisible para ella evitó que entrara en aquel lugar, como si la hubieran empujado.

—¿______?—preguntó girando la cabeza para mirarla—. ¿Qué ocurre?

—No puedo entrar—Frunció el ceño—. Algo me lo impide.

—La Barrera—murmuró—. No conté con eso. ¡Piensa en algo que te haga feliz! Tus ojos tienen que estar azules para poder entrar.

—Lo intentaré.

La chica se estrujó el cerebro durante pocos minutos, y durante algunos de ellos pensó en el día de hoy, pero por una parte le molestaba. Había descubierto que sus padres estaban vivos, y ni siquiera se habían tomado la molestia de visitarla. Había descubierto que la que consideraba su "madre" solo era para ella un trabajo, o al menos eso pensaba ______. Había descubierto que ella era un "peligro" para el mundo entero. En resumen, había descubierto que toda su vida era una mentira. Pero una imagen pasó por su cabeza; su tío. Estaba segura de que él no la defraudaria, que él estaría cada noche en sus sueños, apoyandola y dándole consejos de como seguir sus días.

Llevó sus manos al cuello y agarró el collar con el que se había levantado la noche anterior.

—¡Geníal! ¡Ya lo tienes!—exclamó Elena con una enorme sonrisa mientras inclinaba la cabeza hacía un lado—. Azul cielo, igual que tu padre.

La chica ignoró la comparación con aquel hombre que sin conocerlo ya lo aborrecía y dió un pasó al frente y esta vez nada se lo impidió aunque notó como el colgante de la calavera ardía en sus manos durante unos segundos.

—¡Elena!—gritó una grave voz que hizó que la llamada se girara con una sonrisa en los labios.

—¡Gabino!—gritó esta, caminando hacía aquella voz

______ colocó de nuevo el collar debajo de su camiseta, agarró su maleta y levantó la cabeza para mirar hacía donde se había dirigido Elena, y la encontró con un hombre de melena rizada y grisácea, pero, sin duda lo más destacaba de él, era que debajo de su cintura se encontraba el cuerpo de un caballo. Era un centauro y supuso que era el amigo de Elena; Gabino.

Con cierta duda camino hasta ellos.

—Hace días que no hablo contigo, perdimos el contacto cuando Zeus se comunico contigo por que ya era hora de la niña re...—Miró a ______—. ¡Tu debes de ser ______! Sin duda es un honor conocerla en persona—Con una sonrisa pegada a los labios, cogió la mano de la chica y besó sus nudillos. Eso incomodo a ______.

—Es un placer conocerle a ti tambien, Gabino—saludó timida.

—Amable y timida, tal como me las describias Elena. No se que ven de miedo en ti.

—Ni yo—murmuró la chica.

—Gabino quería comentarte sobre la nueva identidad de ______.

—Oh, yo igual—sonrió—. He estado pensando que no es necesario que la llamamos con otro nombre, bueno no hace falta ya que nadie la conoce por su nombre solo el distinto color de sus ojos, que por lo que veo ya lo sabes controlar—sonrió—. Bueno, ¿por donde iba?...¡Ya me acuerdo! Creo yo que solo es necesario cambiar la historía de su vida, ya sabes, de donde viene, su familia, su raza. Me he tomado la libertad de apuntar en una lista tu supuesto pasado—rió con gracia—. Pasate por mi cabaña después de la cena, así tendre tiempo de retocarla un poco.

—Me parece buena idea, ¿tú que opinas ______?

—Me parece bien—Se encogió de hombros.

—Pues ya esta todo decidido—Chocó sus palmas haciebdo que estas produjeran una fuerte palmada—. Ven te enseñare esto—Comenzó a caminar y ______ lo siguió hasta que comorendió que Elena no se había movido de su sitio.

La leyenda del puente de los Dioses {H.S}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora