Capítulo 35

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Pasó la peor noche de su vida. El dolor desapareció en el trascurso de las horas convirtiéndose en rabia. Ya no lloraba. Estaba seria, intentando no mostrar ningún sentimiento a nadie. Le odiaba por lo que le había hecho, pero tampoco quería que le pasara lo mismo que a Dirk. Prefería seguir seria y ausente a mostrar tristeza por alguien que no lo merecía.

Echaba en falta a Iris. Necesitaba contarle a alguien lo que había visto. Necesitaba desahogarse. Contarle a alguien lo dolida que se sentía, lo engañada que la había hecho sentirse la noche anterior.

Ella le esperaba todas las noches y al final descubrió de la peor manera porque no iba a verla.

Llegó su hora de comer, pero no tenía apenas apetito. Quería hablar con alguien, lo necesitaba. Se acordó de su padre. En él siempre confió ciegamente. No podía hablar con él, pero si escribirle una carta. Nunca la leería, pero por lo menos se desahogaría escribiendo a su padre. La haría sentir más cerca suyo.
Cogió una hoja y un lápiz que le regaló Dirk a Iris y comenzó a escribir.

"Querido papa.

Te escribo para contarte lo que ha sido de mi todo este tiempo.

Después de llegar a la granja de nuestros amigos y permanecer allí durante algo más de un año, nos pillaron. A los padres de Blaz los asesinaron y al resto nos trajeron a Auschwitz, un campo de concentración de Polonia. A mí me trajeron a la casa del comandante a trabajar y aquí hice amigos. Papá no te va a gustar lo que voy a decir, pero me enamoré del enemigo, de un teniente de las SS. Se lo que vas a pensar, que son peor que el demonio, pero te juro que este es bueno. Estaba aquí con un amigo suyo de toda la vida que era sargento. Digo era porque lo fusilaron hará unas dos semanas y aproximadamente. ¿sabes por qué? Él mantenía una relación con Iris, una judía que trabajaba conmigo, les pillaron y a él le fusilaron, a ella la han mandado al campo, según el comandante para que siga sufriendo. Fue horrible... Durante esta semana he estado esperando poder ver a Adler, que es el hombre del que me he enamorado. Me dijo que Sarah, (una mujer que anda detrás de él) no era su novia, que solo era yo. Pero anoche cuando la desesperación por verle me llevó a mirar hacia su ventana, les vi besarse... No puedo contárselo a nadie, nunca verás esta carta, pero solo quería hacer el intento de contártelo. De desahogarme. No sé qué hacer, siento mucha rabia, pero el dolor me supera. Yo confié en él y me ha traicionado. Ahora dime papa... ¿cómo hago para confiar en alguien que me ha fallado? Eso en caso de que me pida perdón... si no lo hace... ¿cómo supero esto? ¿y si tampoco me da explicaciones? Igual solo me deja y pasa de mí. O igual ni si quiera se molesta en venir a verme. Yo creo que no me quería de verdad... Si quieres a alguien no le traicionas, eso te oí decir a ti, cuando mamá se pensaba que la engañabas...

Han destruido mi confianza... Ahora, en este lugar tan horrible... no veo forma posible de superarlo... Se ha reído de mí en mi propia cara... Al final va a ser verdad que son peor que el demonio. Ojalá estuvieras aquí... y me abrazaras...

Te echo de menos papá...

Tu hija que te quiere y adora:

Laila.

Cuando acabó de escribir la carta las lágrimas ya habían empapado su delantal. Escondió la carta bajo la almohada, se limpió la cara y se marchó a seguir trabando. Rogando no encontrarse con él. Que bastante dolida estaba ya como para verle después de lo de anoche.

Amor en el infierno  (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora