Estoy aqui.

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Estaremos juntos compartiendo su sueño y disfrutando un rato a solas.
Me encanta la idea de estar con el y saber que soy suya.

El día de hoy estaríamos ocupados en arreglar todo lo del viaje y demas.
Termine de desayunar y me levante de la barra con mi plato en la mano para llevarlo a lavar, gire a ver a Mario quien veía su plato y jugaba con la cuchara, se veía triste, me dolía verlo así, sabia lo que pasaba, el estaba dolido por lo de esta mañana.

-¿Todo bien?.- bese su frente.

-Si, bueno no.- soltó la cuchara y tomo mi cadera.- La imagen de ese sujeto besándote no deja de atormentarme.

-Amor, por favor no dejes que eso te haga sentir mal.- rode mis brazos sobre su cuello.- Estoy bien, mirame estoy aquí contigo, olvidalo, olvida todo eso.

-Esta bien.- susurro con la cabeza agachada, tome su mentón y acerque mi boca a la suya, roce nuestras narices y después lo bese tiernamente.-

-Soy tuya Mario, tuya y de nadie mas.

-Mía.- remarco bien la palabra y acercó su cara a la mía pidiéndome un beso.

-Tuya.- se lo dije de la misma manera.

-Creo que tomare una ducha ¿me acompañas?

-Claro.- arrugue mi nariz y bese la suya.

-Entonces vamos Reina, quiero sentirte.- dijo pícaro.

-¿Mario?.- alce una ceja ante su comentario.
Soltó una risita y tomo mi mano, caminamos juntos hasta mi habitacion, cuando entramos tomo la toalla doblado en la comoda y la loción de baño sobre el tocador.

-Te esperó muñeca.-

Dios, tengo que confesar que estoy nerviosa. Mario es muy coqueto aveces.
Entre al baño y ya tenia encendida la ducha podía ver su silueta atrás de la cortina de baño.
Comencé a deshacerme de la ropa que cubría mi cuerpo.

-Ya llego por quien llorabas bebe.- abrí de golpe la cortina y entre de un salto a la regadera.

-¿Porque tardabas tanto hermosa?.-

-Obvio no.- reí bajito.

-¿Quieres que te lave la espalda?

-Por favor.- tomo la esponja y comenzó a masajear mi espalda dejando pequeños besos sobre ella haciendo que rayos corrieran por toda mi columna.

-Me encantas.- susurro cuando llego a mi oído.-

-Eres un coqueto Mario.- risitas nerviosas se escapaban cada que susurraba y besaba en mi cuello.-Es hora de salir amor.

-No quiero.- hizo un puchero y volvió a besar mis labios.

-Si quieres, tenemos que hacer maletas.

-Eso significa que tenemos que ir a mi casa.

-Lo se, por eso hay que apurar.

-Cariño, cinco minutos mas.- me beso nuevamente.

-No nada de cinco minutos mas.- reí y me separe de el saliendo de la regadera tomando la toalla y envolviendome en ella.- Vamos Mario.

-Ya voy, Sabes me encanta tu atuendo.- señalo la toalla de sobre mi cuerpo.

-No cariño mi "atuendo".- dije entre comillas.- Esta esperando en el closet.- camine hasta la puerta del baño y le guiñe el ojo.

-Te amo.- grito muy fuerte aun en el baño.

Sonreí al escuchar eso, realmente estoy enamorada de este chico y saber que el lo esta de mi me hace la mujer mas feliz.
Terminamos de vertirnos y nos dirigimos a la casa de Mario para alistar primero su maleta.

-Me pasas esa playera por favor.- señalo su closet donde habían algunas prendas ya que la mayoría estaban en mi casa, no me sorprendería ya que la mayoría del tiempo esta conmigo.-Gracias hermosa.- beso mi mejilla y la guardo en la maleta sobre la cama.-Listo ahora vamos a tu casa.

Mario tomo la maleta y la rodó hasta la entrada donde Gloria y Carlos nos esperaban.

-Mis niños.- Gloria se acercó a nosotros y nos  abrazo.

-Chicos esperó que disfruten mucho su viaje.- Carlós se unió al abrazo.- Recuerden que el chofer los llevara al aeropuerto a las 8:00 am.

Ambos nos abrazaron me despedí de ellos y les agradecí por este regalo tan especial.





HOLA.
Mini capitulo.











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