Capítulo 31

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Ya se había acabado la fiesta. El comandante, al enterarse por uno de sus hombres de lo de Dirk e Iris la había cancelado para poder ocuparse más tranquilamente del asunto sin que ningún invitado se sintiera incómodo por la escena.

En su despacho, Comandante y Teniente, uno frente al otro, comenzaban una conversación que a Adler no le gustaría nada.

-Bien Teniente Müller...-comenzó el coronel- solo se lo preguntaré una vez, ¿Sabía algo de la relación que mantenían el sargento Weininger con la judía esta... como la ha llamado antes... ¿Iris? sí, creo que sí, ¿sabía algo?

Adler recordó la promesa que se hicieron hace apenas unos días Dirk y él.

-"Adler, si alguna vez, a alguno de los dos nos pillan la relación que tenemos con ellas... Negaremos saberlo."

Adler le miró sorprendido.

-"¿Por qué?"

- "Porque si eso pasa, es muy probable que nos fusilen o nos manden al campo. Y alguien tendrá que seguir cuidando de... bueno, la que quede. Porque a la que pillen... la mataran seguro. Tenemos que protegerlas como podamos."

-"Está bien-accedió el teniente- tienes razón. Pero mejor no pensemos en eso. No tiene por qué pasar. Tenemos siempre mucho cuidado."

Un golpe lo sacó de sus recuerdos y dio un pequeño respingo.

- ¿Y bien Teniente?

-No, no sabía nada. -"joder disimula mejor..."pensó- Pero... ¿Es que tenían una relación? No entiendo nada...

El comandante le miró serio.

- Sí, tenían una relación. No sé desde hace cuánto. Pero la mantenían. Aunque tampoco me queda claro qué clase de relación.

Alguien llamó a la puerta.

- ¿Quién es? -preguntó el comandante.

Una voz asustada respondió desde fuera.

-Soy Laila... Me ha dicho un soldado que quería hablar conmigo.

"Joder, no... Laila no... Con ella no había hablado de esto..."pensaba Adler mientras intentaba controlar su miedo. No soportaría que la pasara algo.

-Pasa. -le ordenó el Comandante.

Laila obediente entró con rapidez. Con la cabeza gacha y sin mirarle. A quien si miró fue a Adler. Su cara... la asustó. Algo no iba bien. "¿Habrían descubierto que la había llevado al campo a ver a su familia? "pensó. -"Si es eso estamos en serios problemas.

-Acércate muchacha. ¡Rápido! No tengo toda la noche.

Laila se aproximó a la mesa. Donde estaban sentados el comandante y Adler.

- ¿Tú lo sabías? -La educación estaba claro que con los judíos se le olvidaba. -Dime la verdad. -Y la amabilidad con la que había hablado a Adler también se esfumó.

-Disculpe señor... ¿si sabía el qué?

-Que tu compañera mantenía una relación con el Sargento Weininger? -la observaba fijamente.

Laila se quedó petrificada. No sabía qué responder. Quiso mirar a Adler para leer en su rostro qué debía responder. Pero era mejor que no lo hiciera o podría sospechar de ellos también. Antes, cuando entró le vio asustado y preocupado. Sabía desde ese momento que algo no iba bien. Adler carraspeó y comprendió todo. Debía negarlo.

-No, no sabía nada. Es la primera vez que escucho algo así. -seguía con la cabeza gacha. Mirando las piernas de Adler ,a su lado derecho, que se movían con rapidez debido a su nerviosismo.
-Bien, eso espero. Porque como me estés mintiendo...

Amor en el infierno  (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora