Capítulo 38

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Laila se incorporó en la cama y él se sentó frente a ella. La miró, serio y con algo de miedo. No quería perderla, la amaba y no se lo permitiría. La miro a los ojos, cogió aire y comenzó a hablar.

-Tengo que explicarte algunas cosas, y no sé muy bien cómo empezar...

-Si no hace falta que me expliques nada. Ya vi suficiente hace unas noches. ¿Te lo pasaste bien con Sarah? - terminó la pregunta con un tono burlón. La dolía en el alma recordar aquello, pero no quería que él se enterase. No quería que supiera que estaba dolida. No se merecía saberlo.

-Respecto a eso...-comenzó a explicarse Adler, agachó la mirada, la mirada fría y dura de ella le hacía sentirse muy culpable. - Ella fue la que vino a mi cuarto sin avisar. Me besó sí, eso no lo voy a negar. Pero en cuanto lo hizo la aparté.

- ¿Y porque la dejaste entrar en tu cuarto?

-No la dejé. Me estaba desvistiendo, entró de de golpe. No me dio tiempo a penas de reaccionar. Siento si pensaste algo que no era.

-He pensado lo que vi...-intentaba retener las lágrimas con mucho esfuerzo, aunque ya apenas tenía resultado. - Además, ni si quiera has venido a verme desde... lo que pasó...

Sabía que tenía razón, pero al enterarse de aquello le dio miedo venir a verla y contarle lo sucedido, pero tenía que hacerlo, ella merecía saberlo.

-Laila... la razón por la que no he venido en todo este tiempo es porque...

- ¡Por que estabas muy ocupado con Sarah! -le interrumpió entre sollozos.

Las piernas la temblaban, el corazón le iba a toda velocidad, sentía que se ahogaría en cuestión de segundos. Se había imaginado esta conversación millones de veces, pero ahora en la realidad estaba siendo mucho más dura. No sabía cuánto tiempo más iba a poder aguantar. No quería tenerle cerca de ella.

Le miró, las fuerzas por tenerle alejado le fallaron, de repente quería que la abrazase, quería sentirse mejor entre sus brazos. Llevaba tantos días mal, que solo quería sentirse bien por un rato. "Él no se merece que lo quieras a su lado, no se merece nada de ti..."pensó.

Estaba sentada en su cama, tensa. Le dolían los músculos de la espalda y piernas de la tensión. Esperaba que se defendiera, que le dijera que no había sido así, pero no se defendía. Miraba el suelo, callado. ¿Estaría pensando que decirla? Esperaba que fuera así.

Por fin levantó la vista y la miró.

-No he estado con ella, de hecho, me paso el día evitándola. Yo solo te quiero a ti, entiéndelo ya... Solo te quiero a ti. - Se explicaba con la voz temblorosa- No puedo negar que tuve algo con ella, pero eso fue antes de estar contigo.

Laila se quedó callada un momento.

-Entonces... ¿Cuándo ella llegó aquí si tuvisteis algo? -Solo de imaginarles juntos se le revolvía el estómago.

-Sí. Pasé un par de noches con ella.

-Entiendo...- dijo eso, pero en verdad no lo entendía demasiado.

Él lo supo enseguida, ya la conocía bastante bien.

-La usaba para sacarte de la cabeza. No quería enamorarme de una judía, lo estaba pasando mal-hizo pausa para coger aire y siguió. - solo la use para intentar olvidarme de ti. Pensé que, si pasaba más tiempo con ella, no pensaría en absoluto en ti y dejaría de sentir ese tipo de cosas que me hacías sentir, que me haces sentir.

De repente Laila ya se sentía mejor. Él la sonrió y ella le devolvió la sonrisa. No pudo aguantarlo más y se lazó a sus brazos. Adler como respuesta, la besó. Le había echado tanto de menos. Y él a ella. Se necesitaban.

La estuvo besando un rato, entonces Laila volvió a hablar. Pero a Laila no le cuadraba porque la había evitado.

- ¿Y entonces por qué no has venido a verme?

A Adler se le volvió a hacer el nudo en el estómago. Esto iba a ser más difícil de explicar. Esto le daba miedo de verdad.

-Es sobre tu madre y tu hermana. Esto no te va a gustar, pero tienes que saberlo.

La sentó en su regazo y se preparó para hablar.

Ella, con los ojos como platos estaba dispuesta a escuchar atentamente. Aunque aterrorizada por lo que la iba a decir, esperó en silencio a que él tomara la palabra.

Amor en el infierno  (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora